La canasta básica escolar aumentó un 136% en relación a 2022
Ayer, comenzó un nuevo ciclo lectivo en medio del conflicto salarial del gremio docente y la canasta básica escolar ronda los 26.000 pesos, sin contar guardapolvos, mochilas, uniformes, libros ni calzados. En esta nota, analizamos cuánto cuesta enviar a las infancias y adolescencias a la escuela.
Por Redacción La tinta
Comenzó el ciclo lectivo en las instituciones de nivel inicial, primario y medio. Aunque estaba previsto para el lunes, una medida de fuerza con alto nivel de acatamiento por parte de los gremios docentes impidió un comienzo normal. Los sueldos están por debajo de la línea de pobreza. La educación pública viene sufriendo recortes sistemáticos en los últimos años, desfinanciamiento de programas y ausencia de políticas públicas relacionadas con el mantenimiento edilicio y equipamiento para las escuelas.
Lo cierto es que, recién el martes, las blancas palomitas cantaron la aurora y el himno. Infancias y adolescencias poblaron las escuelas con sus mochilas (cargadas, quienes pudieron), listas para comenzar.
“Estamos viendo qué podemos usar del año pasado, si el uniforme le entra y si hay cuadernos para reutilizar. Así y todo, el gasto fue alto y la lista de materiales muy extensa. Por suerte, la mochila del año pasado -que todavía estoy pagando con la tarjeta- está sana, solo tuvo un paso por el lavarropas. Hoy, esa mochila sale 30 lucas”, dice Sonia, mamá de Camilo, que comienza segundo grado.
El rubro papelería y librería, históricamente, es de precios dispersos y calidades muy variables. Esto requiere buscar opciones en diferentes almacenes.
Comprar lo básico para empezar, es decir, un cuaderno tapa dura, uno flexible, dos gomas de borrar, un sacapuntas, pegamento y tijera, un par de lápices para escribir, doce colores, una regla, una cartuchera canopla, una carpeta, un repuesto de hojas y una lapicera, ronda los 26.000 pesos. Todo buscando precios, un poco allí y otro más allá.
“Gasté 45.000 en todos los útiles. Sin contar las zapatillas, que les regalaron los abuelos, ni los libros, que aún no pidieron”, dice Julieta, mamá de dos niños que comienzan primer y tercer grado.
Según un informe elaborado por la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Córdoba, la canasta de útiles escolares cuesta un 134,57% más en relación al año pasado. Mientras que indumentaria y calzado tienen un costo promedio de 31.500 pesos, significando un aumento del 126,95% para escuelas públicas. En el caso de las privadas, comprar uniformes cuesta 41.000 pesos, que se traduce en un aumento de 134,49%.
“Estoy chocha, le entra el guardapolvo. Por suerte, el año pasado, lo compré grande. Y la ropa de gimnasia, para estos primeros meses, tira”, cuenta Carolina, que su hijx comienza cuarto grado.
Las cifras son exorbitantes y, si en una familia hay más de une niñe, multiplicar puede ser muy salado. Las tarjetas de crédito, si hay, están que tiritan y una carpeta se termina pagando en 12 cuotas. No queda otra que buscar en casa ese lápiz que se puede volver a usar y ver cuántos cuadernos zafan.
Mientras que el emblemático guardapolvo blanco se consigue, dependiendo de la calidad de la tela y el talle, entre 3.000 y 8.000 pesos, la inversión máxima es en la mochila. Con visión de futuro, como dirían nuestras madres, una mochila grande que dure un par de años está entre los 15.000 y 20.000 pesos. Aunque si se trata de mochilas para peques de jardín, se pueden conseguir entre 6.000 y 9.000 pesos. Si gustan de personajes de dibujos animados, las mochis rondan los 35.000 pesos.
Una vez en casa, la merienda se acompaña con las tareas o las tareas con la merienda. En la actualidad, acceder a la tecnología es una necesidad básica. En este sentido, la compra de una notebook, una tablet, micrófono, auriculares y un servicio de internet ronda los 120.000 pesos, según un informe elaborado por Naranja X.
Los resultados del informe de la Defensoría del Pueblo arrojan que un estudiante de escuela pública necesita cerca de 60.000 pesos para comenzar las clases y uno de escuela privada, casi 70.000. Sin contar mochila ni artefactos tecnológicos.
Mientras tanto, les educadores en la calle. Las familias haciendo malabares. Y miles de infancias y adolescencias pobres para quienes llegar a la escuela es cada vez más difícil.
*Por Redacción La tinta / Foto de portada: La tinta