La caída del precio del cartón impacta directamente en trabajadores recicladores
El cartón es el material que más juntan y venden lxs recuperadores y recuperadoras urbanas, por ende, la principal fuente de su salario. En las últimas semanas, viene bajando el precio de su venta por una conjunción de variables: la importación de este material, el aumento de la cantidad de cartonerxs, la caída de la actividad económica y su consecuente caída del consumo.
Por Agustín Mingorance para La tinta
La comercialización de cartón recuperado para reciclar viene bajando abruptamente el precio en el país. En un mes, el valor de venta cayó casi el 100% y estiman que seguirá bajando. Esto afecta particularmente a trabajadores y trabajadoras de la rama cartonera de la economía popular, quienes además conviven con el aumento de cantidad de personas que se volcaron a la recolección de cartón.
Jonatan Castillo, referente nacional de la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores, graficó la situación: “Cuando estamos frente a políticas de ajuste y la gente empieza a quedarse sin un trabajo estable, su primera opción es ir a revolver en la basura para poder recuperar un pedazo de cartón o una botella de plástico y venderla para sustentar un plato de comida en su casa. Así, se suman más personas a lxs compañeros y compañeras que ya hacían este trabajo, es decir que, en algunos lugares del país, se triplica o cuadriplica la disputa o la carrera a ver quién llega primero al canasto de basura para recuperar algun material. Entendemos la situación económica, los golpes sociales que desde la política se están llevando adelante, ya lo hemos sufrido y vivido muchas veces, y creemos que el sol sale para todxs, por eso no se arman batallas campales por el material, que en algunos casos puede pasar porque se pone en juego el sustento de cada familia y de cada persona”.
A ese panorama, se suma otra variable que es la baja del consumo, la cual se traduce en que hay menos materiales reciclables para recuperar en la calle. “Este es uno de los tantos impactos de la caída del 6,3% de la actividad económica en el primer cuatrimestre del año y la caída del consumo, que en abril mostró un retroceso de 4,5% interanual”, agrega Jonatan.
A la ecuación de menos materiales para recuperar y más personas subsistiendo del reciclado, se suma la baja del precio de venta del cartón. Una de las causas es la misma caída de la actividad, ya que genera una disminución de la demanda por parte de la industria de cajas y packaging de celulosa.
El otro motivo es la importación de bobinas y recortes de cartón. Jonatan Castillo, al respecto, afirma que “están trayendo bobina de papel celulosa de Brasil por dos pesos con cincuenta, generando una baja de casi el 100%. Mientras que aumenta la azúcar, la carne, la verdura, aumenta todo menos los sueldos, para nosotrxs es mucho más grave el retroceso en el poder adquisitivo. Hasta hace un mes, podíamos facturar entre 300 y 400 mil pesos, dependiendo de la cantidad de material, que se procesaba y que se ingresa a la cooperativa. Hoy, se llega a los 200 mil pesos con suerte”.
Según el Informe de Intercambio Comercial Argentino de AFIP, la importación de pasta de madera, cartón y papel en el primer cuatrimestre fue de 290 millones de dólares. Si bien esta práctica de importar cartón por parte de la industria monopólica del reciclado celulósico no es exclusiva de este gobierno, ya que, cada cierto tiempo, la realizan para arbitrar entre el precio internacional y local, están aprovechando su posición dominante en el mercado y la falta de regulación.
En este contexto, el reconocimiento estatal al trabajo de lxs recicladorxs y la inclusión de lxs mismxs en la gestión integral de los residuos por parte de los municipios, que genera un ingreso estable y mejora en las condiciones de trabajo, es una alternativa para sobrellevar esta crisis. Sin embargo, excepto ciudades como CABA o Córdoba, que tienen programas para los recuperadores urbanos, en la mayoría del resto del país, esto no ocurre. Las políticas locales de este tipo podrían ser financiadas si existiera la ley de envases que ya varias veces fue discutida en el Congreso sin poder ser votada.
*Por Agustín Mingorance para La tinta / Imagen de portada: Eloísa Molina.
