Cuatro años (no) es poca cosa
¿Cuánto es cuatro años? Desde el gol de Götze en el Maracaná hasta el del Kun Agüero ante Francia sucedieron demasiadas cosas que obligan a repensar la conducción deportiva a institucional de AFA. Cuatro presidentes, cuatro entrenadores, dos finales perdidas, una renuncia y un retorno de Messi.
Por Iván Lorenz para El Equipo-Deportea
113 minutos jugados en el Maracaná. Centro al área. Control de pecho perfecto del número 19 alemán. Aún en el aire, Mario Götze, define cruzado. Sergio Romero sigue el recorrido del balón con la vista. La Brazuca se deja abrazar por la red. Una Argentina atónita. Lionel Messi y sus ojos posados en la Copa del Mundo que lo ve pasar. La ilusión del arranque hecha añicos. A pesar de los esfuerzos, la albiceleste no pudo contradecir a Gary Lineker. Ganaron los alemanes. Terminó el Mundial. ¿Y ahora qué?
El Mundial es cada cuatro años. ¿Sigue el entrenador? ¿Los jugadores? ¿Cómo se retoma a la vida normal? ¿Cuántos días faltan para el próximo? Alejandro Sabella renunció 16 días después de la final tras tres años al mando. Faltaban casi cuatro veces 365 días para la siguiente Copa del Mundo. Una ganga en términos vitales pero mucho tiempo para el fútbol argentino que atravesaría fuerte cambios.
Las aguas se enturbiaron un día después del adiós de Sabella. El 30 de Julio de 2014 falleció Julio Humberto Grondona, presidente de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) desde el 6 de abril de 1979. Ni entrenador, ni presidente del órgano rector del fútbol nacional. Aparecerían los intérpretes: Gerardo Martino, como nuevo entrenador proveniente del Barcelona y Luis Segura como presidente interino de AFA (era el vicepresidente de Grondona).
Martino había firmado hasta el cierre de las Eliminatorias de Rusia 2018. Sus colaboradores: Elvio Paolorroso, el preparador físico, y Jorge Pautasso, el ayudante de campo. Dos Copas Américas, el desafío de clasificar al subcampeón al próximo Mundial y un proyecto con las juveniles de cara a Río 2016. El saldo final: 19 partidos ganados, 3 perdidos y 7 empatados.
El primer objetivo era la Copa América en 2015. Año en el que asumió como presidente de la Nación Mauricio Macri, quien será relevante más adelante. Finalistas otra vez. Segundo puesto, nuevamente. Los penales le dijeron que no a Argentina y que sí a Chile, dirigido por Jorge Sampaoli, otra presentación anticipada.
Habría elecciones en AFA a finales de año. 75 asambleístas. Sorpresivamente, se contabilizaron 76 votos. 38 para Luis Segura y 38 para Marcelo Tinelli. La Inspección General de Justicia (IGJ) aportó veedores a los comicios y estaba autorizada para verificar boletas y firmas, no para abrir los sobres. Detectó dos envoltorios con dos boletas por el mismo candidato. Al parecer, hubo una tercer doble elección que pasaron por alto y por eso los números no cerraron. Inexplicable. Las elecciones sin efecto. Ilegítimas.
Meses después, aún con Segura en el cargo de Viamonte 1366, llegaría la revancha de la albiceleste, la Copa América Centenario. Nuevamente una final con Chile. Otra vez los penales dijeron que no. Pero esta vez fue distinto. Messi erró el suyo -no había fallado ni contra Holanda en 2014, ni en la final anterior con Chile- y anunció su retiro de la Selección luego de volver a perder una final. Golpe fatal para el entrenador que renunciaría nueve días después.
Una final que casi no se juega. La FIFA había anunciado la intervención de la AFA a través de una Comisión Normalizadora para estabilizar la situación de la asociación sin fines de lucro. La jueza María Romilda Servini de Cubría había elevado un acta que desconocía lo dictaminado desde Zúrich. El motivo era que la jueza consideró una intromisión del ente regido por Gianni Infantino en las investigaciones de la IGJ sobre el uso del dinero de Fútbol Para Todos. La AFA corrió peligro de desafiliación con la FIFA.
Dos finales en dos años en la época Martino. Sin embargo, renunció ¿Raro? Faltaba alrededor de un mes para los Juegos Olímpicos de Río. ¿Renunció? Su proyecto de juveniles no prosperó. Los clubes no quisieron ceder a los jugadores y la AFA no estaba dispuesta a negociar. Boca dijo que permitiría ir a sus jugadores una vez finalizada su participación en la Libertadores (la final era siete días antes del inicio de los Juegos y el Xeneize llegó a semifinales); River no quiso ceder e Independiente, para no ser menos, hizo lo mismo. Se sumaron los clubes de Europa. Algunos de los futbolistas: Cristian Pavón (finalmente viajó), Paulo Dybala, Giovani Lo Celso, Manuel Lanzini.
