Yorka: “Latinoamérica tiene un poder inmenso”

Yorka: “Latinoamérica tiene un poder inmenso”
9 marzo, 2022 por Redacción La tinta

Por Manuel Allasino para La tinta

La banda de indie pop chilena Yorka está de gira por Argentina y harán dos fechas en nuestra ciudad.  

Yorka es una banda chilena originaria de San Bernardo, Santiago, liderada por las hermanas Yorka y Daniela Pastenes. El dúo tiene varios discos publicados y visita por primera vez Córdoba, en donde hará dos presentaciones en Pez Volcán: el viernes 11 de marzo junto a Sofía Viola y el sábado 12 junto a Benjamín Walker y el músico cordobés Gabi Merlo. 

Desde La tinta, aprovechamos la oportunidad para hablar sobre el proceso creativo, los nuevos proyectos y la escena musical latinoamericana. 

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(Imagen: Yorka)

—Ya cuentan con tres trabajos de estudio: Canciones en pijama (2013), Imperio (2015) y Humo (2018), ¿cómo es el proceso creativo?

—El trabajo de creación ha sido bastante autobiográfico y de alguna manera ha contado nuestra historia. Suele pasarnos algo que queremos cantar y nace una idea, una melodía y luego una canción que vamos armando entre las dos. En el 2020, hicimos un disco “pandémico” con nuestros compañeros de casa, porque el encierro nos pilló con otros cantautores chilenos y armamos “Mal”, un disco co-escrito con Benjamín Walker y Hakanna que fue la primera experiencia de ese tipo. A mediados de año, lanzaremos nuestro nuevo álbum que fue trabajado con Cristián Heyne y sentimos que él influyó bastante en las decisiones estéticas de las canciones, jugando con un lenguaje mucho más pop y simple.

—Se encuentran promocionando el sencillo Viento, interpretado en colaboración con una de las principales voces del pop chileno, Gepe, y la cantautora colombiana Lido Pimienta; y en su versión acústica con el reconocido cantautor chileno Manuel García. ¿Cómo fue trabajar con tremendxs músicxs? 

—Es un sueño cada vez que compartimos un trabajo con otro artista que admiramos. En este caso, nos dimos el gusto de poder trabajar con esta tríada de artistas una canción que le hicimos a nuestro papá. El mundo está pasando tan rápido e incierto que, si podemos trabajar con alguien que admiramos, lo hacemos más allá de las estrategias. 

—Han recorrido el continente de norte a sur con un proyecto musical que va a contracorriente con el llamado «nuevo pop chileno», ¿cómo es la recepción en los diferentes países?

—Sentimos que siempre hemos nadado contra la corriente. Nuestro país es muy pequeño y la música chilena muchas veces nunca sale de nuestro territorio. Estamos trabajando en nuestro país con todo el corazón, pero descubrimos que podemos hacerlo también en cualquier lugar que entienda nuestras letras y nuestro mensaje. Hemos estado en Estados Unidos, México y Brasil tocando en eventos pequeños, organizados por nosotras y descubriendo cómo poder crecer con nuestras propias manos. El público ha reaccionado muy bien y eso nos motiva a seguir viajando, por eso estamos acá en Argentina ahora. Nos encanta lo que hacen artistas argentinas y queríamos venir a conocer este país, poder cantarles nuestras canciones y poder acercarnos más. Creemos que Latinoamérica tiene un poder inmenso gracias al idioma y en la música podríamos aprovecharlo mucho más allá de lo urbano que nos une como continente. 

—Se presentarán el viernes 11 de marzo junto a Sofía Viola y el 12 con Benjamín Walker y Gabi Merlo. ¿Qué pueden contarnos de estas fechas en nuestra ciudad?

