El fuego continúa arrasando todo a su paso en la provincia de Córdoba
Mientras el gobernador Juan Schiaretti declara que los incendios se producen por «castigo del clima», organizaciones vinculadas a la temática remarcan que la inmensa mayoría de los siniestros se produce por la mano del hombre y para favorecer intereses privados. «La inacción del Estado y los vacíos legales en cuanto a la remediación de daños pone en evidencia que esto es parte de una política, la política del ecocidio«, señalaron desde la Asamblea en Defensa del Ambiente Córdoba Capital. Dialogamos con Tania, de la asociación Amigos de la Reserva Camin Cosquín, quien relató cómo se organizan de manera comunitaria para contener el incendio.
Por Redacción La tinta
El fuego continúa arrasando todo a su paso en la provincia de Córdoba, en lo que Defensa Civil denominó como «el incendio más grande de los últimos doce años». El foco de Copacabana, en el departamento Ischilín, lleva más de una semana activo y este fin de semana se desplazó velozmente hacia el Valle de Punilla, particularmente, en las proximidades de la ruta nacional 38, entre las ciudades de Capilla del Monte y Cruz del Eje.
Otro de los focos que esta madrugada se encontraba activo es el que se desarrollaba en un sector del Pan de Azúcar. En ese lugar trabajaron bomberos voluntarios provenientes de 12 cuarteles que lograron contener el fuego que iba hacia la ciudad de Villa Allende. No obstante, se continúa combatiendo el fuego en un segundo frente que va hacia Cosquín. En tanto, otro incendio importante congregó el trabajo de varios cuarteles en Despeñaderos.
«Muchas personas no saben qué pasó con su casa, porque no se podía entrar por el camino», dijo a Canal 10 el intendente de Capilla del Monte, Fabricio Díaz. Según precisó el titular de Defensa Civil, Diego Concha, el avance del fuego y el humo obligó a que más de 150 personas tengan que ser evacuadas, en tanto que hay otra gran cantidad de personas que decidieron autoevacuarse.
«Tenemos nuestros cinco mil bomberos en alerta máxima. Vamos a utilizar cinco aviones hidrantes, partiendo desde la pista del aeroclub La Cumbre, y los dos helicópteros de la provincia. Esperemos que con las primeras luces nos permitan operar en lo alto», indicó esta mañana.
Resistencia comunitaria
«Acá todos y todas sabemos que los fuegos son intencionales, no se prenden casualmente ni por arte de magia. El negocio inmobiliario es muy grande en la zona. Casualmente los fuegos se vienen prendiendo también por las rutas donde pretenden pasar los proyectos de autovías. Los que vivimos algunos incendios acá ya sabemos cómo es esto», dice Tania, de 36 años, que forma parte de la asociación Amigos de la Reserva Camin Cosquín.
Mientras la fiscal de Cosquín, Paula Kelm, intenta determinar cómo se produjo el incendio en el Cerro Pan de Azúcar -no tiene ninguna vinculación con el foco que viene desde Ischilín-, vecinas se organizan desde hace tiempo para intentar aminorar los daños de los incendios en la zona.
«Con todo este tema del confinamiento nos habíamos quedado sin protocolo de incendio, lo cual nos dejó en una posición bastante vulnerable, entonces desde este espacio nos conformamos y fue un mes de trabajar duro para volver a llenar los reservorios de agua – piletas, piletones, tanques grandes que haya en el barrio-, porque acá tenemos mucho problema con el agua corriente, estamos tan alto que muchas veces la presión no llega, entonces es muy importante tener esos reservorios llenos en caso de incendio. También se volvieron a abrir las calles cortafuegos hace una semana, en trabajo junto a bomberos, brigadistas y el área de manejo del fuego de la municipalidad, lo cual nos está dejando un poco más tranquilas y tranquilos, porque sin eso estamos a merced del fuego», puntualizó la mujer a La tinta.
El barrio Villa Pan de Azúcar Este, donde Tania vive, se encuentra colindante al cerro, que hoy está asediado por las llamas. El barrio está ubicado en medio del monte, entonces lo que se busca, además de proteger a las personas y las casas, es proteger la flora y fauna nativa.
«Esta situación nos encontró organizadxs, lo cual es mejor (…) Desde antes de que empezara el fuego este domingo, ya estábamos alerta pidiendo por favor que se cerrara el Pan de Azúcar porque los fines de semana se llena de gente. Estábamos de vigías y en un momento ya vimos la columna de humo y se supo que había empezado. La tarea de bomberos es excelente, están trabajando las dotaciones de todas las sierras, yendo de incendio a incendio, con un cansancio extenuante y al pie del cañón como siempre. Estamos cansadxs y angustiadxs porque todas las especies y todo lo que se nos va en cada fuego, es terrible«, concluyó.
Desde el Gobierno Provincial responsabilizan de los incendios a las condiciones meteorológicas. El propio gobernador Juan Schiaretti, publicó en twitter este domingo que «el clima nos castiga por ser un año tan seco y con mucho viento, factores que están disparando importantes incendios en distintos puntos de nuestra provincia».
Si bien es verdad que las condiciones climáticas favorecen la proliferación de incendios en temporada seca (baja humedad, alta temperatura, vientos con ráfagas y sequía), vale recordar que en Córdoba el 95% de los incendios son intencionales. Y no sólo son producto de la mano del hombre, sino que en la gran mayoría de los casos son focos que se prenden de manera deliberada para favorecer intereses privados, que van desde la producción sojera o ganadera, hasta el desarrollo inmobiliario o de obras civiles.
«Los medios hegemónicos hablan de la negligencia de ‘algún baqueano’ que estaba quemando pasturas, o del accionar desquiciado de algún pirómano, lo cierto es que se repiten los testimonios de vecinxs que ven a gente con bidones de nafta, en cuatriciclos o a caballos iniciando focos una y otra vez. Podemos creer en estas versiones o pensar que hay alguna mano siniestra detrás de los incendios en las sierras. Por lo pronto, lo que sí sabemos es que las zonas quemadas casi siempre coinciden con territorios de bosque nativo en zona amarilla o roja (de máxima protección) pretendidos por el negocio inmobiliario, por el Estado para alguna obra vial, o bien por el negocio de la produccion agroextractiva en el norte provincial», sostienen oportunamente desde la Asamblea en Defensa del Ambiente Córdoba Capital.
Las estimaciones apuntan que en Córdoba ya se perdieron más de 15 mil hectáreas en los incendios de las últimas semanas, registrándose pérdidas de valiosa flora y fauna nativa, además de viviendas y bienes particulares.
«Como si fuera un arma implacable del desarrollismo, el fuego avanza sobre el monte que luego ya no vuelve a crecer porque detrás del fuego viene el hormigón, las autovías, los barrios cerrados. Los incendios llegan dónde no pueden las topadoras, y devoran en segundos lo que tardó siglos en crecer. Mientras la pauta oficial muestra un Plan de lucha contra el fuego, la inacción del Estado y los vacíos legales en cuanto a la remediación de daños pone en evidencia que esto es parte de una política, la política del ecocidio«, remarcaron desde la asamblea ambiental cordobesa.
* Por Redacción La tinta / Imagen de tapa: Natalia Roca para La tinta