Fiesta en Chapelco, hambre en el basural
Esta semana, un nene de 13 años fue pisado por un camión recolector cuando buscaba comida en el basural de la capital neuquina.
Por Federico Aringoli para Río Negro
La realidad neuquina puede analizarse esta semana a través de imágenes. Entre el basural de Neuquén capital hasta el exclusivo cerro de San Martín de los Andes, hay 435 kilómetros, pero las diferencias sociales y la atención de la política multiplican varias veces esa distancia, tanto que parecen dimensiones paralelas. Sin embargo, ambos hechos, que analizaremos a continuación, sirven para describir la actualidad de un gobierno provincial que expone señales de desgaste.
“La fiesta del Chapelco” se destapó porque una vecina hizo llegar al fiscal de la localidad cordillerana un par de videos donde se ve a un grupo de personas, entre ellas, dos parejas de abogados, una integrante del Poder Judicial, mofarse del respeto a las normas de distanciamiento social que rigen en todo el país, para contener una pandemia que lleva casi 10.000 muertos, de los cuales más de 260 son de la región.
El desprecio por la condición humana que se observa en los videos, tanto por las víctimas, pacientes y médicos que están hace seis meses batallando contra una compleja enfermedad, intentó ser contrarrestado por el Ejecutivo neuquino que ordenó la clausura del local donde se realizaba la reunión e impuso una multa. El fiscal general, José Gerez, prometió sanciones que dejen “satisfecha a la sociedad”.
Hasta ahora, las causas por romper la medidas de restricción se arreglaban con donaciones de alimentos y productos de higiene para los hospitales.
La causa que lleva el fiscal Fernando Rubio tiene ocho involucrados, pero, en las imágenes, se ve a decenas de personas sin usar barbijo y sin respetar la distancia social. Sin embargo, los principales apuntados, oriundos de la capital neuquina y que habrían llegado con un permiso para cuidar a un familiar enfermo, se burlan de las medidas cuando, este fin de semana, la ocupación de camas de terapia intensiva en la provincia llegó al 87%.
La celeridad con la que el jefe de Gabinete, Sebastián González, y la ministra de Turismo, Marisa Focarazzo, tomaron el tema contrasta con la respuesta a cómo es que estas personas pudieron viajar desde la capital neuquina hasta el cerro. De todos modos, el antecedente de la pareja del gobernador Omar Gutiérrez, María Luisa Cuesta, que voló a España en plena cuarentena, debilita cualquier intento por recuperar la autoridad en estos temas.
El gobierno neuquino concentró su atención en condenar enérgicamente a los integrantes de la “fiesta de Chapelco” que rompieron la cuarentena.
Todo el despliegue que tuvo “la fiesta del Chapelco” también contrasta con el accidente que dejó a un nene de 13 años internado por ir a buscar comida al basural de la capital neuquina. Contrasta porque no hubo una sola frase de las primeras líneas del gobierno provincial ni municipal, del intendente Mariano Gaido, sobre una realidad consolidada y en crecimiento: la pobreza extrema.
La serie fotográfica, registrada por un reportero gráfico de Río Negro para este caso, muestra escenas que parecen ciencia ficción. Un camión que es abordado por decenas de hombres, mujeres y niños para hacerse de un alimento. Ya no para encontrar algo que se pueda vender. Para comer. Una de las imágenes retrata a las personas buscando entre los desechos y, como telón de fondo, siete equipos de perforación para una paralizada Vaca Muerta.
El viernes, el CEO de YPF, Sergio Affronti, y el designado secretario de Energía, Darío Martínez, junto a Gutiérrez, se sacaron una foto en el generoso Paseo de la Costa para dar una señal de reactivación a la industria petrolera. Es probable que, en los próximos meses, esos equipos, que se veían como telón de una herida social, desaparezcan y vuelvan al campo. Los que no van a desaparecer son los que seguirán teniendo como única opción hurgar la basura.
No lo harán porque, como reconoció el gerente de Cliba, la empresa que tiene a su cargo la recolección de residuos, es “un problema histórico”. Parece que esa justificación es la aceptada por el establishment político para invisibilizar y negar esa realidad. A tal punto son los olvidados de Neuquén que nadie reparó que, en la escena del basural, tampoco se cumplen con las medidas de distanciamiento, pero, claro, entre tantas necesidades, seguro se cree que la salud puede esperar.
*Por Federico Aringoli para Río Negro / Imagen de portada: Yamil Regules.