¡Varones a ceder!
Entrevistamos a integrantes del colectivo Traidores de Papá que vinieron desde Uruguay a participar del V Encuentro Latinoamericano de Varones Antipatriarcales (ELVAP).
Traidores de Papá arrancó en febrero del 2014. Al principio eran cuatro varones que empezaron a juntarse para charlar y ver qué hacer con el machismo, hoy son ocho. Pero recién a fines del 2014 empezaron a denominarse como colectivo y ya en mayo del 2015 decidieron el nombre. Se llamaron así, porque traicionan al patriarca de la familia clásica burguesa, pero también al Estado, la Iglesia, y la clase opresora.
El fin de semana pasado vinieron a Córdoba para participar del V ELVAP. Es el tercero del que participan, pero es el primero del que forman parte de la organización. Trabajaron junto a colectivos de Córdoba, Buenos Aires y Rosario.
De este Encuentro rescatan varias experiencias como enriquecedoras. Entre ellas, por un lado, la participación de varones trans. Cuentan por ejemplo, que en un taller uno de ellos “planteó la diferencia que había cuando era mujer o cuando el mundo lo leía como mujer, y ahora que lo lee como varón. El tiempo que hace que no es acosado en la calle, que ahora sale y tiene miedo de que le roben, pero ya no tiene miedo de que lo violen. Que engordó pila (muchos) kilos después de la transición, y no se le cuestionó nada”.
Por otro lado, entendieron que pensaban diferente a muchos otros colectivos de varones, pero se propusieron plantearlo desde las diferencias, conversar y seguir construyendo, volviéndose una potencialidad.
Los procesos
Los Traidores resaltan que al principio su forma de trabajo fue de autoconocimiento. El primer año y medio priorizaron crecer internamente, trabajar los machismos y discriminaciones de los propios integrantes. Reconocer desde lo personal y vivencial, sin dejar de lado lo teórico, pero poniendo en primer lugar lo que les pasaba por el cuerpo.
Actualmente, se encuentran en un proceso diferente, pero notaron desde el primer Encuentro que esa forma de construirse los diferenciaba de otras estructuras. Hoy, articulan con otras organizaciones a través de talleres o cine debate por ejemplo, pero la intimidad como condición inicial los cambió y marcó su impronta.
A lo largo de la entrevista, los Traidores enumeran y repiten varios ejes con los que trabajan. Los denominan “peligros” y forman parte activa del proceso constante en el que están. Entre ellos se encuentran:
*El “autocuidado”. Posición inaugural del colectivo.
*La escucha activa. Dicen que les cuesta bastante a los varones.
*El “no juzgar ni competir”. Otra actitud común según ellos, pero sin caer en la “complicidad machista”.
*El “no victimizarnos”. Para evitar quedarse en el lugar cómodo de víctima del patriarcado.
*El “no generar una imagen de varón antipatriarcal que sea como una especie de perfil de militancia específica”.
*El “peligro de querer tener el mismo protagonismo” en vez de acompañar. Este fue el que más se repitió a lo largo de toda la charla. Tener en cuenta este peligro, conduce apropiarse del feminismo y tener un rol activo. Lo primordial es aplicar eso que ellos denominan impecabilidad, “la tensión entre activar y hacerse cargo, y no avasallar y cooptar”.
Cuentan que siempre son bien recibidos y muchas organizaciones quieren articular con ellos, pero están atentos; “son los colectivos feministas los que han puesto el tema en la calle, en los medios, en la agenda social». Esta atención se deriva de haber visto prácticas de varones «captando no sólo los logros, sino el discurso del feminismo y no teniendo prácticas que vayan acompañando ese discurso”.
No son antipatriarcales
La constante deconstrucción que el colectivo explícita, también se hace visible en su autodefinición, se reconocen por ahora, como “varones profeministas”. Dejan en claro que tienen un horizonte antipatriarcal, pero que ahora no entran en ese concepto. Esto no sólo marca repensarse continuamente, habla también de cierta humildad que queda clara cuando dicen que antipatriarcales “les queda grande”.
Sinceros y sensibles, estos varones nos hablan de sus objetivos hacia adelante, “incomodarnos, cuestionarnos, estar en una revisión constante en nuestra participación en las organizaciones mixtas, en nuestro laburo, en la cama, en la cocina, en la vida cotidiana, todo el tiempo y ahí está la potencia de los colectivos de varones», dicen.
«Después es hablar con otros varones y callarnos la boca también, sobre todo cuando están las compañeras, callarnos y ceder, ceder el uso de la palabra, ceder. ¡Varones a ceder!”, concluyen.
Fotos: Colectivo Manifiesto