Metamorfosis: un viaje de transformación en la Cocina
Los martes de septiembre, el cocinero y fermentista Diego Epelman ofrecerá un espacio de formación para trabajar los hábitos alimentarios e “iniciar un viaje de transformación que aporte a la construcción de nuevos paradigmas y contribuya al desarrollo sostenible de la vida en el planeta”. En esta nota, hablamos con él sobre esto, sobre las razones para dar un taller de cocina en el Centro Cultural España Córdoba (CCEC) y sobre la soberanía alimentaria en medio de la crisis sanitaria y ambiental que estamos viviendo.
Por Soledad Sgarella para La tinta
Libre y gratuito, el cupo del “Metamorfosis: Un viaje de transformación en la Cocina” se llenó en pocos días. Y es que encontrarse con un espacio de formación -sin costo-, que no solo retoma las cuestiones reflexivas en torno a nuestra alimentación y los nuevos paradigmas, sino que además convida técnicas y recetas, no es fácil.
“¿Estás con hambre? Porque te traemos un taller que te va a alimentar en más de un sentido”, así de clara era la invitación en redes desde el Centro Cultural España Córdoba, la casa anfitriona. En esta entrevista, hablamos con el responsable del taller, Diego Epelman, miembro del estudio de Cocina Kintu de Sierras Chicas y del vivero y espacio cultural en Mendiolaza, Fábrica de Plantas.
—¿Por qué un taller de cocina y alimentación en un centro cultural? ¿Cómo ves ese vínculo entre lo que comemos y lo que somos o vamos siendo?
—Porque la cocina es parte de nuestra cultura, nos muestra de dónde venimos, quiénes somos, dónde estamos y hacia dónde vamos. Es una ceremonia que está presente todos los días en la vida de todas las personas del planeta, de una u otra manera, y que hace alusión a un montón de aspectos de nuestras culturas. Creo, además, que debemos resignificar y revalorizar el poder que tiene la cocina -y la alquimia de crear nuestros propios alimentos- como medicina para transformar radicalmente nuestra calidad de vida y empoderarnos para realmente ser seres más evolucionados espiritualmente.
Creo que es trascendental y está bueno que comprendamos que constantemente, todos los días, nos estamos alimentando y nutriendo no solo de comida (de alimentos físicos), sino también de emociones, vínculos, relaciones, pensamientos, creencias y experiencias más sutiles que nos van constituyendo como seres integrales que somos. No solo nuestro cuerpo físico, sino también nuestro cuerpo emocional, mental y espiritual. Entonces, entendiendo esto, es importante que aprendamos a tomar conciencia y estar presentes sabiendo de qué nos estamos nutriendo para saber quiénes somos y quiénes queremos ser, y esto tiene que ver con las decisiones que tomamos aquí y ahora, en este presente.
—¿Nos podés hacer una síntesis cortísima de esto de los nuevos paradigmas alimentarios?
—En términos generales, los nuevos paradigmas tienen que ver con una palabra clave que es recordar. Devolverle a los alimentos, a la cocina, la sacralidad que tiene, el espacio sagrado que tiene. Que estemos conectados con lo que comemos, de dónde viene ese alimento y qué es lo que sucede en nosotros, y hacia dónde va después todo eso. En estos tiempos en lo que todo es ultra procesado, en el que todo es superficial y artificial y rápido, y aparentemente los alimentos parecieran venir de una góndola del supermercado, se ha perdido la conexión esencial que tenemos con la tierra, que es la madre que nos brinda todos esos alimentos y esa medicina que nos permiten estar vivos. En esa desconexión que hemos tenido con nosotrxs mismxs y con la tierra, hemos perdido la esencia de quienes somos realmente.
Esto: los nuevos paradigmas tienen que ver con eso, con recordar y reconectar con el origen y con la esencia de nuestra cultura.
—Estamos escuchando y leyendo mucho más (por suerte) acerca de la Soberanía Alimentaria… ¿Cómo explicás vos esta categoría?
—Hablar de soberanía es fundamental y trascendental. Es un tema que debería estar siendo mucho más hablado y escuchado… Todavía no alcanzamos a dimensionar la importancia que tiene esto sobre nuestra salud hoy y, sobre todo, la que tendrá sobre las próximas generaciones.
Como soberanía alimentaria, entendemos básicamente el derecho de los pueblos a acceder a alimentos sanos, que respeten la biodiversidad, el cuidado de la tierra y de todas las formas de vida que la habitan, con el poder de guardianar y custodiar sus semillas, como herramientas de culturas también.
Hoy, lamentablemente, por muchas políticas y muchas decisiones (en muchos ámbitos) que se están tomando, todo eso está en un riesgo absoluto. Estamos en uno de los momentos más desafiantes de la historia de la humanidad, donde gran parte de la biodiversidad está desapareciendo y estamos poniendo en riesgo la supervivencia de la vida humana en el planeta, ni más ni menos. Hay que decirlo así, porque no estamos todavía hablando lo suficiente sobre soberanía alimentaria. Tenemos que hablar mucho más de esto y es algo que debería ser tapa, junto con todos los temas que respectan al cuidado del medio ambiente y de quienes lo habitamos.
—“La Re-evolución comienza en la cocina”, decís para el taller. ¿Nos ampliás un poco?
—Estamos enfrentándonos a una crisis sin precedentes y con desafíos que realmente están poniendo en juego y desafiando nuestra capacidad de ser resilientes, para adaptarnos a la realidad que hemos creado también. Tenemos que tomar medidas realmente radicales si queremos que la cosa vaya hacia otro lugar. Y a veces -muchas veces- nos encontramos con un poco de impotencia, no sabemos cómo hacer para cambiar semejante sistema o semejantes cuestiones tan grandes, que nos excede, nos frustra y no sabemos por dónde empezar. Mi consejo siempre es: empecemos por casa, empecemos por nosotrxs mismxs y en nuestros hogares. Desde cada pequeña experiencia (que nunca es pequeña), podemos hacer un cambio radical, con cada decisión que estamos tomando, sea en relación a dónde compramos los alimentos, si los cocinamos o no, desde qué emociones o pensamientos nos alimentamos. Y preguntarnos: ¿cuál es la visión que tenemos ante esto? ¿Es destructiva, que todo se está yendo al colapso? ¿O es una visión de fe y esperanza de que podemos hacerlo?
Entonces, desde cada conciencia, podemos ser el cambio que queremos ver en el mundo. Creo que esa es la clave y, en eso, la cocina no es ni más ni menos una de las principales herramientas para mantenernos sanos, para ser soberanos, para ser autónomos y para poder hacer frente desde ese lugar a toda la situación actual que estamos atravesando.
*Por Soledad Sgarella para La tinta / Imagen de portada: “Metamorfosis: Un viaje de transformación en la Cocina”.
