Conspirar: ritualizar lo cotidiano

Conspirar: ritualizar lo cotidiano
4 mayo, 2021 por Redacción La tinta

Las artistas Constanza Ruibal y Constanza Pellicci realizaron una celebración ceremonial y performática. En el Museo de las Mujeres y en el marco de la Muestra “Las orejas no tienen párpados”, el ritual “Conspiración” fue una llamada a la templanza y la transmutación, una propuesta a espectar y participar con los rituales de cada une.

Por Redacción La tinta

En tiempos de pandemia y protocolos, las expresiones culturales buscan los pliegues posibles para convocarnos de diversas maneras que nos permitan corrernos del devenir cotidiano de un mundo en crisis. Apostamos por difundir lo que va aconteciendo en nuestra agenda local, aun desde registros audiovisuales y virtuales de aquellas propuestas a las que muchas veces nos llegamos a participar. 

El 10 de marzo se inauguró en el Museo de las Mujeres la muestra: “Las orejas no tienen párpados” la cual se puede visitar hasta el 15 de mayo. En esta nota compartimos una de las acciones performáticas que se realizó el jueves 29 de abril, intencionalmente convocado en el Día del animal, y con estas palabras invitaban al rito: “En Qaqachaka el cantar es tejer. Al cantar y al tejer las mujeres traen a sus animales a la existencia. Los mitos de origen que conciernen al canto, remiten al hilar y al tejer. Animales, ancestros y dioses nacen de pequeños bultos tejidos y versos cantados”. Río de vellón, río de canto de Arnold y Yapita.  

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(Imagen: Estefania Stoppini)

“Conspiración” nació del encuentro fortuito ya que las artistas no se conocían hasta que fueron convocadas por Cecilia Salomon y Laura Del Barco -productoras del Museo de las Mujeres- a participar de la muestra junto a Agostina Rosso y Aylen Bartolino. Los textos que acompañaron la puesta escena estuvieron a cargo de la escritora, poeta y docente cordobesa Elena Annibali, invitada desde el museo para la ocasión. “No nos conocemos personalmente con Elena, escribió a partir de lo que fue percibiendo de cada proceso y realmente captó muchos matices hermosos y estamos agradecidas”, expresaron las artistas. 

“Nos encontramos en febrero, dos Constanzas trabajando juntas en el montaje de una muestra compartida. La coincidencia en nuestros nombres propios fue el inicio de una conversación, en la que fuimos descubriendo una larga secuencia de afinidades en nuestros procesos e historias en el arte. Compartimos el deseo de hacer hablar a los espacios y a los objetos, trabajar con lo que aparece, con lo que tenemos al alcance de nuestras manos y darle entidad. Confluimos en la intención de reconstruir a partir de fragmentos la memoria de algo que no vivimos y evocar recuerdos más allá de la propia experiencia”, nos cuentan las artistas cordobesas. 

Constanza Ruibal se dedica al oficio textil desde el diseño y las artes visuales. Es docente y forma parte de la colectiva de Trabajadorxs del Arte Feministas y del proyecto de investigación-acción Territorio Colaborativo en arte, artesanía y diseño. Constanza Pellicci es artista de performance. Estudió música, filosofía, danza y artes escénicas. Participa en una investigación en la voz y el cuerpo en escena junto a Clelia Romanutti y el grupo las O. 

En la puesta en escena, buscaron recrear modos de ritualizar lo cotidiano para encontrarse con otres con la convicción de generar comunidad en un sistema que incita a cultivar la individualidad y la competencia.  “La decisión de accionar a dúo, entre lo lúdico y no tan lúdico, fue un llamado a “respirar juntas” para potenciarnos antes que quitarnos el aire. Nos encontramos con límites y paradojas que pudimos enunciar y trabajar en conjunto. Exponer nuestro trabajo y sensibilidad dentro de las instituciones de la cultura en Córdoba nos pone muchas veces en lugares de tensión y malestar que son difíciles de transitar en la soledad, el alivio de apoyarnos mutuamente fue una posición personal y política con respecto a nuestro contexto cultural”, explican con gran claridad y lectura de contexto. 

La idea de Conspiración, la retoman a partir de conversaciones en las clases que tuvieron con María Bardet, quien propone la noción de que conspirar como un modo de respirar juntas. El procedimiento que eligieron desde el arte se basó en la composición de relaciones colaborativas donde no se pierdan las singularidades, una apuesta a lo colectivo en tiempos de fragmentaciones y lo expresan con precisión: “Generar alianzas fluidas como el deseo mismo, como las aguas que mueve la templanza”.

Conspirar: acción ceremonial conjunta 

“La memoria es una galaxia que no cesa: a veces es un fragmento, un recorte, la imagen de un rostro alumbrado en la noche con el fuego de la insistencia. Y los fragmentos viajan, las imagenes viajan, hasta que consiguen dar con aquel cuerpo traslucido y mediumnico que consiga decirlos, que consiga cantarlos, que pueda ir a buscarlos a lo mas hondo de la ausencia, de la oscuridad y traerlos de vuelta, poniendolos ante nosotros, presentandolos nuevamente, donandolos a la vida para repetir lo que una vez vivo, fue sentenciado, callado, destruido. Llamemos a nuestros idos, demosle voz, nuestro cuerpo, cada vez. Seamos fuego y luz”.  

Elena Annibali 

Las artistas presentan el acto de conspirar como una forma de tomar el impulso del aire y respirar juntas, templar pasiones y entrelazar el tiempo donde lo cotidiano, lo histórico y lo sagrado pueden conjugarse, con templarse. Conspirar, templar y trasmutar como un ritual que irrumpe en el cotidiano para ser eco y resonancia de otras memorias. 

“Invocamos la templanza mediante la acción que se asocia justamente a ese proceso alquímico de conjugar opuestos, trabajar en posiciones fronterizas y lugares inciertos. Una apuesta por los matices, muchas veces incómodos en un tiempo en donde las oposiciones binarias se han vuelto insostenibles. ¿Cómo templar los espacios de poder y saber que habitamos? ¿Cómo hacer desde lo que no se sabe, abrirnos a una experiencia desconocida?  Templar a través de la fluidez del agua sin apagar el fuego, no ser indiferentes a la trama de violencias que organiza un sistema de legitimación, ocupando el espacio para intentar decir algo más”. 

Cuando compusieron el rito colectivo se propusieron crear las condiciones para dar lugar a lo inesperado a la vez que contenerlo, por eso invitaron a personas cercanas a templar con ellas desde sus modos personales. “Creemos que este rito puede seguir reverberando en el tiempo, por lo cual pensamos en generar un archivo de resonancias alrededor de la templanza que nos permita seguir escuchando y pensando en los ecos de esta invocación que iniciamos”, de esta manera se abre un nuevo horizonte para seguir pensando en lo rituales personales, comunitarios y en aquellos por gestar como signo de nuevas tramas.

*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: Estefania Stoppini.

Palabras claves: Agencia Córdoba Cultura, cordoba, Espacio Cultural Museo de las Mujeres

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