Avanza la represión, avanza la organización popular: llega CORREPI a Córdoba
Con más de un centenar de asistentes, desembarcó la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional en la provincia. Para las organizadoras, el lanzamiento fue “un día histórico de trabajar hacia la nacionalización de la organización”. La coordinadora tiene desde hace más de 25 años un objetivo específico: la lucha antirrepresiva.
Por Débora Cerutti para La tinta
Ingreso a la Facultad de Derecho y pregunto a unos estudiantes si sabían en qué aula era la charla de la CORREPI. Me mandan afuera, a la plazoleta que está junto al viejo edificio universitario. Llego temprano, antes de que arranque a las seis de la tarde. Todavía están ambientando el lugar: veo como colocan entre dos árboles cartulinas atadas a un piolín con nombres de personas asesinadas por la Policía en los últimos gobiernos democráticos. Saludo a algunas compañeras, nos abrazamos, comentamos el frío que acompaña la jornada y el cambio de clima. Hablamos del estado de incertidumbre en el que todavía nos encontramos tras los sucesos de la semana anterior. Especulamos un poco acerca de qué hay detrás de los titulares de los diarios. Mientras, muchos cuerpos veinteañeros con chalecos negros que dicen “CORREPI” se mueven de un lado a otro acomodando sillas, probado el sonido, preparando el mate.
Veo a María del Carmen Verdú sentada bajo un árbol. Me acerco, me presento. Mientras la gente iba llegando y se terminaba de acomodar el espacio, nos quedamos conversando de la vinculación entre lo ocurrido en Córdoba y en Buenos Aires, de la escalada represiva que se viene, de las carátulas de las causas. Lúcida, clara, precisa. Con un rostro curtido por tantos años de batallar contra un Poder Judicial que criminaliza las protestas sociales; con una voz que transparenta un compromiso enorme con las luchas populares. Verdú, una de las fundadoras de la CORREPI y reconocida defensora de los derechos humanos, inicia una charla junto a Mariana Carmona, militante antirrepresiva y activista del campo popular cordobés para dar oficialmente el lanzamiento de la organización en Córdoba.
Las palabras de estas mujeres retumban en la Manzana de las Luces (o de las sombras, deberíamos decir), entre los paseantes de la peatonal, entre los salientes de la iglesia ubicada frente a la charla. Ninguno de los transeúntes fue indiferente a lo que allí ocurrió. Ante tanta historia hecha carne. Ante un paso más en la historia de la lucha popular.
La nostalgia linda
“Lo primero que quiero decir es que estas palomas están complotadas con la yuta. Ya nos ensuciaron la mesa, la interrumpieron a la compañera, esperemos que no tengamos más incidentes”. Entre las risas de los asistentes por la ocurrencia de seres alados que ayudan a la policía, María del Carmen Verdú comenzó la charla, haciendo explícito que las aulas del edificio universitario fueron negadas.
Sin restarle importancia a este hecho, pero sin que le provocase sorpresa, manifestó la nostalgia de estar realizando el lanzamiento de la CORREPI en el mismo lugar en que hacía 12 años había brindado una charla: “En octubre de 2005 habían convocado una actividad desde organizaciones de Córdoba. Tanto frío hacía que alguien fue a buscar una frazada porque nos congelábamos”. El tema de aquella reunión era: la inminente llegada del genocida George Bush a Mar del Plata. Ese acontecimiento provocó una gran cantidad de movilizaciones en el país que fueron reprimidas y en que la CORREPI se puso al hombro las causas de los detenidos: “Tuvimos una jornada de corridas muy parecidas a la semana que acabamos de tener”, afirma Verdú.
Sin dormir pero fortalecidos
La referencia era clara para la mayoría de los asistentes que estábamos ahí. Todavía no salimos del asombro y estupor de los allanamientos simultáneos producidos la primera semana de septiembre en Córdoba. Mientras, en Buenos Aires recién están retomando el aliento tras la represión en la movilización por Santiago Maldonado.
Desde CORREPI, estuvieron a cargo de generar presión popular para conseguir la liberación de los 31 presos: “Después de haber estado 55 horas sin dormir acompañando a los manifestantes presos, peleando para que se ganaran los tiempos necesarios para que pudieran salir libres cuanto antes y acompañándolos en las indagatorias hasta la madrugada del lunes”.
María del Carmen, tras más de un cuarto de siglo de haber recorrido junto a su organización calles, comisarías y pasillos judiciales, sabe que la batalla no termina allí -con la libertad de los presos- sino que sigue con la necesidad de cerrar la causa, que sean sobreseídos y que avance la investigación contra el personal policial por los delitos que ellos cometieron en esa jornada, sus superiores jerárquicos y sus mandos políticos.
De aquel 2005 a este 2017 la plazoleta está prácticamente igual. Pero algunas cosas cambiaron. Ya no todos podemos circular por allí. Muchos murieron en manos del Estado policial. La represión creció. Pero la organización y la militancia antirepresiva también. Una nostalgia “linda” la atravesó a Verdú: “Además de que era una noche horrible con mucho frío y viento lo cierto es que fueron muchísimos menos compañeros y compañeras de acá de Córdoba que se sintieron convocadas a venir a discutir qué pasaba con la cuestión represiva en ese momento en 2005. Y hoy es verdaderamente muy auspicioso que todos ustedes estén hoy acompañándonos”.
