Precarizar a las que nos cuidan
Las compañeras trabajadoras del Polo de la Mujer perteneciente al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia de Córdoba se encuentran nuevamente en asamblea, en un reclamo por mejoras salariales y condiciones laborales que lleva varios años.
Por Redacción La tinta
Ellas son trabajadoras sociales, psicólogas, abogadas y administrativas que acompañan desde las diferentes áreas denuncias en casos de violencia de género. Desde la recepción de las denuncias, valoración de riesgo en territorio, asistencia psicosocial a las víctimas, así como la asistencia a niñes, adolescentes y mujeres víctimas de abuso sexual. Tienen cobertura las 24 horas en situaciones de emergencia y acompañamientos a familiares de víctimas de femicidio. Para muchas de las mujeres que acuden a estas compañeras, ellas son el único recurso para la asistencia y apoyo en estos contextos de violencia machista.
Este conflicto laboral que lleva varios añoses agravado por una coyuntura política tanto provincial como nacional, que mantiene desfinanciadas estas áreas mientras aumentan las denuncias por violencia de género. Solo durante 2019 hubo 223 femicidios en el país, 18 de ellos en Córdoba. Hay una incapacidad real, de recursos humanos, para dar respuesta a todas las demandas, situación que genera mucha impotencia, y un compromiso mayor de las compañeras para estar al lado de cada mujer que llega hasta el Polo.
Pero ¿cómo poner el cuerpo para acompañar las situaciones de violencia de género desde estas situaciones de violencia laboral y vulneración de derechos laborales? ¿qué mensaje expresa una política pública en la cual a las trabajadoras que auxilian, asisten y acompañan, lo hacen cobrando un sueldo por debajo de la canasta básica, como monotributistas o becarias, sin jubilación, ni obra social, ni ART, sin garantías de seguridad en territorio?
Este jueves pasado realizaron una asamblea abierta y leyeron un documento en el cual compartieron las condiciones en las que están trabajando. Entre el 70 y 80% de las trabajadoras se encuentran en diferentes formas de precarización laboral: becarias percibiendo $7750 por 30 horas de trabajo, monotributistas con un salario neto de $15mil, muchas facturando mediante convenios con otras instituciones, no tienen obra social, ni jubilación, ni ART, entre otros derechos laborales. Exigen el pase a planta, hay trabajadoras que hace más de 10 años están en esas condiciones precarias de contratación. Piden un aumento de emergencia, en lo que va del año, sólo en junio quienes son monotributistas recibieron un aumento de sólo $900.
“Consideramos que nuestra tarea es TRABAJO DE RIESGO por lo que implica la exposición de manera cotidiana a la alta posibilidad de que se susciten situaciones que comprometan nuestra integridad psicofísica. Destacamos en este punto la existencia de antecedentes como accidentes vehiculares, robo con armas de fuego, amedrentamientos, amenazas por parte de agresores, los cuales pusieron en riesgo nuestras vidas. A esto se suma la presión laboral diaria que sufrimos por la falta de personal, recibiendo exigencias de producción cuantitativa, olvidando que trabajamos con mujeres que están atravesando los momentos más críticos de su vida. Nos encontramos en extrema PRECARIZACIÓN LABORAL, sosteniendo áreas de trabajo sin percibir igual remuneración por igual tarea en relación a nuestras compañeras planta permanente. Aun así, las compañeras que han pasado a planta aún no perciben el reconocimiento del título profesional”, explican en el documento.
Para el próximo jueves 12 de septiembre a las 13hs, convocan frente al Polo para marchar hacia el Ministerio de Justicia, en un llamado de atención directo al Ministro de Justicia y Derechos Humanos Martín Farfán por sus condiciones de trabajo. “Realizamos nuestras intervenciones, desde la convicción y el compromiso ético y político por un mundo libre de violencias. Si la actual gestión de nuestra provincia se encuentra comprometida en la lucha contra las violencias hacia las mujeres, no pude dejar de considerar que quienes abordamos de manera cotidiana las situaciones de violencia somos mujeres y merecemos el reconocimiento en salario y condiciones dignas de trabajo”.
Ellas le ponen el cuerpo a las demandas de otras mujeres a las que, como a ellas, se ven envueltas por políticas de vaciamiento de recursos como un plan sistemático para dejarlas solas, esa son las condiciones de vulnerabilidad en la que nos pone la violencia patriarcal. Pero no están solas, nos tenemos, el feminismo nos encuentra, es nuestro motor de lucha y nuestra red de autocuidado feminista que nos hace resistir y seguir.
“Si nos abandonan a nosotras, nos abandonan a todas”, gritan las compañeras del Polo de la Mujer. Ellas están organizadas como una forma de seguir cuidándonos a nosotras. ¡Acompañemoslas!
*Por Redacción La tinta / Imágenes: Colectivo Manifiesto.