Club Atlético Mis Amigas: autodefensa para mujeres con discapacidad

Club Atlético Mis Amigas: autodefensa para mujeres con discapacidad
11 diciembre, 2024 por Redacción La tinta

Cada miércoles, Sara y Soledad dictan clases de defensa personal para mujeres con discapacidad y usuarias de dispositivos de salud mental. Juntas buscan crear un espacio de contención y acompañamiento que permita fortalecer a cada una de las personas que eligen sumarse a esta iniciativa. La fuerza es colectiva.

Por Lourdes López para La tinta

Defendernos es más que ser capaces de responder a un ataque físico. Es sentirse con la fuerza necesaria para afrontar las formas de violencia que día a día nos interpelan. Es contar con una red de contención y cuidado que nos acompañe. Esa es la propuesta del Club Atlético Mis Amigas, un espacio de entrenamiento de defensa personal destinado a usuarias de dispositivos de salud mental y con discapacidad. 

Club Atlético Mis Amigas (C.A.M.A) es un espacio de entrenamiento deportivo. Todos los miércoles, se encuentran en Sala 12 (Santa Rosa 212) y comparten una clase de dos horas de autodefensa y cuidado personal, coordinadas por Sara y Soledad, creadoras de la propuesta que comenzó en octubre y se consolida semana a semana. En su manifiesto, declaran un aspecto central de su filosofía: C.A.M.A pretende conformarse como un grupo de amigas, siendo un sostén social por fuera de las instituciones, que las encuentre con pares y con quienes tienen vivencias para compartir.  

Entrar al lugar de entrenamiento sitúa una energía distinta y expectante. Sara se presenta primera y aguarda la llegada de sus compañeras, mientras narra a La tinta el nacimiento de este proyecto y su forma de consolidación: «Nosotras queríamos crear un lugar de encuentro, donde ofrecer más que solo clases de defensa, sino también que sirviera para crear lazos de amistad, de afectos y que permita una configuración personal distinta para quienes participen”.


«Autodefensa es más que saber dar una piña, cómo atajarla o esquivarla, sino también es contar una configuración distinta, una red de apoyo y esos son los afectos, las amigas».


Sara y Soledad trabajan hace muchos años en el ámbito de la atención y el acompañamiento a personas con discapacidad y patologías de salud mental. Desde entonces, han sabido registrar algunos de los aspectos que muchas veces se ven invisibilizados, como ser la concepción de las personas con discapacidad como sujetxs activxs y capaces de defenderse.

“Pensamos: en algún momento, hay que hacer otra cosa más allá de lo que conocemos. Si no, sentíamos que todo queda muy enmarcado y te topás con estructuras muy rígidas dentro de las instituciones tradicionales, que no las podés pasar, a ser: la escuela, el hogar, los espacios estatales. Entonces, es de ahí que pensamos la propuesta”, remarca Soledad. 

Con esto mente, surge el proyecto que luego presentaron ante la Secretaría de Discapacidad de la Provincia, mediante la cual pudieron acceder a financiamiento destinado a espacio y materiales de entrenamiento. 

“Después de tanto trabajar en lugares habitados por usuarios con discapacidad, sabemos y vemos qué puede llegar a hacer falta y, claramente, esto era un espacio necesario, que se abre por fuera de las instituciones y que sirve para todas. Creemos que hay situaciones que son más fáciles de compartir con amigas, que le dan otra configuración y, en lo que respecta a salud mental y discapacidad, hay pocos lugares donde poder crear esa red”, cuenta Soledad.

Mientras Sara habla con La tinta, van llegando las amigas a la clase: “Acá puedo ser otra. Apenas supe de la propuesta, dije que sí”, dice Silvina, una de las participantes. Ella fue la primera en sumarse a C.A.M.A, que nació los primeros días de octubre y aún está creciendo. Sus puertas están abiertas a que más personas interesadas se sumen a la autodefensa como práctica de configuración emotiva y emancipatoria.

El encuentro con otrxs es fundamental para construir una red de acciones que funcionen para devolver una mirada distinta y que permitan abrir los espacios que muchas veces no están disponibles. Así lo plantea Soledad: “Creo que hay algo muy importante que es saber con la población con la que se trabaja. Sabemos quiénes son y también qué cosas pueden llegar a faltar, empezamos a pensar cosas para proponer. Al final, siempre nos terminamos encontrando en la escuela especial, en terapias y, por ahí, nos faltaban estos lugares de encuentro”. 

“Lo que nosotras queremos, en principio, es seguir trabajando para consolidar el anclaje en ser un grupo de amigas, que los vínculos sean entre todas, que el lazo nos una. Que eso se sostenga en el tiempo y brindar una configuración emotiva, especialmente, para mujeres también, porque la problemática de género también nos atraviesa”, agrega Sara. 

En este sentido, destaca la importancia de reconocer que el sesgo de género configura otro de los aspectos que querían fortalecer en C.A.M.A: “Los varones con discapacidad tienen sus espacios, sus modos y sus formas de habitar, mientras que el colectivo femenino siempre queda sujeto a los cuidados del hogar, a otras tareas, con menos habilitaciones para defenderse, por eso también este espacio”.

La clase comienza y, previo a ello, se vive un ambiente descontracturado, de disfrute y juego.  Aprender implica más que solo emplear los movimientos de autodefensa. Silviana dice que la preparación previa de colocarse vendas, cascos, preparar los materiales, eso también forma parte del proceso y es su parte favorita.

“Saber defenderse hace a la configuración subjetiva, a quiénes somos y cómo nos vemos. El otro día, hablábamos de esto y es saber que tu cuerpo te va a acompañar ante cualquier situación”. 

Buscar la fuerza dentro de cada una es una forma también de compartir los desafíos que enfrentan colectivamente. C.A.M.A ofrece mucho más que solo clases de defensa. También es una forma de romper con las estructuras impuestas por el afuera y combatir las violencias diarias. Porque siempre todo es más fácil cuando contamos con afectos que nos acompañen, porque la amistad es también una forma de defendernos y encontrarnos.

Las clases que ofrecen son abiertas y gratuitas para todas las mujeres con discapacidad y/o usuarias de dispositivos de salud mental que quieran participar. Para más información, consultar las redes de C.A.M.A.

*Por Lourdes López para La tinta / Imagen de portada: C.A.M.A.

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Palabras claves: Autodefensa, discapacidad, Mujeres

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