Fin del montaje

Fin del montaje
8 agosto, 2016 por Redacción La tinta

En el mediodía del pasado viernes 5 de agosto, el juez Jorge González dio a conocer la decisión unánime del Tribunal de Temuco de absolver al fotógrafo chileno Felipe Durán y al comunero mapuche Cristián Levinao. Habían sido acusados de infringir la ley de control de armas y explosivos y la ley de drogas.

Tuvieron que pasar 300 días de cárcel para que el Tribunal finalmente considerara débil las pruebas presentadas por la Fiscalía. Así, Durán y Levinao fueron absueltos en una causa que no hace más que demostrar la persecución sistemática por parte del Estado chileno a los luchadores de la causa Mapuche.      

Todo comenzó cuando en la mañana del 15 de septiembre de 2015 alrededor de 150 carabineros irrumpieron armados en el domicilio de Felipe, en donde también se encontraba hospedado Levinao. En ese contexto de violencia y confusión ambos fueron detenidos. Una hora y media después uno de los funcionarios llamó a la Jueza Caroline Guzmán para informarle que en la casa se había encontrado armamento de guerra, material para fabricar explosivos, propaganda anarquista, plantas y paquetes con marihuana.   

Mapuches_Temucuicui_DURAN13_DCHA930En una entrevista para un portal chileno, el fotógrafo dijo “las acusaciones por las cuales allanan mi casa y nos encarcelan se les han ido cayendo una tras otra. Al comienzo decían que nos detuvieron por ser los culpables del bombazo al Círculo de Gendarmería, eso quedó demostrado que era falso. Ahora de lo que nos acusan es por tenencia ilegal de armas y municiones. Las investigaciones periciales han arrojado que ni los armamentos ni las municiones tienen rastros de huellas digitales ni ADN nuestro. Otra cosa que evidencia el montaje es que a nosotros nos sacan de la casa a las ocho de la mañana, y recién cerca de las diez los Carabineros llaman a la jueza para avisar que encontraron armas. Y mi casa es una mediagua, en diez minutos ya no te queda más que revisar”.

Fotografías de la resistencia  

Durán ha sabido mantener su trabajo en la independencia con respecto a todos los poderes de Chile. Es por ello que molesta y es perseguido. Con su cámara ha registrado diferentes procesos de su país: marchas, recuperaciones, represiones, organización, ceremonias. Desde que llegó al Wallmapu (territorio Mapuche), ha puesto su cámara al servicio de la lucha de los hermanos mapuches.

El comunicado solidario que publicó la Asociación de Fotógrafos Independiente (AFI) al momento de su detención definía que “su fotografía es peligrosa y letal porque viene de la intimidad, porque es sincera y respetuosa, porque es comprometida, porque es libre, porque no tiene pauta, porque tiene las agallas que ningún medio de comunicación podría soportar, porque es un aporte, un grito y no la caricatura de un titular efímero”.     

La injusta detención, además de constituir una grave amenaza a la libertad de expresión, intenta aleccionar sobre las consecuencias que un comunicador que le pone el cuerpo a aquello que quiere contar puede sufrir en Chile. Felipe no es un turista de la imagen sino alguien que construye junto a quien retrata y eso no es algo menor.

Consciente de ese proceso, en una entrevista otorgada aún estando detenido Felipe decía que “es evidente que estoy preso porque mi trabajo confronta los intereses de los latifundistas y las transnacionales. Yo nunca me he escondido. Sí me andaban persiguiendo para extorsionarme, me encontraron rápido porque tengo un arriendo a mi nombre, doy mi nombre y mis datos en cada trámite que realizo, porque no tengo nada que esconder.”  

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Palabras claves: chile, Felipe Duran, mapuche, territorio, Wallmapu

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