Santiago del Estero: Cátedra libre sobre aborto María Campos
En la Universidad de Santiago del Estero, un equipo de docentes presentaron un proyecto para la creación de una Cátedra libre de aborto con el objetivo de generar un espacio para la reflexión crítica sobre la interrupción del embarazo como un problema social y de salud integral, desde una perspectiva de derechos humanos. Se suma a múltiples espacios de formación en universidades del país que ya cuentan con esta propuesta.
Por Redacción La tinta
La propuesta aporta a la formación de les futures profesionales de la Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud, estudiantes de otras Facultades y público en general. La temática de aborto como problema de salud integral se encuentra escasamente desarrollada o problematizada en las currículas de las carreras.
Conversamos con una de las impulsora de la propuesta, Cecilia Canevari, profesora de la Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud (FHCSyS) de la Universidad de Santiago del Estero (UNSE). Nos contó que la idea de la Cátedra Libre surge como iniciativa de docentes e investigadores/as del Grupo de Investigación Géneros, política y derechos, del INDES, que es un instituto de doble dependencia FHCSyS- UNSE y CONICET, junto con el Programa Géneros y violencias que es el espacio de la Universidad que se ocupa de las violencias dentro de la institución. Cecilia nos explicó que, como la Facultad es de Humanidades, Ciencias Sociales y Salud, tiene carreras con una gran amplitud temática: Sociología, Trabajo social, Enfermería, Obstetricia, Educación para la salud, Filosofía, Historia, entre otras.
«La idea de formar una Cátedra abierta es para sumarnos a un proceso que se está dando en otras universidades en las cuales se han ido creando espacios de reflexión y formación». Además, pretenden responder a una problemática que consideran muy relevante en la formación de profesionales y que está ausente de los planes de estudio. «Les estudiantes de Obstetricia o Enfermería, por ejemplo, saben los distintos tipos de abortos que se pueden presentar, desconociendo otros aspectos mucho más importantes para la comprensión del tema. De todas maneras, como cualquier cátedra libre, será también abierta a la comunidad y a otras facultades. Confiamos en que se incorpore como materia optativa de los diferentes planes de estudio e, inclusive, de la Facultad de Ciencias Médicas”, contó.
El proyecto fue presentado en el Consejo Directivo, que es el órgano de gobierno de la Facultad, y pasó a las comisiones que se deberán expedir. “Este tema polariza posturas y sabemos que habrá resistencias, pero confiamos en que va a prevalecer la idea de aceptar la creación de la Cátedra”, comentó Cecilia.
Este proyecto argumenta que el aborto es un problema social, de salud pública y de derechos humanos, que puede determinar la vida o la muerte de la persona gestante según su condición de clase. Se configura como problema social, porque constituye un riesgo que afecta de manera desigual a las personas, según la posición que ocupen en el entramado de la sociedad. Es decir, la vulnerabilidad se hace manifiesta según los recursos materiales, simbólicos, sociales y culturales con los que las personas cuentan. De esta manera, la injusticia del sistema en general expone a las mujeres pobres y personas gestantes a prácticas inseguras que ponen en riesgo su vida. Al mismo tiempo, la hipocresía de la misma sociedad les niega el derecho a hacerlo de manera digna.
La criminalización del aborto constituye el núcleo duro del disciplinamiento a la autonomía sexual de las mujeres y hace visible la racialización de la sexualidad en América Latina. Cuando señalamos que el aborto es un problema de salud pública, nos referimos a que es la principal causa de muerte materna. En el mundo, se producen 22 millones de abortos inseguros, lo que provoca 47000 muertes, de las cuales 9200 corresponden a muertes maternas en Latinoamérica y el Caribe (LAC) cada año.
En la provincia de Santiago del Estero, es difícil obtener datos oficiales precisos sobre el problema del aborto. Miguel Curioni, otro de los docentes propuestos en la cátedra, aporta información al respecto: «La medición precisa del aborto es un reto metodológico, ya que son muchos los factores que afectan la voluntad de reportar estos eventos (condición legal, valores y creencias); el subregistro se presenta en la mayoría de los países (aún en donde el aborto es legal), pero las estimaciones confiables son necesarias para resolver el problema del aborto inseguro. En los servicios de maternidad de los hospitales públicos que atienden partos de capital e interior de la provincia, el aborto constituye la segunda causa de egresos después de los partos. En la provincia, el promedio de esta relación (razón) estimado de una serie de 10 años (2002-2011) fue de 857 abortos por mil nacidos vivos. La tasa de abortos (número estimado de abortos por 1.000 mujeres de 15 a 44 años de edad en un determinado año) fue del 76,23%. Estas dos estimaciones superan a las de estudios nacionales e internacionales». Estos datos forman parte de un su tesis de maestría de 2014, El problema del aborto en Santiago del Estero. Su magnitud, costos humanos, sociales y económicos.
La perspectiva de esta cátedra considera necesario aportar desde la rigurosidad de las ciencias, la ética y los derechos humanos, para complejizar una problemática tan relevante y presente en la cotidianidad de la provincia. Porque urge la formación de profesionales con una perspectiva crítica y herramientas teórico-metodológicas para el abordaje de problemáticas sociales como el aborto, que demandan respuestas urgentes. Las universidades nacionales, como instituciones con responsabilidad social, son el espacio al cual le corresponde la formación de futuros profesionales que tiendan a realizar aportes para la garantía y ampliación de los derechos humanos en general y de las mujeres en particular.
“El nombre de la Cátedra María Campos es en memoria de una señora del norte de nuestra provincia que murió en febrero del 2018, pocos días antes de que se presentara la propuesta de ley en el Congreso. María tenía un hijo y cinco hijas, y murió por las distancias, por el miedo, la culpa. Aprendimos de las Madres y las Abuelas que la memoria es lo que garantiza el nunca más. Por eso, la recordamos a María y, en ella, a todas las mujeres muertas por abortos clandestinos. Para que nunca más, para que ni una menos. Porque, como universidad, tenemos que asumir la responsabilidad que nos toca de formación de pensamiento crítico y profesionales comprometides en la transformación de sociedades más justas”, concluyó Cecilia.
*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: La tinta.
