Hospital Infantil: denuncian negligencia y riesgos por contagios del personal
El Hospital Infantil de Córdoba se vio afectado en los últimos días por la confirmación de un niño que dio positivo de COVID-19, luego de pasar ocho días en la institución tratado como caso no sospechoso. Delegadas gremiales denuncian graves riesgos para la atención y para el personal, parte del cual continuó trabajando pese a haber estado expuesto al virus, y exigen que se realicen hisopados a todxs lxs trabajadorxs. “Deben cerrar el hospital y desinfectarlo”, alerta una de las enfermeras.
Por Redacción La tinta
Las dificultades y desafíos que enfrentan las instituciones sanitarias a causa de la pandemia son muchos, y la falta de recursos se combina muchas veces con la incertidumbre y con factores inmanejables a causa del virus. Sin embargo, hay decisiones políticas que también influyen a la hora de cuidar a la población y al personal de salud, sobre quienes recae la mayor carga de esta problemática.
En el Hospital Infantil, dependiente de la Municipalidad de Córdoba, esta problemática llegó a una situación crítica durante los últimos días, a causa de la detección de un paciente positivo de COVID-19 que no pudo ser diagnosticado a tiempo. Se trata de un bebé que ingresó y fue tratado por otra patología, y luego de permanecer ocho días internado en la institución, se conoció que también padecía coronavirus. El niño falleció el jueves 27 de agosto y, desde entonces, la dirección del hospital informó que habían iniciado un operativo sanitario ante posibles contagios del personal, lo que implicó la reducción de la atención y los servicios, aunque la institución continuó funcionando. Sin embargo, delegadas gremiales de SUOEM que trabajan allí denuncian diversas falencias en el manejo de la situación ante el riesgo de contagios masivos.
El director del hospital, Daniel Marín, informó a la prensa que, hasta ahora, son cuatro lxs agentes de salud contagiadxs. Pero Graciela Márquez y María Torres, ambas trabajadoras y representantes gremiales de la institución, advierten que la institución se negó a hisopar a todo el personal, pese a que se había encontrado expuesto al virus durante más de una semana. Señalan que solo se accedió a realizarle el estudio a una parte del mismo por considerar que el resto era de bajo riesgo y podía seguir atendiendo. Ante ello, cuentan, hubo personas que recurrieron al Apross para realizarse el hisopado y dieron positivo, quienes, de lo contrario, ahora estarían atendiendo.
Según la información oficial, actualmente, el hospital de Alta Córdoba sólo realiza cirugías de emergencia, funcionan dos camas de terapia intensiva y 12 de las 14 camas de internación general. Pero según María, quien se desempeña como enfermera, la gravedad de la situación exige que el establecimiento sea cerrado y desinfectado para evitar que los contagios continúen, y señala que estas medidas no fueron tomadas por el “costo político” que implicaría esa decisión. “Se puso en cuarentena a todos los cirujanos, anestesistas e instrumentadores. Según ellos, a la gente de mayor contacto, pero ese niño había tenido contacto con todo el hospital. En definitiva, hay 45 infectados y dicen que son sólo 5, los ocultan», advierte.
«Deben cerrar el hospital, desinfectarlo e hisopar a todo el personal. Lo he reclamado como delegada, pero el gremio no estuvo ahí y tampoco las autoridades”, explica la enfermera.
Las dos delegadas subrayan que, al haber pasado ocho días en la institución, el niño que dio positivo pasó por la mayor parte de las áreas y estuvo en contacto con muchas personas que trabajan allí antes de que el virus fuera detectado: los diferentes turnos de guardia, el quirófano donde fue operado dos veces, la Unidad de Terapia Intensiva (UTI). “Cuando al nene tienen que empezar a dializarlo por problemas en los riñones, le hacen el hisopado. Mientras tanto, estuvo varios días de internación y nunca se trató como un paciente COVID con sospecha. En ese tiempo, no estuvo aislado y se lo trató sin elementos de protección adecuados”, explica Graciela, empleada administrativa del hospital. María agrega que la protección varía mucho si se trata de un paciente no considerado sospechoso de COVID y que, muchas veces, no cuentan con el equipo adecuado para protegerse por la falta de recursos.
“Se equivocaron y no fuimos escuchados”
Según declaró Marín a la prensa, “ahora se está sometiendo a análisis a todo el personal que tuvo contacto con el paciente”. Y agregó que “los profesionales se están reincorporando en la medida en que nos llegan los resultados de los segundos hisopados, porque, por protocolo de bioseguridad, es lo que está determinado».
