A cuatro meses del acta, no reinsertaron a ningún despedido del Conicet
El Ministerio de Ciencia de la Nación incumplió el acuerdo que firmó en diciembre y admitió que no podrán reinsertar a los investigadores despedidos por falta de presupuesto. «Lo propusieron de manera apresurada sin intención de cumplirlo, solo para que se levante la toma», afirman los académicos.
Por Gustavo Sarmiento para Tiempo Argentino
Pasaron cuatro meses del convenio firmado entre el Ministerio de Ciencia de la Nación y los 508 investigadores que ganaron su ingreso a la Carrera de Investigador del Conicet y no pudieron efectivizarlo por el recorte presupuestario. Tras la histórica toma de la cartera que conduce Lino Barañao, las autoridades se comprometieron a incorporarlos en otras instituciones públicas, pero acaban de reconocer que no van a cumplir.
Los investigadores apenas cuentan con una beca que terminará en siete meses, aunque 107 de ellos aún no la recibieron. Las agrupaciones que los nuclean volvieron a movilizarse al Ministerio el jueves pasado, y decidieron una vigilia con acampe para el 8 de mayo en la explanada de la sede en Palermo, previo a la tercera reunión de la Comisión Mixta de Seguimiento, el órgano que debe garantizar el cumplimiento del acta.
En la segunda reunión, el 12 de abril pasado, los representantes del Ministerio admitieron que no cuentan con los fondos para garantizar la reinserción del medio millar de despedidos.
Agregaron que las condiciones de contratación dependerán de la entidad receptora, incumpliendo el punto 3 del convenio, que ordenaba mantener las mismas condiciones laborales y salariales que en el Conicet.
Promesas rotas
Barañao quiere apelar a negociaciones individuales con cada despedido, y ya envió listas de investigadores a organismos públicos para tantear si podían incorporar a alguno, sin consultar a los damnificados. Lo hicieron con el Instituto del Agua, el Malbrán y el Archivo General de la Nación, adonde llegó una comunicación con nombres de ocho historiadores, algunos de provincias. Ninguno había elegido ese lugar porque el Archivo no cuenta con cargos de investigación, y este año sufrió un recorte dentro del Ministerio del Interior. Pasó de $ 133 millones en 2016 a 30,8 millones.
Las principales apuntadas por Barañao son las universidades. En el último encuentro del Consejo Interuniversitario Nacional, el Ministerio les pidió que acepten científicos, sin darles un fondo «extra». Recibieron un rotundo rechazo, por el ahogo económico que padecen: según un informe de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), el gobierno nacional les transfirió en los dos primeros meses de este año un 19,5% menos que en enero–febrero de 2016: 5943 millones frente a 7385. En el medio, la inflación y el aumento de tarifas las dejaron en estado de emergencia.
Los científicos sostienen que la única salida es que ingresen al Conicet, derecho que obtuvieron por concurso . Lucía Maffey, de la agrupación Jóvenes Científicos Precarizados, reveló: «Ahora plantean que no tienen la plata, cuando en diciembre dijeron que había una partida especial de Jefatura de Gabinete para solventar la inserción de los compañeros despedidos».El ingreso a Carrera de Investigador es el más bajo en más de una década. Volverá a serlo este año, con 450 cupos, entre los que también estarán los repatriados (70 por año) y los de temas estratégicos, que hasta ahora eran tres convocatorias separadas.
Los investigadores denuncian que la decisión del macrismo es política y cultural, no presupuestaria: buscan achicar al Conicet y generar una ciencia selecta, al servicio de intereses privados, acompañado por una campaña de desprestigio con trolls y medios oficialistas, igual que ocurrió con docentes y artistas.
El gobierno tiene los fondos para incorporar a los 508 científicos (son $ 170 millones, menos del 5% de las retenciones quitadas a mineras), pero el recorte es sistemático: para 2017 prevén 897 ingresos menos de becarios y los proyectos de investigación financiados descenderán de 2230 a 2100. «
«Firmaron el acuerdo sin intención de cumplirlo»
Guadalupe Maradei es una de las integrantes de la Red de Afectados. Doctora en Filosofía y Letras por la UBA, donde es docente, cuenta con tres posdoctorados, uno de ellos en Berlín. Le sobraban antecedentes cuando se presentó para ingresar a la Carrera de Investigador. Su proyecto era abordar la crítica literaria posdictadura hasta hoy en relación a estudios de género: cómo se valoraron los textos escritos por mujeres y los que abordan problemáticas de la diversidad sexual. Quedó muy bien ranqueada en la orden de mérito, «pero de manera abrupta el gobierno hizo un ajuste nunca anunciado cuando nos presentamos. Nadie avisó que los cupos serían 60% menos. Fue un golpe durísimo», cuenta a Tiempo. Sólo le quedó una mínima beca que finalizará en diciembre, sin aportes sociales.
Según el acta acuerdo, a esta altura Guadalupe debía estar en algún organismo público investigando su tema, con las mismas condiciones laborales que hubiese tenido en el Conicet. Pero no tuvo respuesta. Su nombre figuró en una lista que envió la cartera de Barañao al Instituto del Agua para ver si podían aceptar a algún científico con fondos propios: «No tiene nada que ver. Nos responden con evasivas. No han cumplido en nada.» En referencia al acuerdo de diciembre, dice: «Lo propusieron de manera apresurada sin intención de cumplirlo, solo para que se levante la toma».
Es una de las tantas que ya recibió ofertas del extranjero. En su caso, continuar en la Universidad de New York. Tiene solo una chance más de entrar al Conicet este año, porque llegó al límite de 35 años. Pero volvieron a achicar los cupos. En su Comisión, donde antes entraban 27, ahora solo ingresarán dos.
* Por Gustavo Sarmiento para diario Tiempo Argentino / Fotografías: Emergente.