Monte Adentro: Foco Ala Mano Títeres, en Río Ceballos
Hemos llegado al capítulo 10 de Monte Adentro, la temporada va terminando. En estos meses hemos recorrido nuestros montes, hemos aprendido de sus paisajes y su gente. Hemos explorado nuestras posibilidades como realizadores audiovisuales y compartido con artistas que desde diferentes lenguajes, nos transmitieron su amor por la tierra. Danza, música y poesía se dieron la mano y hoy abren el espacio al mundo titiritesco. Un mundo lleno de magia de la mano de Belén Bornancini, Hernán Danza y, como músico invitado, Nené Gonzáles.
Quri Qala, el tesoro en la montaña
Monte: territorio de la imaginación
Somos el grupo Foco Ala Mano Títeres, vivimos en Río Ceballos. Desde hace cuatro años recorremos escuelas, jardines, salas de teatro, de vez en cuando la calle o alguna plaza, haciendo funciones de títeres. Esta vez nos invitaron a presentarnos en el monte, al costadito del río, camino a la Cascada de los Hornillos, en Río Ceballos. Y allá fuimos.
Cuando hacemos una función de títeres, o contamos un cuento, o cantamos una canción tratamos de que quien vea, escuche y sienta recorra, aunque sea por un ratito, el territorio de la imaginación de la infancia. La mayoría de las veces, al público que nos ve, nos escucha o nos siente, este desafío le resulta algo sumamente fácil, “un juego de niños”. Es decir, la mayoría de las veces nuestro público está compuesto por niñas y niños.
Por eso asumimos como tarea proteger este territorio, el de la imaginación. Porque es ahí donde brotan y florecen las ideas, las grandes ideas y también las cotidianas. Entendemos que lo cuidamos cuando trabajamos en las propuestas haciendo foco en el lenguaje titiritesco y en su capacidad de evocación. Y al mismo tiempo, aprovechando el poder de la palabra como llave para abrir senderos en la imaginación. En nuestras obras proponemos un espacio de escucha, de disfrute y de entrega al recorrido sensible de una historia. Todo esto, a partir de un interés grupal, lo contextualizamos en la cultura popular, en el imaginario folclórico y cotidiano.
En Quri Qala, el tesoro en la montaña, el escenario está dado por el paisaje andino: dos hermanitos del norte argentino (o quizás de un poco más arriba) recorren la montaña buscando su llama perdida mientras sueñan con conocer el tesoro de los Incas.
La leyenda del tesoro de los Incas se cuenta en casi todo el territorio que alguna vez habitó este pueblo originario, incluyendo el norte de nuestra provincia. Según la leyenda este tesoro aún permanece escondido “en todos los lugares y en ningún lugar, y el sol y la montaña lo cuidan para que nadie lo toque”. Es esa idea la que aún hoy nos conmueve y nos moviliza para seguir haciendo esta obra. La posibilidad de convidar a imaginar que en el entorno que nos rodea, en las sierras, en las montañas, hay un tesoro protegido por sí mismo y que hoy, aquí, podemos animarnos a ponerle un nombre: el monte.
Creemos que conocer el monte, recorrerlo y protegerlo es de alguna manera cuidar una fuente inagotable de imaginación. Cuántos cuentos e historias conocemos que suceden en el monte (o como se le suele llamar en la narrativa tradicional “el bosque”). Esas historias nos parecen fundamentales en la tarea que nos proponemos: los personajes que viven allí, los animales y sus leyendas, las creencias sobre lugares y paisajes, los tesoros escondidos. Todas las formas que la imaginación ha encontrado a lo largo del tiempo para vincularse con el paisaje, pero esencialmente para protegerlo. Detrás de cada mito, de cada relato que viaja a través del tiempo gracias a los cuentacuentos o amantes de las historias, siempre hay una pista de la relación armoniosa que ancestralmente el hombre tuvo con su entorno.
Quizás la intención de convivir con el paisaje que nos rodea, de conocerlo para cuidarlo, esté siempre al alcance de nuestra imaginación y por lo tanto de nuestras ideas.
Es por esto que nos proponemos imaginar la imaginación (valga la redundancia) como un territorio a recorrer.
*Por Foco Ala Mano Títeres.