—Es la primera vez que visitamos Argentina y poder ver más allá de Buenos Aires era una meta. Estamos emocionadas de compartir con un artista cordobés como Gabi Merlo y al mismo tiempo abrirle un show a Sofía Viola, que suena bastante por Chile, es verdaderamente un honor. La guinda del pastel es que compartimos con Benjamín Walker, quien a estas alturas de la vida es nuestro hermano. Estaremos presentándonos dos días seguidos en el Pez Volcán: el viernes en un formato más íntimo y el sábado mostraremos un poco más de nuestros trucos con un formato más amplio. 

—Tienen muchas canciones propias, pero también se permiten hacer versiones como, por ejemplo, Yo te diré de Miranda. ¿Cómo surge esa decisión?

—Esa versión le gusta mucho a la gente, jajaja. Mira, para ser sinceras, nos encanta la música. Cuando nos gusta una canción, lo primero que hacemos es buscar los acordes y guitarrearla. En nuestras redes siempre pillarán covers de otros artistas que admiramos. Esta canción de Miranda es un himno, un temazo, nosotras solo le hicimos una humilde versión que ha tenido una linda recepción.

—¿Cómo ven la escena musical latinoamericana? 

—Es inmensa y hermosa, somos fanáticas de la música latina, desde lo urbano hasta lo más experimental. Nos gusta cómo Argentina tiene un poco más de rock, Colombia es más bailable, Brasil es un planeta único, México es la balada romántica y así todos los países tienen sus propios condimentos. Nuestro país, Chile, sentimos que es muy melancólico y triste, tiene unos colores particulares que nos encantan. Sentimos que la música latina debería empoderarse más en cada país, deberíamos escuchar más la música de nuestros vecinos y armar un circuito sudamericano o latino que sea sustentable por sí mismo. Está repleto de proyectos buenísimos, solo necesitan ser apoyados y escuchados como lo hacen con la música anglo. 

—¿Qué nuevos proyectos tienen en mente en el 2022?

Este año vamos a viajar mucho, lo que más podamos, porque estamos con ese objetivo laboral de hacer contactos y poder crecer aunque sea a paso lento. Por otro lado, lanzaremos nuestro nuevo álbum, así que cada viaje tiene como objetivo poder mostrarles esto que llevamos tiempo armando y que sentimos es lo más auténtico de Yorka. Llegando a Chile, en marzo tenemos nuestro primer Lollapalooza y esperamos que sea el inicio de los festivales masivos en nuestra carrera.

*Por Manuel Allasino para La tinta / Imagen de portada: Yorka.

Palabras claves: chile, Córdoba, Música

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La Patagonia rebelde de Guillermo Saccomanno

La Patagonia rebelde de Guillermo Saccomanno
18 marzo, 2025 por Leandro Albani

Con una serie de crónicas sobre el sur argentino, el escritor argentino revela las estructuras profundas que mantienen al país anclado en las fauces del capitalismo.

Ni periodismo darwiniano ni charlatanería turística for export. Y tampoco la historia oficial sobre una tierra “civilizada” a punta de fusiles y bayonetas. Sobre estos pilares, se sostiene Guillermo Saccomanno para escribir una serie de crónicas sobre el sur argentino, publicadas en su mayoría en la década de 1990 y ahora reunidas en el libro Escrito en Patagonia, editado en 2024 por La flor azul.

Si las descripciones y las voces dan ritmo y profundidad a las crónicas, también lo hacen las reflexiones y pasajes ensayísticos que el escritor argentino articula a lo largo de los textos. Para Saccomanno, es tan importante mostrar los detalles de un viaje por una ruta desolada como preguntarse para qué sirve la literatura, entender (y escribir) que la memoria se manifiesta en el cuerpo o contar por qué la verdad es el principal valor para el pueblo mapuche.

La Patagonia se abre como un territorio concreto, sin veleidades exóticas o rasgos que remiten al concepto de orientalismo, acuñado por el intelectual palestino, Edward Said. Saccomanno, recientemente galardonado con el Premio Alfaguara por su novela Arderá el viento, rompe la representación que hacen los poderosos sobre esa tierra que creen que es su gran propiedad privada. El escritor también apunta sin contemplación a la hora de denunciar al Estado burgués argentino y sus imposiciones históricas y cargadas de crueldad contra los pobladores originarios.

