Persecución a la protesta mas allá de la protesta
Luego de la protesta por el presupuesto educativo, y en solidaridad con el reclamo salarial de lxs docentes universitarixs, a través de la toma del Pabellón Argentina, se conoció sobre la imputación de 29 personas, entre ellxs estudiantes, docentes y ahora también a la abogada de DDHH Leticia Celli que se acercó, en carácter del derecho constitucional de legítima defensa, a asesorar a lxs estudiantes que llevaban adelante la medida de lucha.
Por Mucho Palo
Once estudiantes ya fueron citadxs a declarar por la Justicia Federal, en ese marco, la abogada Leticia Celli, perteneciente al CEPRODH (Centro de Profesionales por los Derechos Humanos) y al PTS (Partido de los Trabajadores Socialistas), se presentó a la justicia para informar que representaría legalmente a una de las estudiantes imputadas. Para su sorpresa, y sin haber precedentes similares en la historia de otros conflictos políticos similares, fue notificada por el Juez Federal, Hugo Vaca Narvaja, que no podía representar a la persona imputada, porque ella misma se encontraba dentro de las 29 personas imputadas por usurpación.
“La situación se ha vuelto tan absurda que no solo imputaron a les estudiantes por ejercer su derecho a huelga, sino que imputan a la abogada Leticia Celli que se acercó solo dos veces a la toma a brindarnos asesoramiento”, manifestó unx de lxs representantes de la Asamblea Interfacultades de la Universidad Nacional de Córdoba, al ser consultado por Mucho Palo Noticias al respecto a la judicialización de la abogada.
El jueves pasado, en la ciudad de Córdoba, se realizó una multitudinaria Marcha Nacional Contra la Criminalización de la Protesta. Miles de personas salieron a las calles a reclamar por la situación de judicialización de lxs estudiantxs que participaron en el plan de lucha del Pabellón Argentina de Ciudad Universitaria.
Es que en el Artículo Nº 18 de la Constitución Nacional de Argentina, la garantía de las personas a una defensa está contemplada de manera obligatoria y ningún reglamento de ejercicio profesional de lxs abogadxs indica o restringe el cómo se brinda ese legítimo derecho -para el cual están facultadxs, el “abogar” por los derechos de alguien-. El asesoramiento y la defensa no solo se ejerce en una oficina o en un tribunal, acercarse a un espacio físico sea cual sean las condiciones para asesorar legalmente a alguien, no constituye un delito, y una acción al respecto implica no sólo un peligro contra derechos básicos y fundamentales, sino una medida de aleccionamiento.
De reprimir la protesta a restringir todo lo relativo a ello
La abogada, quien es también docente adscripta de la Facultad de Derecho, fue notificada en el Juzgado Federal N° 3, cuando se presentó para ejercer la defensa de Candela Guzmán, una de las estudiantes citadas declarar.
Desde el CEPRODH, consideraron que no puede existir delito en un accionar propio de abogados, como es acudir y asesorar ante el llamado de damnificadxs que estaban siendo amenazadxs por la policía.
No debería existir delito en el ejercicio de la profesión de abogadx, de periodista o de comunicadorx. Cabe destacar que lxs comunicadorxs que estaban cubriendo la marcha en reclamo por la aparición con vida de Santiago Maldonado aún continúan en una batalla judicial desde septiembre del año pasado. Incluso la justicia llegó a relativizar la función que estaban ejerciendo como una “máscara” para cubrir su “verdadero accionar”.
Libertad de prensa, derecho a la legítima defensa, son algunas de las garantías constitucionales fundamentales y necesarias para la dignidad de cualquier pueblo y para la seguridad de lxs que luchan, ir en contra de esos derechos que costaron años de lucha y sacrificio roza no solo el absurdo, sino también un accionar que va mas allá de reprimir la protesta social. La intención de criminalizar la protesta, sí, pero también todas aquellas formas de ejercicio de derecho que puedan tener una relación con las luchas.
Una caza de brujas, donde todos los contactos de una agenda hallada son considerados culpables y no, no es lo mismo, pero se parece bastante.
*Por Mucho Palo.