«El 35.4% de pobreza es alarmante, pero no describe la realidad de la pobreza en Argentina»
Investigadores del Proyecto Czekalinski decidieron ingerir sólo los alimentos contemplados en la Canasta Básica Alimentaria -la unidad de medida que marca la línea para no caer en la indigencia- para descubrir el impacto de su consumo. La dieta no sólo ofrece una pésima nutrición, sino que obliga a saltearse una comida diaria para llegar a fin de mes. «La medición de la pobreza es obsoleta», precisó Martín Maldonado, director del proyecto.
Por Redacción La tinta
El Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC) informó, este lunes, que la Pobreza saltó ocho puntos durante el último año y llegó al 35,4% en el primer semestre del 2019. Son 16 millones de personas que, con sus ingresos, no alcanzan a cubrir la Canasta Básica Total (alimentación y servicios básicos). En tanto que la Indigencia creció tres puntos y llegó al 7,7%: 3.5 millones de habitantes que no logran acceder a la Canasta Básica Alimentaria (CBA).
Vale remarcar que los informes de pobreza son semestrales y reflejan una fotografía hasta junio inclusive, por lo que se espera que esas cifras sigan creciendo, ya que no contemplan la fuerte devaluación ocurrida después de las elecciones PASO y su posterior paralización de la economía.
Una canasta que no alimenta
La forma de medir quién es pobre y quién no es, como mínimo, discutible. Así lo entiende el doctor en Ciencias Políticas e investigador del Conicet, Martín Maldonado, quien dirige el Proyecto Czekalinski, estudio que se propone poner a prueba la alimentación contemplada en la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que, a fin de cuentas, es la unidad de medida que marca la línea para no caer en la indigencia.
Junto con un grupo de voluntarios, decidieron, durante seis meses, ingerir solamente los alimentos dispuestos por la Canasta para descubrir el impacto de su consumo.
«Llevamos veinte días comiendo los alimentos de la Canasta Básica y ya se nos acabaron. Dividir la Canasta en 30 días nos daba dos opciones: o se nos acababa al día 22 o salteábamos una comida diaria. Es la única forma de llegar a fin de mes, aún comiendo porciones exiguas», expresó el investigador cordobés en diálogo con el programa Nada del Otro Mundo, de FM 102,3.
Sumado a esto, se trata de una dieta con muchísima papa, arroz, fideos y harinas refinadas, y ofrece muy pocas fibras y frutas. «Tiene menos de una fruta por día, cuando los nutricionistas te recomiendan comer entre tres y cuatro por día. Estamos con dolor de cabeza, deshidratados por el exceso de harina, hemos bajado todos llamativamente de peso. Ciertamente, esto no viene bien«, precisó el científico del Conicet.
Maldonado es contundente al decir que, así como están, las mediciones de pobreza son completamente obsoletas y un sinsentido, ya que «no describen la realidad de la pobreza».
«No sólo es alarmante el 35,4% sino que está mal medido y con un instrumento obsoleto», enfatizó. Además, remarcó que «es increíble» que la medida que determina la línea de indigencia y la de pobreza en Argentina -que fue creada en 1985- nunca haya sido testeada desde un punto de vista científico.
Martín señala que se trata de un mínimo ejercicio científico de empatía: «La pregunta es ¿qué te pasa cuando vivís con hambre? Invitamos a políticos y periodistas que intenten una semana alimentarse con la Canasta Básica. Vayan a dormir una semana con un yerbado y un bollo de pan a la noche como única cena, a ver qué sienten. Eso cambia tus ideas políticas, tu modo de relacionarte con las personas».
Czekalinski, el nombre del proyecto, se inspira en una tapa de la revista Life (19 de noviembre de 1951) que mostraba a la familia Czekalinski con una tonelada y media de comida, que representaba todos los alimentos que comerían en un año y que pretendía ser un mensaje propagandístico a favor del capitalismo.
La pobreza, los argentinos y las elecciones
Maldonado intentó retratar el vínculo de los argentinos y la pobreza, y sus repercusiones en la esfera política.
«La pobreza no nos interesa a los argentinos. Es una preocupación moral, discursiva, pero las encuestas de opinión pública reflejan que a los argentinos les preocupa, sobre todo, la inflación (preocupación por lo que voy a poder comprar con mi patrimonio) y la inseguridad (preocupación por el patrimonio que ya tengo). Esas dos explicaciones se llevan el 60% de todos los problemas de Argentina. La Pobreza aparece con un 8% de las preocupaciones. Así vivimos los argentinos, así pensamos y así votamos. Y los políticos lo saben», reflexionó.
El académico indicó que, en la Argentina, hay un tercio de pobres, un tercio de vulnerados y un tercio de incluidos. En términos políticos, es clave el análisis del segundo tercio, que se encuentra justo por encima del nivel de pobreza.
«Van del 35% que conocimos ahora hasta el 66%. Es gente cuyos ingresos están por encima de la Canasta Básica Total, técnicamente, no son pobres, pero es una familia de cuatro personas con 40 o 50 mil pesos de ingresos mensuales, que llegan con lo justo a fin de mes o no llegan, y están precarizados en sus trabajos. Ese es el voto en la Argentina que va de un lado al otro, que va cambiando. Y es el que termina definiendo las elecciones», cerró.
* Por Redacción La tinta