Las Lindas: un universo femenino
El jueves 20 de julio se estrena en el Cineclub Municipal Hugo del Carril, la película Las Lindas (2016, 77´), de Melisa Libenthal. Un ensayo sobre el tránsito de niñas a mujeres, edificado como un autorretrato de la directora, desde la mirada colectiva construida con sus amigas. Conversamos con Melisa sobre la experiencia de hacer Las Lindas, sobre la particular forma del relato, y su mirada de lo narrado.
Por Redacción La tinta
Suena el teléfono. Atiende Melisa.
-Hola
-Hola, con Irene por favor
-No, no está ella
-¿Quién habla, el hijo?
Con este sugerente diálogo comienza Las Lindas, la primera película de Melisa Libenthal, estrenada en el Festival Internacional de Rotterdam en 2016. Sin esperarlo, según cuenta la directora, fue premiada en el Rotterdam, el BAFICI y el Festival Internacional de Cine LGBTIQ Asterisco, y proyectada en diversos espacios de Europa y América.
La película nos propone una relectura de un particular momento en la vida de las mujeres entrevistadas: el paso de la niñez a la pubertad. A partir de las conversaciones con sus amigas y apoyadas en las fotografías de su adolescencia, van recordando prácticas y discursos cotidianos y naturalizados, con una pesada carga de mandatos de género que condicionan los modos de vincularse con los otros y consigo misma.
“Empezó como un experimento, tenía ganas de hacer un autorretrato, de construir la primera persona, hablar de mi propia experiencia siempre teniendo en mente cruzarla con algo universal”.
El cuerpo, la mirada del otro, la mirada de una misma a partir de esa mirada del otro. Melisa se expone como caso narrable para saltar a ese universal. “Quería narrar un fragmento de experiencia conectado a emociones (…) eran temas que tenía trabajado internamente (…) en la película aparecen siempre como algo del pasado, con esa perspectiva temporal”.
A partir de que me llegó la pubertad, dejé de sonreír en las fotos. ¿Por qué tenés esa cara? Hola Miss Simpatía ¿Le pasa algo a Melisa que tiene esa cara?
Un “momento fundacional del proyecto”, cuenta la directora, fue revisar los álbumes cronológicamente guardados por su padre, y ver “el paso de una niña super sonriente en todas las fotos, a la adolescente con cara de orto, que era muy claro de un verano al otro. Estaba esa historia ahí en el álbum, era solo cuestión de verla desde ese lugar”. Hacerse las preguntas de ese tránsito: “¿por qué tenía esa cara?, ¿por qué la pasé tan mal?, ¿por qué tuvo tanto peso ese momento para mi?”.
En la película adquieren un peso significativo las fotografías de la época. “Me interesaba el archivo, trabajar con mi archivo personal. Esas fotos fueron tomadas con otro propósito (…) era releer todo eso desde esta perspectiva y desde esta historia”.
Las Lindas se va tejiendo en colectivo, parte desde Melisa hacia su entorno, que le devuelve una mirada: “también me interesaba cómo mi círculo de amigas más íntimas me construyen como persona y personaje. Todas nos reflejamos en todas, una nunca está aislada, tu entorno también habla de vos”. Fue un entre-chicas deliberado, un interés por la dinámica de la amistad de mujeres que crecieron juntas, “la idea del clan, todo se comparte, todas saben todo de todas”.
A partir de la experimentación y la intuición, Melisa fue trazando la película. Sin guión, el montaje se transformó en la forma de escritura de lo narrado. “Con las entrevistas fue probar y a partir de las fotos viejas hablar de eso, y yo desde detrás de cámara iba dirigiendo, haciendo las preguntas que me interesaban (…) sin predeterminar temas. Yo estaba sola detrás de cámara porque había algo de esa intimidad que me interesaba transmitir”.
“Hasta en lo más banal y lo más superficial, está lleno de señales de cómo fuimos moldeadas en nuestro género, que pueden pasar desapercibidas, pero que están todo el tiempo, más en la pubertad, ahí cae toda el peso de estas cuestiones”.
La mirada que atraviesa la película es honesta y desprejuiciada. Narra de forma fresca un universo de amigas, un “universo femenino, relaciones entre mujeres, códigos femeninos”. Sin embargo lo hace desde la propia experiencia, desde las preguntas que surgen de lo vivido, respetando su propia historia y quien fue Melisa a esa edad, “me interesaba ser franca con ciertas contradicciones internas que todas tenemos (…) creo que una de las cosas más valiosas del feminismo es no condenar y entender que todo es un proceso constante”.
“Lo más interesante (del feminismo) es la idea de libertad, de aceptación, de amor y de respeto y a partir de esas bases debería venir el resto”, cierra Melisa.
*Por Redacción La tinta.
♦Las Lindas se proyectará en el Cineclub Municipal Hugo del Carril desde el jueves 20 de julio. El sábado 22/7 a las 20:30hs. se realizará una función extraordinaria, con presencia de la realizadora, en diálogo abierto con el público.