El momento infame
Un círculo de hombres en el cual se nota que hay dos bandos, que hay tensión y que hay poder. El hombre de bigotes, que está en claro gesto de hablar, es el dictador José Félix Uriburu que está exigiéndole la renuncia al vicepresidente Enrique Martínez, de quien solo se ve su nuca y su calva. Es el 6 de septiembre de 1930 y es el instante preciso en que Uriburu termina de derrocar al gobierno de Hipólito Yrigoyen, quien se encontraba de licencia por problemas de salud. Este momento inaugura la serie de golpes cívico-militar-eclesiásticos que se dieron a lo largo del siglo 20 en nuestro país.
Por Redacción La tinta
En el amanecer de ese día, un avión, que partió desde El Palomar, arrojó sobre Buenos Aires panfletos con la “proclama revolucionaria” de los golpistas. Ese mediodía desde el colegio militar, José Félix Uriburu le envió un telegrama al vicepresidente Enrique Martínez, exigiéndole la renuncia a la presidencia, que había asumido de manera provisional el día anterior.
Luego, el militar partió hacia Casa Rosada con un escuadrón de caballería, cadetes y civiles, con los que tomó el edificio. Fue allí donde, al encontrarse con la negativa de Martínez a renunciar, Uriburu le gritó “¡Aquí mando yo, carajo!” y también se dice que hasta desenfundó su arma.
Ese día, se iniciaba la Década Infame y la primera de las dictaduras que se dieron en nuestro país. Fue con Uriburu que se estableció un régimen represivo, donde la Policía Federal se dedicó a realizar torturas y asesinatos a opositores, se impuso la censura a la prensa, intervino las universidades anulando el régimen de autonomía y cogobierno, etc.
Además, comenzó a aplicar una política económica que se puso a la orden de los patrones y toda la burguesía terrateniente. Fue, sin dudas, la reacción de los sectores más conservadores de nuestros país ante algunas conquistas populares que se habían conseguido a través de la lucha que forjó el pueblo.
*Por Redacción La tinta
