¿Alcanza ganar la calle para frenar a los hermanos Milei?

¿Alcanza ganar la calle para frenar a los hermanos Milei?
26 abril, 2024 por Adrián Camerano

Multitudes confluyeron en cuatro movilizaciones históricas de enero a esta parte. Todas, en mayor o menor medida, en respuesta a medidas de un Gobierno nacional al que le sobra iniciativa política.

Cuando le preguntan por los perros de Milei, el vocero Manuel Adorni se pone como loco. Un día los empata con 43 conejos, otro día avisa que indagar sobre los canes es meterse con la familia presidencial, y en medio de esas fintas tiene tiempo para pronosticar que si la gente quiere, habrá gestión mileísta por ocho años y que la motosierra “es eterna”. Provocador tanto en la calle digital como en el face to face diario con los periodistas acreditados en Casa de Gobierno, el frontman Adorno quizás esté en lo cierto: si en enero la sensación era que el ex empleado del grupo América no pasaba marzo, a las puertas de mayo el DNU sigue vigente y aunque reducida, la Ley Bases está a un tris de aprobarse, a pesar de que las últimas cuatro movilizaciones han sido las más grandes del último tiempo.


A esta altura de un partido que el pueblo viene perdiendo por goleada, ¿alcanza con ganar la calle y repletar las principales plazas del país? ¿O estaría faltando pasar a la ofensiva? 


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Imagen: Fernando Bordón

“La patria no se vende”

Bajo el sol del 24 de enero ocurrió la primera salida masiva a las calles del pueblo argentino en la era Milei. El paro general convocado por las centrales sindicales, las organizaciones sociales y otros colectivos fue la respuesta organizada a las agresivas políticas desplegadas por el gobierno desde el minuto uno, y que se tradujeron en el famoso mega DNU en la era Milei y lo que entonces se llamaba ley Ómnibus. Parece que fue hace un año, pero ayer nomas se contaron por centenas de miles lxs trabajadores que pusieron el primer stop a una gestión que, sin mayoría en el Congreso, más temprano que tarde, vio fracasar el tratamiento de ambos proyectos legislativos. 

“La patria no se vende” fue la consigna de cabecera en una medida que en Córdoba tuvo una gran concentración y acto en el Patio Olmos, y un segundo acto por la tarde (menos concurrido) en la plaza España. Como en las otras tres movilizaciones posteriores, la escena se repitió en grandes centros urbanos del país, y la novedad aquella vez fue el estreno global de un protocolo antipiquetes que se rindió ante la masividad. El Gobierno ensayó también una política de descuento salarial a los empleados públicos que se sumaran al paro, en un contexto donde miles ya habían sido despedidos y muchos más sabían que el telegrama estaba a la vuelta de la esquina. 

La adhesión fue masiva, pese a no hubo paralización total de los medios de transporte público. Pero la ofensiva antiestado no se detuvo, más bien se profundizó.  

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Imagen: Ana Medero

Marzo fue en las calles

En febrero la motosierra no descansó, y aunque no hubo paz, el mes más corto del año no registró movilizaciones de las que vendrían en marzo, con el segundo y tercer hito masivo y callejero opuesto al gobierno de los hermanos Milei. Aunque se trató de dos fechas fijas en el calendario de los sectores populares, sendas provocaciones esgrimidas en cada caso por la gestión le sumaron un componente de repudio que se sumó al acumulado a partir de la gran marcha pasada. En el albor del mes, el Día Internacional de la Mujer Trabajadora con un nuevo Paro Internacional Feminista, estuvo atravesado por el rechazo al corrimiento del Estado de las políticas de cuidado que supimos conseguir y contra el negacionismo de la brecha de género, en todas sus dimensiones. En reclamo por la disparidad salarial, la desigualdad estructural y la violencia sistémica con su cara más feroz, los femicidios. En Córdoba, con un escenario de unidad, la que aglutinó fue “Juntas y Juntes contra el plan de ajuste, hambre, violencia y represión de Milei y sus cómplices».

