Berta y Pablo: una película nacional que nos invita a explorar el amor y la ternura
Seguimos celebrando el cumpleaños de La tinta y trasladamos el festejo al Cineclub Municipal. Allí seremos parte de una proyección especial en la que podremos disfrutar de la película Berta y Pablo, un largometraje nacional sobre el amor, y encontrarnos con las personas que queremos. Su director dialogó con este medio acerca de su producción y la apuesta creativa que llevaron adelante.
Por Lourdes López para La tinta
Caro es la protagonista de una tierna historia de amor en la película Berta y Pablo, el largometraje que dirige Matías Szulanski. Esta película es una proyección de origen nacional, cuyo proceso de producción fue una apuesta personal muy importante y tocó fibras sensibles. Así lo cuenta su director, quien dialogó con La tinta y profundizó acerca de su obra.
Esta película nos cuenta la historia de Caro, una joven que regresa de Montevideo hacia Buenos Aires durante una ola de calor intensa y que debe encontrarse con una amiga para grabar canciones, compartir su proyecto musical y también visitar la casa de su abuela, recién fallecida. Aunque ambas razones son más que suficientes para su regreso, el verdadero motivo del viaje es la necesidad de abrir la distancia entre ella y su novio.
Como espectadores, acompañaremos a Caro en sus paseos por la ciudad, incluida esta especial visita a la casa familiar, donde verá qué puede recuperar entre sus pertenencias. Será allí que, dentro de uno de los libros que encuentra, descubre que su abuela mantenía correspondencia con un hombre llamado Pablo. Comenzaremos así a transitar un camino especial dentro de una historia que contiene la ternura como sostén narrativo.
―¿Cómo nace esta idea para vos?
―Esta era una película que yo quería salir a filmar porque estaba en un momento un poco triste de mi vida. Había fallecido mi abuela y sentía la necesidad de salir a filmar cuanto antes. Por eso, armamos finalmente el guion y, al mes, ya estábamos con el rodaje en marcha. Yo tenía en mente una idea de una chica que descubre correspondencia en libros y un poco me había quedado en el tintero este indicio. Hasta que, en el verano, buscando una historia para salir a filmar, nace esta pregunta de cómo corporizar la idea de una mujer que encuentra estas cartas. Preguntándome esto, respondo que puede ser una versión ficticia de mi abuela y que quien escribiera esas cartas fuera mi abuelo. Si bien debo aclarar que no es la historia de ellos, sí son los personajes de esta película.
―¿Cómo surge la realización de esta película y de qué manera se despliega su filmación?
―En principio, esta película es muy artesanal y muy cruda, muy rústica y chiquita, en el mejor sentido de la palabra. Fue hecha un poco a modo de guerrilla, con un equipo en el que yo hacía cámara y dirección, un sonidista y un compañero haciendo de asistente de producción. Fuimos coordinando y planificando el rodaje según nuestras posibilidades y las de filmación. Duró 12 jornadas a lo largo de un mes, durante marzo del año pasado. Queríamos meternos en esa aventura de salir a filmar y saber que esta película nos iba a permitir trabajar así.
―Ya con la película terminada, ¿creés que cumplió con esa idea inicial que tenías en mente?
―Sí, la verdad es que sí. Estoy muy contento con la película, siempre considerando que el rodaje fue un proceso intenso porque lo hicimos durante una ola de calor y con las dificultades que eso trae. Pero bueno, era salir y hacer frente. Por eso, estoy muy feliz con la obra que salió, que refleja mucha artesanalidad y que tiene ese estilo rústico que estábamos buscando. Y, sorprendentemente, la peli tuvo muy buena repercusión. Yo confieso que fui con miedo porque es una historia muy personal mía, pero, a la vez, creo que refleja una historia muy universal que es el amor y eso al público le gustó.
―¿Qué podemos esperar los espectadores al verla?
―Y es un poco una película de tipo cuento de hadas, muy ingenua en este sentido. Pero, en última instancia, es una película de amor. Ya no se hacen pelis de amor, en el sentido más puro de la palabra, porque no hablamos solo de amor romántico, sino de pareja, de amigos, de familia. Y un poco la apuesta también era intentar reflejar cómo, a veces, el amor nos guía dentro del amor y de nosotros mismos.
―¿Cómo ves el escenario de producción nacional de cine, considerando el cierre de muchos organismos relacionados a la cultura como el INCAA?
―Bueno, es muy triste todo el escenario y también cómo virtualmente está todo muy parado. Sí creo importante decir que el cine argentino no murió y que está vivo. Lo que sí vemos morir son esas instituciones que están encargadas de fomentarlo y protegerlo, que es aun muy triste. De todas maneras, creo que hay que seguir filmando, saliendo a producir y creando, mientras seguimos exigiendo que vuelvan a desplegarse políticas públicas de fomento del cine, que hicieron de Argentina la décima industria mundial en producción cinematográfica. Creo que es importante seguir exigiendo esto, a la par que salimos a crear más que nunca.
Ficha técnica
Año de producción: 2024
Duración: 61 minutos
País: Argentina
Calificación: Apta para todo público
*Por Lourdes López para La tinta / Imagen de portada: fotograma de «Berta y Pablo» (2024).