Víctimas de asalto se despegan de fake news y denuncian campaña contra naranjitas
El “joven baleado” y los amigos que estaban con él cuando fueron asaltados en Nueva Córdoba por un supuesto «naranjita» escribieron un descargo para contar cómo sucedieron los hechos. Criticaron duramente a los medios por modificar los hechos para «reforzar estereotipos estigmatizantes contra los trabajadores populares». Ayer, el Movimiento de Trabajadorxs Naranjitas había denunciado que se había tratado de una «cobertura periodística irresponsable».
Por Redacción La tinta
Descargo del “joven baleado” y su grupo de amigos
La madrugada del 16 de noviembre, ocurrieron hechos que, en este momento, ya son de público conocimiento. A pocos días de lo ocurrido, preferiríamos estar descansando y/o retomando nuestras rutinas, pero luego del tratamiento mediático que se le ha dado a los hechos, decidimos como grupo hacer un descargo, en consonancia con el comunicado presentado desde las distintas cooperativas de trabajadores naranjitas.
Que los medios masivos de comunicación fijen temas en la agenda pública, alimentando prejuicios, es algo que forma parte de la realidad nacional, provincial y local. Sin embargo, en este caso particular, fueron un paso más allá y, con su narración sensacionalista, modificaron los hechos; reforzando estereotipos estigmatizantes contra los trabajadores populares comúnmente conocidos como “naranjitas”. Por este motivo, creemos necesario dar a conocer los eventos de primera mano, de la misma manera que se los comunicó a las autoridades policiales.
Cuando nos subimos al auto, estacionado sobre calle Buenos Aires llegando a Derqui, se nos acercó un hombre que no estaba vestido ni identificado como naranjita. Él solicitó dinero, a lo que el conductor con absoluta tranquilidad comentó que ya había pagado. Ante la negativa, esta persona le pregunta a quién le había pagado y el conductor contesta que no le había preguntado el nombre, y por ende no podría decirle. En ese momento, se aproximó otro hombre (que sí portaba un chaleco naranja), ambos se arriman a la ventana del conductor, desenfundan un arma 9 mm (que uno de nosotros pudo distinguir) y ponen una bala en la recámara, apuntando al conductor. “Dame los celulares, dame todo”, dijeron. Allí es que el joven conductor, sin decir una palabra, decide arrancar el auto en un intento por protegernos del peligro inminente. No existió así una pelea verbal, como dicen algunos medios. El atacante le disparó una vez, impactando en el brazo y en la pierna, por lo que nos dirigimos a un centro médico ubicado sobre calle Independencia (que era el lugar de atención más cercano) para que fuera atendido y donde uno de nosotros llamó por teléfono a la policía. Ambos masculinos huyeron de la zona del crimen.
Es decir, lo que nos ocurrió fue un asalto a mano armada, no una “venganza” como fue caratulado en varios medios de comunicación tradicionales. Ninguna de las personas que nos encontrábamos en el auto compartimos la posición política ni el tratamiento que evidencian estas líneas editoriales, que refuerzan los estereotipos negativos contra los “naranjitas”.
Sin embargo, la irresponsabilidad de los medios de comunicación no terminó allí. La víctima principal prestó declaraciones, pero luego prefirió abstenerse porque no se respetaban las maneras de tratar el suceso que había solicitado al personal periodístico. A su vez, publicaron su apellido en las primeras notas, poniendo en riesgo su seguridad.
Por otro lado, un medio nacional, en su nota, dice publicar “las palabras de los amigos del joven baleado”, cuando unánimemente decidimos no hablar con la prensa. Consideramos esto como un uso amarillista de los hechos, por no decir una mentira con fines de lucro. El tratamiento de nuestra experiencia por parte de los medios es tan angustiante como lo que nos sucedió aquella madrugada.
La persona que le disparó a nuestro amigo con la complicidad de su compañero deben comparecer ante la Justicia y sobre ellos debe recaer todo el peso de la Ley. Pero somos conscientes de que, cuando estos discursos mediáticos le ganan a los hechos concretos, generan mayor odio, resentimiento y estigmatización hacia los trabajadores populares.
Estamos en un contexto de crisis multidimensional, que golpea especialmente a estos trabajadores, y nos negamos a ser cómplices de una narrativa que los deje en una situación aún más vulnerable.
Referencias a las noticias aludidas:
https://eldoce.tv/sociedad/nueva-cordoba-naranjita-baleo-joven-nego-pagar-segunda-vez-arma-auto-herido_105802
https://viapais.com.ar/cordoba/2120687-violencia-en-nueva-cordoba-un-naranjita-baleo-a-un-joven-por-negarse-pagar/
https://www.infobae.com/sociedad/policiales/2020/11/16/trapitos-violentos-un-joven-fue-baleado-por-un-cuidacoches-al-negarse-a-pagar-por-segunda-vez-en-la-misma-noche/