«Educación popular y autogestión se alimentan mutuamente»
Un diálogo con el pedagogo Orlando «Nano» Balbo, quien pone el eje en capacidad de construir saber de manera colectiva y tensiona las construcciones de las instituciones vigentes.
“El Estado tiene la obligación indelegable de hacer a la educación, pero lo que no tiene es un monopolio. La sociedad civil tiene derecho de hacer su propio proceso educativo y el Estado tiene obligación de auxiliarla con apoyaturas económicas, pedagógicas y de toda naturaleza. Lo que sí tiene el Estado es el monopolio en la entrega de las acreditaciones, de los títulos. Esa es la única materia a negociar”, afirmó a esta agencia.
Como resultado de las políticas de las últimas décadas hay una fuerte controversia sobre los efectos de las últimas reformas en el sistema educativo de los últimos diez años, el dilema parece centrarse en un difícil binomio: una escuela normativa para unos pocos, por un lado; y otra más amplia pero con un mero rol de contención, por otro.
Crear educación popular
Paralelamente al sistema educativo hegemónico que el Estado comenzó a estructura a fines del siglo XIX, emergieron proyectos alternativos, populares y autogestivos que encontraron en el pedagogo brasilero Paulo Freire uno de sus mayores exponentes a partir de la década de 1960.
“La educación popular y autogestión se alimentan mutuamente. Los alumnos llevan la materia prima para que los docentes la convirtamos en saberes que ellos necesitan y se dé un proceso pedagógico de mutua alimentación. Esto debiera hacer a cualquier proceso educativo, pero la educación popular lo toma con mayor énfasis”, dijo el pedagogo Nano Balbo.
“La educación popular trabaja con las condiciones que traen los alumnos, no con los condicionamientos externos, porque estos son impuestas a los alumnos”, concluyó.
Fuente: Ansol