Organizando la autogestión en Traslasierra
Se realizó en el pueblo de Los Hornillos un Encuentro de Grupos Autogestivos del Valle de Traslasierra. Participaron más de treinta organizaciones.
Por Tomás Astelarra para La tinta
El sol se hizo presente temprano para comenzar a aglutinar a los cumpas que venían de diferentes parajes y que con la voluntad del encuentro se movilizaron un domingo por la mañanita para buscar formas de empoderar el trabajo autogestivo y cooperativo en el Valle de Traslasierra. Tejer redes, plantear problemas y soluciones, acciones concretas para encarar el futuro en tiempos de crisis.
“El encuentro se gestó de un grupo de personas que venimos trabajando y debatiendo hace dos o tres meses para darle forma. Visualizábamos que hay muchas cooperativas de trabajo, bibliotecas populares, radios comunitarias, artesanos y agricultores, entre otros, con una lógica de labor colectivo y autogestionado. La idea era profundizar esta línea de pensamiento, hacer un mapeo, un diagnóstico y ver que surgía pa’delante. Finalmente sucedió”, cuenta Juan, miembro de la Editorial Tierra del Sur. La editorial funciona en la casa cultural y cooperativa La Ronca de Los Hornillos, pero nació en Barracas, en el Centro Cultural La Gomera, donde todavía hoy funciona una imprenta que coordina su trabajo con los compañeros de Traslasierra, además de una nueva sede en Lago Puelo, Chubut.
En La Ronca también funcionan, entre otras cosas, la radio comunitaria El Grito, una panadería (Los Hornitos) y una cooperativa de galletitas integrales (El Faro). De allí llegaron la yerba, los panes y galletitas, el sonido, los tablones y afiches, la cocina y otros implementos necesarios para llevar adelante el encuentro en el salón comunal de Los Hornillos. El resto del costo se repartió de forma voluntaria entre los participantes.
Después del desayuno, a través de una dinámica dirigida por los cumpas del centro cultural La Lechuza, de San Pedro, se realizó un mapeo para que luego diversos grupos analizaran las luces y sombras de su trabajo. Finalizando el almuerzo a la canasta, los niños expusieron su trabajo de la mañana, una tanda de pancitos caseros para la cual pidieron una gorra que autofinanciara la harina y otros materiales.
Por la tarde se trabajó en concretar proyectos para fortalecer el trabajo colectivo de la región. Clasificados de necesidades, formas de difusión de las actividades en internet, nuevos encuentros y talleres de formación fueron parte de las ideas que se discutieron en el plenario.
“Creo que fue un encuentro bastante interesante y productivo. En todos los grupos que participé hubo ideas claras, una propouesta bastante coherente, pude hacer muchos contactos, compartir destrezas, creo que es un buen relevamiento de todas las herramientas con las que contamos para llevar adelante este proceso”, opinó Julio, de la Casa Semilla de Las Chacras Sur.
“Estuvo muy bueno, hace falta más de estos espacios de encuentro con pares, con gente que está transitando estos momentos difíciles. Está bueno juntarnos, transformanos, reflexionar para ver cómo podemos seguir caminando cada vez más entrelazados. Hay montón de cosas que están sucediendo en Traslasierra con este tinte de la autogestión y son de gran aporte para la región. Está buenos conocernos y empezar a accionar juntos”, agrega María de la Biblioteca Popular de Los Molles y la Red de Ferias del Valle de Conlara.
“Muy contento porque me parece que es un disparador para acciones futuras en lo que es una nueva forma de asociación alternativa frente a la asociación que se nos proponen desde arriba, de la que de alguna manera estamos cautivos. Encontrar formas de desarrollo que no son las convencionales y que tienen mas que ver con nosotros. Esto es un potencializador de lo que estamos haciendo”, concuerda Juan, integrante de las mismas organizaciones.
Participaron unas cincuenta personas representando más de un treintena de organizaciones. “Son muchos grupos. En un día es muy difícil profundizar, pero algo se logró y quedó las perspectiva de seguir trabajando y tejiendo redes”, aclara Juan y hace la reflexión poniendo en referencia el aniversario de la Masacre de Avellaneda como punto de inflexión, por represión o reacomodamiento del sistema económico, de todo el fervor popular y autogestivo que se vivió en el 2001.
“Viendolo en perspectiva, a los que vivimos este pensamiento en esa época, nos agarró medio en pañales. Había un montón de ganas, una potencia que quizás no terminó de cuajar por un montón de factores externos, pero también por un montón de falencias propias. Nos dimos en la cara con los problemas que tienen estas formas de organización. Pero que se pueden superar. Y ahora estamos más maduros para afrontar una nueva crisis. Se dio varias veces en el debate que no nos educan para el pensamiento colectivo, para ponernos de acuerdo con el otro, resignificar nuestras ideas con otros. Al contrario, las instituciones formales nos educan en el individualismo. Por eso se hace cuesta arriba. Pero mientras busquemos espacios donde esa sea la meta, creo que va a ir creciendo. En el encuentro se mostró que no somos tan pocos. No es casualidad que muchos de lo que participamos vivimos esos momentos hace quince años y hoy estamos acá en Traslasierra. Sentimos que nos faltaba contacto con la tierra, la potencialidad de producir el alimento, nuestra propia subsistencia, que es lo que faltaba allá. Venimos con muy poca experiencia de eso, pero creo que nos vamos organizando en ese sentido”, afirmó.
Y agrega: “Yo veo que de ese momento del 2001, con toda la participación que se dio y la posibilidad de otra forma de hacer las cosas, de ahí surgieron las tres vertientes que hoy estamos viviendo. Por un lado el kirchnerismo que logró encauzar institucionalmente esa resistencia y rebeldía, mal que nos pese, con el poder del estado: bajar dinero, manejar económicamente y políticamente a ciertas organizaciones que eran autónomas o críticas del estado. Por otro lado el gobierno que tenemos ahora, Macri y toda la derecha, que de alguna manera nacieron ahí, ante toda esa potencia en las calles y esa rebeldía semiorganizada. Se dieron cuenta que había que formar algo nuevo desde las viejas estructuras institucionales, eso es el Pro. Y un tercer grupo, seríamos los que estamos peleando más allá de la lógica del estado, tratando de establecernos por fuera de eso o al menos no poniéndole todas las pilas a eso, a lo institucional, a lo partidario. Y acá estamos un montón de grupos o cooperativas organizadas, muchas de las cuales estuvieron en el encuentro, que estamos tratando de darle una forma a una coordinación mas general de los espacios, para poder fortalecernos por fuera de las viejas lógicas”.
*Por Tomás Astelarra para La tinta. Foto de portada: Colectivo Manifiesto.