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Imagen: Fernando Bordón

Otra vez se desbordó el protocolo, hubo una prohibición oficial de toda comunicación pública y la provocación del día fue el cambio de nombre al Salón de las Mujeres de Casa de Gobierno, by Karina Milei. Algo similar ocurrió el domingo 24, cuando el Gobierno marcó la cancha mediante un video tributario de la teoría de los dos demonios, que además de cosechar repudios, no hizo más que reforzar las enormes movilizaciones de esa misma tarde. Los rumores de indulto o de extensión de las prisiones domiciliarias a los condenados por lesa aportaron en la misma línea, y en Córdoba la movilización fue de las más grandes convocadas por la Mesa Provincial de Trabajo por los Derechos Humanos. Histórica, con cuadras y cuadras repletadas, presencia más que nunca de organizaciones políticas, sociales y sindicales y una consigna unívoca: “A 48 años del golpe de Estado cívico-militar, decimos ‘La Patria no se vende, en la calle se defiende”.

Antes, otra movilización de partidos de izquierda también plantó bandera en la provincia, donde casi 8 de diez ciudadanos votó a la fórmula libertaria.

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Imagen: Ezequiel Luque

Era en abril

Al cuarto mes del año se llegó con el acumulado en las tres grandes movilizaciones anteriores y un avance inédito sobre miles de empleos estatales, que incluyó el cierre de oficinas públicas en todo el país, más en clave de anuncio y de vallado con presencia policial que en instrumentos jurídicos que otorgasen un viso de formalidad. Esta vez, la convocatoria a defender a las universidades públicas y la educación en general fue la más masiva de las movilizaciones que nos ocupan, y el sello distintivo estuvo dado por la presencia mayoritaria de jóvenes, quizás el votante y/o militante de Milei por antonomasia.

Libro en mano, en Córdoba varias generaciones confluyeron en una marcha inédita, con una masividad nunca vista pese a que el principal sindicato docente no convocó a paro ni a desobligación (¡en una marcha por defensa de la educación!) y que desde el Rectorado de la UNC se programó un horario de inicio poco conveniente: las 11. Aunque no faltaron oportunismos, como el de los diputados nacionales que movilizaron compungidos pero al día siguiente faltaron a la sesión convocada para dotar de presupuesto a las universidades, las movilizaciones en todo el país fueron un torpedo sobre la línea de flotación sobre una gestión nacional hasta este 23 inconmovible.

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Imagen: Fernando Bordón

Nunca alcanza

Brothers in arms, los hermanos Milei arman equipo, y de seguro no pueden creer todo lo que lograron en apenitas cuatro meses y sin experiencia previa. Miles de puestos laborales mochados, agencias estatales cerradas, recesión atroz y una transferencia brutal de recursos al sector privado. Incluso los sondeos le dan al Presidente una imagen positiva insólita, dado el caso.

Enfrente, el parte del pueblo se ha organizado y ha dado muestra de reservas morales, demostración de fuerza y conciencia de clase. Ubicado a la vanguardia de la resistencia a las políticas públicas contrarias a sus intereses, insistirá por ese camino en los actos por el 1 de mayo y muy especialmente el próximo 9, cuando se produzca el segundo paro general en menos de cinco meses.

Ahora bien, y mientras este sábado 27 reaparecerá públicamente Cristina Fernández, los sectores opositores tienen mucha calle y pocos líderes políticos a la vista. Las multitudes que protagonizaron las más masivas movilizaciones del último tiempo están de algún modo huérfanas de referencias de peso, mientras el PJ se debate entre el internismo y los intereses de pago chico, los gobernadores juegan su juego y no sobra quien tenga atributos que no se compran en ningún lado: capacidad, coherencia, honestidad y, sobre todo, carisma.

El riesgo es que la escalada de movilizaciones se demuestre insuficiente, se termine agotando en sí misma y quede allanado el campo para hacer realidad el sueño de los Adornis: motosierra eterna, hasta que no quede nada.

*Por Adrián Camerano para La tinta / Fernando Bordón para La tinta.

Palabras claves: educación publica, Javier Milei, universidad

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