Año 2016. El último sueldo cobrado por el Tata había sido en noviembre de 2015. Argentina debía afrontar los JJOO sin entrenador, una AFA en caos y clubes que no querían ceder a sus jugadores. Se instalaría el 21 de Julio la Comisión Regularizadora que designó como director técnico para los Juegos a Julio El Vasco Olarticoechea, Campeón del Mundo en 1986 y entrenador del seleccionado femenino argentino de ese entonces. El desorden institucional quedó reflejado en Río: afuera en fase de grupos.
La Comisión Normalizadora estaba compuesta por cuatro miembros: el presidente de Belgrano de Córdoba, Armando Pérez, como autoridad máxima; el secretario de Asuntos Legales e Internos de Boca Juniors, Javier Medín, como vicepresidente y, los otros dos integrantes, eran la abogada Carolina Cristinziano y el presidente del Consejo Federal en el marco AFA, Pablo Toviggino.
Fue la Comisión Normalizadora la que designó a Edgardo Bauza como entrenador de Argentina en reemplazo de Martino una vez finalizados los JJOO. Tomó el timón del barco albiceleste estando tercero en la clasificación y con la vuelta de un marinero de alto rango: la nueva edición de Lío Messi con el cabello platinado.
En octubre de 2016 Macri tomaría protagonismo al anunciar que el Estado no destinaría más dinero al fútbol. De esta manera se rescindió contrato y se habilitó la cesión de derechos de televisación a empresas privadas. La licitación sería obtenida por las empresas estadounidenses Fox y TNT Sports en 2017.
La Comisión presidida por Armando Pérez comenzó a perder fuerza. Uno de los motivos fue el cómo distribuir el dinero de Fútbol Para Todos (se hablaba de un monto total de 350 millones de pesos). Así fue como en octubre, dirigentes de la B Nacional, B Metropolitana y Primera presionaron para lograr la disolución del Comité y el llamado a elecciones al corto plazo. ¿A qué se debió la cohesión dirigencial? La deuda de AFA con los clubes que, a su vez, debían sueldos de sus jugadores. Se sumó la participación de Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA), que de la mano de su secretario Sergio Marchi, amenazó y cumplió en postergar el arranque del fútbol si la deuda no se saldaba.
No dio para más. Se disolvió la Comisión y hubo elecciones en AFA el 29 de marzo de 2017. De 43 votos, tres fueron en blanco y el resto, todos en favor del único candidato: Claudio El Chiqui Tapia, acompañado por Daniel Angelici, el primer vicepresidente y Hugo Moyano, el segundo. AFA volvía a tener un presidente electo.
Fue Tapia quien, a pesar de haber apoyado públicamente al Patón, lo removió del cargo a los casi diez días como presidente de AFA. Tres victorias, un empate y tres derrotas. Argentina quinto, en zona de repechaje, peligro de no clasificar al Mundial.
Todo apuntaba a Jorge Sampaoli como nuevo entrenador de la Selección. El mismo que en 2015 había ganado la Copa América con Chile. El 1 de junio de 2017 se calzó el buzo del seleccionado y fue presentado como nuevo entrenador. Tapia, buscando generar una columna vertebral más firme para la AFA, empezó a tomar medidas pensando en el futuro del fútbol argentino. Así fue como el contrato de Sampaoli sería de 5 años. Así fue también como casi un mes después, en el Hotel Hilton de Puerto Madero, se realizó el lanzamiento de la Súper Liga, aquella que había asomado tímidamente en las elecciones de 2015.
Conocida es la clasificación a Rusia sobre la hora. Tres goles del número 10 sacaron el pasaje de vuelo directo hacia el Mundial. A último minuto también fue el pasaje a Octavos, con una derecha de Marcos Rojo que estaba en el área, en una posición desubicada.
Pero el corazón no siempre todo lo puede. Francia acabó con el sueño mundialista de los argentinos. El juego se impuso al sentimiento. Una Argentina que empujó. El 3-4 final camufla el desarrollo del encuentro. Sin embargo, a pesar de que Les Bleus fueron superiores en lo futbolístico, el resultado sí refleja la entrega de los albicelestes.
Cuatro años en términos vitales no es mucho. Alrededor de 70 jugadores se pusieron la celeste y blanca desde el 2014 hasta hoy. Cuatro partidos tampoco es mucho. Sí lo es para el fútbol argentino. Una fase de grupos en la que se habló de un Golpe de Estado de los jugadores. Nunca se repitió equipo. Cambios de esquema. Línea de tres, de cuatro. Con un 9, con falso 9. Improvisación. Un plantel armado para el 10, no encontró cómodo al capitán de la Selección. Messi, algo perdido, irreconocible, un planteo que no lo ayudó. Los audios de WhatsApp y los rumores, como el golpe de Pavón a Mascherano, circularon más que la pelota entre los mediocampistas y delanteros argentinos.
Sampaoli firmó por cinco años y dijo en rueda de prensa que no evalúa dar un paso al costado a pesar de haber caído en Octavos. El 10 de Francia, Kylian Mbappé, incontrolable para los argentinos que lo verían festejar en dos ocasiones y caer para que el juez sancione penal en favor de los francos. Otra vez faltan casi 4 veces 365 días para el próximo sueño mundialista. El sueño Rusia 2018 terminó. ¿Y ahora qué?
*Por Iván Lorenz para El Equipo-Deportea