Saccomanno explica que “cuando se trata de escribir, no se trata sólo de un asunto literario, la elección de un género, sino de una toma de partido ideológica”. Y agrega: “También me parece oportuno señalar a esta altura que la teoría literaria, tal como la entiendo, es teoría política”. Desde esta posición, Saccomanno cuenta y denuncia, describe y apuesta, rescata lo que el establishment de turno quiere ocultar y demuele la construcción oficial de la historia. Esos golpes directos se sienten página a página, sin perder una prosa con oficio y claridad.

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Imagen: La flor azul.

Leer Escrito en Patagonia es tender puentes hacia las investigaciones del historiador Osvaldo Bayer sobre los fusilamientos de peones por parte del Ejército. O también volver a Los dueños de la tierra, de David Viñas, una novela que revela la vileza de estancieros y oligarcas hacia los “otros”, ya sean peones o indígenas, pero todos condenados, según esos dueños de la tierra, a la explotación o la muerte.


En las crónicas, además, sobrevuelan las sabidurías, los pensamientos y las prácticas del pueblo mapuche. “Los mapuches no piensan que este territorio les pertenece ―escribe―. A los huincas este pensamiento los sorprende: ‘No es que esta tierra me pertenece’, piensa el mapuche. ‘Sino que yo soy la tierra’. El pensamiento es mucho más sencillo y, a la vez, abarcador. No se trata de posesión. Sino de sentirse parte”. Entrelazado a eso, la naturaleza que resiste el “desarrollo” capitalista que, desde su origen, se construye con la voracidad del saqueo de la tierra y la cultura.

Saccomanno pone la mira en las raíces de nuestro país burgués y, por estos tiempos, transnacionalizado: el Ejército argentino como fuerza de choque a las órdenes de los poderosos, el extractivismo como política de ocupación y saqueo, la historia oficial escrita por manos locales y extranjeras que intentan condenar a la Patagonia como desierto virgen que tiene que ser violado. Pero también la contracara: el docente Orlando “Nano” Balbo, detenido-desaparecido que sobrevivió a la dictadura y que apuesta a otra educación; el recuerdo vivo del maestro Carlos Fuentealba, fusilado por la policía; y otra vez Bayer, en un artículo que cierra el libro, aunque, más que finalizar la obra, permite abrir ventanas hacia el futuro, porque la figura, la ética y el oficio del historiador anarquista argentino es faro hacia donde mirar cuando se habla de compromiso con las luchas de los más desposeídos. Saccomanno pronuncia: “Si escribir sobre Bayer me enerva, se debe a que, al hacerlo, debo mirar alrededor. Imposible mirar el alrededor sin mirar el pasado. Imposible no tener en cuenta la proyección de sus tensiones cruentas en el presente, la crisis de representación que corrompe los estamentos de la realpolitik. Imposible hacerse el distraído. Esta, aunque suene a reduccionismo, es la lección mayor de Bayer”.

En Escrito en Patagonia, se descubre la relación estrecha del escritor con ese territorio, sus miradas sobre la literatura en relación a ese país dentro del país y los recuerdos de conscripto en el servicio militar. En este libro, el escritor toma posición y denuncia, pero nunca pierde de vista que escribir de una forma más hermosa que como lo hacen nuestros enemigos es una de nuestras armas. En estos momentos de una Argentina que vira aceleradamente hacia el fascismo, Saccomanno, con sus crónicas, propone otro país: uno donde los y las condenadas de la tierra no pierden las esperanzas y todavía atemorizan a los estancieros y oligarcas.

*Por Leandro Albani para La tinta / Imagen de portada: Martín Bonetto.

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Palabras claves: Guillermo Saccomanno, Libro, Patagonia Rebelde

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