Acusan que EPEC taló uno de los pocos algarrobos centenarios que quedan en Alto Alberdi
El árbol, o lo que queda de él, se encuentra en la esquina de calles 27 de Abril y Ocaña. Estiman que el «Tacu» tenía más de 300 años. «Este ejemplar es considerado un hermano, es respetado por nuestro pueblo y tenemos una gran conexión espiritual con él. Es la especie que alimentaba a nuestras abuelas y abuelos», lamentaron con indignación desde la Comunidad Comechingona Pueblo de La Toma.
La Comunidad Comechingona Pueblo de La Toma repudió el accionar de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC) y remarcó que se trata de «un serio ataque a los vestigios de memoria viva de nuestro monte nativo y del hábitat natural de nuestros ancestros».
Desde la comunidad, recuerdan que el Valle de Quizquizacate, lugar donde hoy se emplaza la ciudad de Córdoba, tenía un paisaje dominado por enormes árboles propios del Monte Chaqueño, entre los que se destacaba el Tacu (Algarrobo). En particular, se registraban decenas de ejemplares en el territorio del Pueblo de La Toma (Alberdi, Alto Alberdi, Marechal y más). Hoy quedan pocos, contados con los dedos de una mano.
«Este ejemplar es considerado un hermano, es respetado por nuestro pueblo y tenemos una gran conexión espiritual con él. Es la especie que alimentaba a nuestras abuelas y abuelos. De sus vainas, se elaboran harinas que permiten amasar múltiples recetas. Estos árboles son productores, recuperadores de ozono y oxígeno respirable, en una época en la que se registra un aumento de la temperatura y de la frecuencia de las olas de calor. Árboles que son imprescindibles para el desarrollo de la salud y la vida», explican desde La Toma con profunda indignación.
En este contexto, desde la comunidad originaria hacen un llamado de atención a las autoridades e instituciones responsables, y solicitan que se respete la normativa existente con relación a la protección, cuidado y preservación de especies nativas que forman parte de nuestro patrimonio histórico natural.
«Venimos realizando un registro de lo poco que queda de esta identidad, de ese paisaje, que ahora es reemplazado por construcciones y edificaciones (…) En el frente de la propiedad donde ahora se encuentra lo que quedó del árbol, hay un anuncio de venta. Sabemos que este es un lugar codiciado por los emprendedores inmobiliarios», agregaron las vecinas, que se acercaron a pedir explicaciones y les mostraron una autorización de tala que, además, incorporaba una recomendación para que el algarrobo sea remplazado por un fresno o un algarrobo europeo.
* Texto e imágenes: Ezequiel Luque para La tinta.