El sello de origen
“Convertir el más abismal y destructor dolor personal en motor para la lucha organizada. Esa es nuestra historia. De ahí partimos”.
CORREPI se inicia a fines de la década del ’80 en un contexto donde muchos tenían una fuerte confianza en aquello de que «con la democracia se come, se cura, se educa que nos decía el presidente”, recuerda Verdú. Y continúa: “Otros ya después de las felices pascuas y la casa está en orden, se daban cuenta que la cosa no era tan así y que además empezaban los ajustes, las políticas anti populares, anti obreras”. Así algunas decidieron poner el foco en algo que veían todos los días en los diarios. Un titular que se repetía: delincuente abatido por las fuerzas del orden.
Quienes dieron los primeros pasos con la CORREPI, empezaron a vincularse con familiares de víctimas de lo que hoy llamamos “gatillo fácil” o fusilamiento. Nos dice Verdú: “Lo único cierto de toda la historia que publicaba el diario es que era un pibe joven y pobre y que estaba muerto”. Hechos de jóvenes con un tiro en la nuca o cuatro tiros en la espalda hacían preguntarse dónde estaba el enfrentamiento entre el “peligroso delincuente” y la Policía: “Empezamos a caminar, a descubrir lo que eran las detenciones arbitrarias”.
Allí se hace presente uno de los primeros casos que pudo registrar la CORREPI de desaparecidos después de que terminara la dictadura. Fue en Rosario, en la nochebuena de 1983, a 14 días de la asunción de Alfonsín. Se llamaba José Luis Franco.
Nos están matando rápido
“Al policía no se le sale la cadena”, nos dice Verdú. Y recuerda escenas de juzgados y nos permite imaginar un hombre en el banquillo de los acusados diciendo sus últimas palabras delante de los jueces “para enternecerlos y tener una condena un poquito más liviana”.
Los policías, cuando son acusados de algún delito, apelan a haberse limitado a cumplir órdenes, hacer lo que le enseñaron o lo que le mandaron a hacer. Para Verdú, ese es en el único momento de los juicios donde un sujeto policía acusado, dice la verdad. Nos están matando y nos están desapareciendo, porque alguien acciona el gatillo, sí, pero también porque alguien lo ordena.
La CORREPI ha contabilizado casi 200 desaparecidos en democracia. Santiago Maldonado, viene a incrementar ese número. Verdú hace un rápido pero escalofriante repaso: “A los Kirchner les llevó 10 años pasar de una muerte cada 30 horas que fue el legado de Duhalde, a una muerte cada 28 horas. Y nos arrancábamos las mechas y decíamos qué barbaridad. A Macri y el conjunto de Cambiemos, le alcanzaron y sobraron 10 meses y medio para pasar de una muerte cada 28 horas a una cada 25 que era el número el 2 de diciembre pasado. Casi una muerte por día».
Las cifras para este final de año, parece que se agravan. Todavía, afirma María del Carmen, no han terminado de procesar los casos registrados. Y recuerda lo que le dijo un compañero que hace la tarea gris de ir contando y sumando los casos: “Negra, nos están matando más rápido de lo que podemos escribir”.
Para muestra basta una semana
Los allanamiento y detenciones vividas en Córdoba y la feroz represión en Buenos Aires son para Verdú solamente una muestra: “Hemos visto como nunca en la historia una cantidad de policías de civil con una particularidad, el mismo policía de civil infiltrado en la movilización, al rato aparecía con chaleco deteniendo gente”. Una etapa que viene marcada en palabras de Carmen, por la profundización del uso de todas las herramientas represivas a disposición del aparato estatal y que administra el gobierno de turno.
Hay otro elemento peligroso en la gestión de Cambiemos para la abogada: “Se nombran funcionarios en puestos claves como Pablo Nocetti, defensor de genocidas. Se hace que la Corte intente beneficiar con el 2×1 a los genocidas. Se aplaude la línea editorial de La Nación, caja de resonancia mediática de la propia línea del gobierno nacional exigiendo el cierre de los juicios a los militares y la reapertura de las causas contra los militantes populares y revolucionarios de esa década. Y más aún se reivindica el terrorismo de Estado y la metodología de la desaparición forzada de personas”.
Desde el lado oscuro de la luna
Un clima poco favorable. Con palomas urbanas que nos cagan mientras hablamos. Con una Policía entrenada para matar. Al decir de Verdú, trabajamos en el lado oscuro de la luna, o como si hiciéramos partos en una funeraria. Sin embargo, la abogada reivindica que sigamos creciendo, militando con alegría desde el lugar de la represión, de la tortura, de la muerte. La importancia política del lanzamiento de la CORREPI Córdoba encuentra su fundamento en la necesidad de la lucha organizada, la necesidad de acción y unión en la calle incluso “con aquellos que nos separa un abismo de diferencias por ejemplo con la caracterización de gestiones de gobierno anteriores. Hoy estamos en la misma trinchera y estamos recibiendo los palos del mismo lado”.
* Por Débora Cerutti para La tinta / Imágenes Colectivo Manifiesto