Causa Ford: «Nos levantaron en camionetas de la empresa y nos torturaron adentro del predio de la fábrica»
Hoy se conocerá la sentencia a dos ex miembros de la multinacional Ford. Será por su responsabilidad en el secuestro y la tortura a 24 delegados gremiales durante la última dictadura. Entrevista a Pedro Troiano, querellante en la causa.
Por Enrique de la Calle para Agencia Paco Urondo
Se conocerá el veredicto en la causa que investigó las detenciones y torturas a 24 delegados gremiales en la fábrica Ford durante la última dictadura. En el banquillo de los acusados están el exjefe de Manufactura de la empresa, Pedro Müller, y Héctor Sibilla, que fue jefe de Seguridad hasta 1987. Además, murieron sin ser juzgados Nicolás Courard, expresidente de Ford Argentina, y Guillermo Galarraga, exgerente de Relaciones Laborales. Los trabajadores fueron secuestrados en la planta de Ford y alojados (y torturados) en un quincho dentro de las instalaciones de la multinacional norteamericana.
Entrevista a Pedro Troiano, quien fue detenido en abril de 1976 y es uno de los querellantes en el histórico juicio.
—Antes de meternos en el juicio, querría que nos cuente un poco su historia en la fábrica Ford…
—Entré a trabajar en la empresa en 1963, cuando Ford recién comenzaba a fabricar coches acá en el país. La fábrica era nuevita. En los años 70, me proponen como delegado de la comisión interna de la planta de montaje de Ford que se encuentra en General Pacheco. Eran tiempos muy convulsionados, de mucha conflictividad. La inflación nos comía el bolsillo con lo cual se daban discusiones prácticamente todos los meses. Después de la muerte de Perón (en 1974) toda esa situación empeoró mucho más. La conflictividad aumentó.
—¿Usted era peronista?
—Sí, militamos mucho el retorno de Perón adentro de la fábrica. Igualmente, había delegados de todos los colores: peronistas, radicales, de izquierda. Predominaba, por supuesto, el peronismo. Nos ilusionamos mucho por la vuelta de Perón al país. Eramos militantes de bajo perfil, adentro de la fábrica. Vengo de familia peronista, pero no militaba fuera de Ford.
—¿Qué pasó el 24 de marzo de 1976, el día del Golpe militar?
—Esa misma noche, después del primer decreto de la Junta Militar, invadieron la fábrica. Fue impresionante la movilización de militares. Yo estaba en la fábrica y presencié la detención de los primeros tres compañeros (tres delegados). Los cargaron en vehículos de la empresa y los llevaron a un quincho ubicado en la planta. Los torturaron como después nos pasó a nosotros.
—¿Después lo secuestraron a usted?
—Fuimos cayendo varios con el tiempo. En total detuvieron a 24 compañeros. Fuimos torturados en ese maldito quincho, que está en el campo de deportes. Todo está en la misma planta. A mí me levantaron el 13 de abril.
—¿Cómo fue su detención?
—A las 9 de la mañana llegó una camioneta blanca de la empresa con militares y me levantaron. Habían caído muchos compañeros y sabía que me podía tocar a mi. Efectivamente pasó eso. Cuando me detuvieron muchos trabajadores empezaron a insultar a los militares, les tiraban tornillos. Pero yo les pedí que no hicieran nada, que iba a ser lo mejor para todos. Fue muy duro. Había mucho miedo. La planta siguió produciendo mientras los delegados estaban detenidos en el mismo predio.
—¿Cuánto tiempo estuvo desaparecido?
—Entre 40 y 60 días estuvimos desaparecidos. Sin que la familia supiera qué pasaba con nosotros. Después nos pasaron a disponibilidad del Poder Ejecutivo nacional. Estuvimos un tiempo en Devoto y luego en La Plata. En total, un año.
—En el juicio pueden ser condenados dos ex miembros de la empresa Ford. El exjefe de Manufactura, Pedro Müller, y Héctor Sibilla, que fue jefe de Seguridad hasta 1987. Además, murieron sin ser juzgados Nicolás Courard, expresidente de la empresa, y Guillermo Galarraga, exgerente de Relaciones Laborales. ¿Cuál fue la explicación de la empresa en el juicio?
—Hay pruebas muy contundentes sobre el rol de la empresa. Hay compromisos de la empresa con el Ejército para terminar con el cuerpo de delegados adentro de la empresa. Y lo lograron: durante 10 años no hubo delegados en la fábrica. Además, hay muchos testimonios que dan cuenta de la colaboración de la empresa. Pasó las listas con nuestros nombres. Sibilla entregó a compañeros en la puerta de la empresa. No se le escapaba un tornillo de la planta. Ahora dice que no se enteró que desaparecieron a 24 trabajadores. Para la fábrica estuvimos «ausentes sin aviso».
—¿Qué hizo cuando salió en libertad?
—A la fábrica no pude volver más, ni acercarme. Ninguno de nosotros pudo volver jamás. El día que nos detienen adentro de la empresa mandaron telegramas a nuestras casas diciendo que teníamos que presentarnos a trabajar porque en caso contrario nos iban a despedir. Hasta eso hizo la empresa.
—El martes de la semana que viene (por hoy) se conocerá el verdicto. ¿Tiene expectativas de que finalmente se condene a miembros de la empresa?
—Después de 42 años de lucha llegamos a este juicio oral y público. Nosotros podemos contarla. Pero esto es muy importante para todos los compañeros desaparecidos. Tuvimos 20 audiencias. Pasaron muchos testigos. Estamos conformes en la forma en que se desarrolló el juicio. No hay dudas de la responsabilidad de la empresa. Pero hay que ver qué pasa. Estamos preparados para que pase cualquier cosa. Estamos en un momento muy complicado en el país. Puede haber una bajada de línea para que no se toque a una empresa como Ford.
*Por Enrique de la Calle para Agencia Paco Urondo