Frente a ello, Graciela explica: “Hubo hisopados del personal que se hicieron por fuera del hospital, en Apross, porque, en el hospital, se negaron a hisoparlos porque el comité epidemiológico de la institución dijo que eran de bajo riesgo y, justamente allí, tuvimos dos positivos”. Estos dos casos, explica, corresponden a una técnica de laboratorio y una enfermera que habían estado en contacto con el paciente: “Lo que las llevó a hacerse el hisopado es que les pedían que vayan a trabajar, porque consideraban que el riesgo era bajo y ellas consideraban que no. Es más, a una de ellas la hicieron ir a trabajar el primer día después de eso y se mantuvo alejada, no tocó a nadie ni hizo nada porque consideraba que no debía hacerlo, y gracias a Dios que no lo hizo porque dio positivo”.
“Hay otro compañero que también dio positivo, un médico, que se había hecho hisopar en otro lugar porque tenía sospecha, porque, pese a que no había tenido contacto, estuvo en una guardia donde estuvo el niño”, agrega.
Graciela señala que, recién después de que estas personas resultaron positivas, la dirección del hospital decidió hisopar a parte de la gente catalogada como de bajo riesgo, pero que, de cualquier manera, no hisoparon a todo el personal: “En realidad, se debería haber hisopado a todos y quizás haber cerrado la institución y haber hecho una desinfección profunda».
«Nosotros no estamos de acuerdo en que se haya negado el hisopado a algunos compañeros. Eso lo discutimos, pero la dirección se cerró. Ahí se equivocaron y no fuimos escuchados como corresponde”, concluye Graciela.
Por su parte, María también cuestiona la falta de presencia de SUOEM ante esta situación: “Estoy muy enojada con el gremio, he peleado mucho para que se hisope a todo el personal del hospital y no se minimice lo que ha pasado. En Walmart, dio positivo un trabajador e hisoparon a todo el personal. En un hospital, un niño dio positivo y, después de haber estado ocho días y haber pasado por enfermería, guardia, por el quirófano dos veces y por la UTI, eso no se hizo”.
La enfermera señala también la falta de información oficial: “Nosotros sabemos que muchos del hospital se hicieron atender por el Apross, pero todo es extraoficialmente. En definitiva, el director Marín no quiere decir nada. Han tratado de minimizar las cosas”. Y menciona algunos de los casos positivos que pudo conocer dentro del personal, entre los que incluye una infectóloga, una médica pediatra, dos terapistas, una enfermera de terapia y otra de guardia. A ello, se suma personal de lavandería: “Al primero que hisopan del lavadero, dio positivo, por eso, a otra chica que estaba en el lavadero la iban a hisopar ahora, pero tenía que ir a trabajar porque no había personal. Si daba positivo, la ponían en cuarentena, mientras tanto, seguía trabajando”.
La atención hoy
Actualmente, el funcionamiento del Hospital Infantil se encuentra reducido y con alrededor de un 30% del personal trabajando, ya que el resto permanece en cuarentena, ya sea por poseer el virus, por estar a la espera de los resultados de los hisopados o por tratarse de personas de riesgo que se encontraban con licencia antes de que este conflicto estallara.
De cualquier manera, las representantes sindicales expresan intranquilidad por quienes hoy permanecen atendiendo: “El comité del hospital consideró que esas personas estaban en condiciones de seguir trabajando y que no habían tenido tanta exposición, pero a mí el sentido común me dice otra cosa. Si una enfermera estuvo atendiendo a un paciente, la separaron, pero convive durante 12 horas con cinco enfermeras más, entonces, deberían haber aislado a todo el grupo”.
“Ahora, estamos con el hospital abierto y no hicieron desinfección, se está con el personal hisopado a medias y otro personal que los iban a hisopar, pero debían ir a trabajar. Se cerró el quirófano, no hay cirugía, solo quedan tres niños internados, se cerró la terapia. Eso es por el costo político de que el hospital se cierre, que es lo que deberían hacer, pero no, se sigue atendiendo”, denuncia María. Y expresa también su preocupación por la población que asiste para ser atendida: “Van las madres a llevar niños que, por ejemplo, se hicieron cirugías antes y van a un control o sacarle los puntos, y no hay ni un cirujano, están todos en cuarentena. Y yo les digo que no entren, que lo lleven a otro lado. ¿Cómo vamos a permitir que lleven un niño a ese lugar? Somos un foco de infección ahí, tenemos que ser conscientes de eso”.
*Por Redacción La tinta.
