Cuotas alimentarias, un arduo proceso que podría revertirse

Cuotas alimentarias, un arduo proceso que podría revertirse
31 agosto, 2022 por Redacción La tinta

En agosto, se cumplió un año de la presentación del proyecto de ley para garantizar alimentos a hijxs de familias monomarentales. Promueve un registro de deudores alimentarios a nivel nacional, establece que sea el empleador quien retenga la cuota alimentaria y fija un monto universal en función de la canasta básica. ¿Cuál es la realidad hoy de quienes ejercen tareas de cuidados? ¿Cómo es el proceso para fijar alimentos?

Por Redacción La tinta

Según un informe del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), en Argentina, solo una de cada cuatro mujeres que no convive con el padre de sus hijxs recibe los ingresos de la cuota alimentaria. Por otro lado, durante este año, el Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad elaboró un informe sobre incumplimiento de la obligación alimentaria que arrojó que el 66,5% de las encuestadas no recibe cuota alimentaria o la percibe eventualmente. El 8% señala que el progenitor cumple con sus obligaciones y, de ellas, el 90% considera que es insuficiente para cubrir los gastos y necesidades de sus hijxs.

Rocío, ronda los veintipico, con un niñx de la mano y otrx a upa, se acerca al mostrador, pide asesoramiento. “Me quedé sin trabajo y el padre no pasa ni un peso”. Es agosto. Le dan turno con un asesorx para diciembre; con suerte, quizás logre audiencia de mediación después de la feria, marzo o abril. Tucumán 360. Tribunales de Familia.

En agosto de 2021, la Diputada del Frente de Todxs, María Jimena López, presentó un proyecto de ley que pretende avanzar frente al problema del alto incumplimiento del pago de cuota alimentaria por parte del progenitor que no convive con sus hijxs. “Queremos generar en el Congreso una agenda de la vida cotidiana de las mujeres. No puede ser más fácil en Argentina la cobrabilidad de una tarjeta de crédito que el derecho alimentario de nuestros hijos e hijas, hay que pensar en qué prioridades establecemos”, expresó el pasado 25 de agosto en el conversatorio de la Cámara de Diputados.

La iniciativa presentada por López promueve la creación de un sistema nacional para garantizar el derecho fundamental a una prestación alimentaria básica para niñxs y adolescentes. También un registro de deudores alimentarios a nivel nacional. Establece que sea el empleador quien retenga la cuota alimentaria y fija un monto universal en función de la canasta básica.

Este proyecto surge en respuesta a que, al separarse, muchas personas se ven impedidas de acceder a la Justicia para garantizar una prestación alimentaria básica o tienen que reclamar judicialmente durante mucho tiempo para poder fijar una cuota o lograr su actualización. 

Sabrina se presenta a los Tribunales de Familia con una copia de un viejo expediente de violencia. “Dice que le dé lxs chicxs, pero que no me va a mantener. Que si pido cuota, me lxs va a sacar. Me amenaza, me pide favores a cambio de la plata de los pañales. Ellxs son chiquitxs, no puedo dejarlxs para ir a trabajar”.

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La aprobación de la Ley es urgente

Desde La tinta, conversamos con la Dra. María Teresa Márquez, miembro del Cuerpo de Abogadas Feministas (CAF) y del estudio Juana Azurduy. Se desempeña desde hace muchos años como abogada litigante en el fuero familia.

La Dra. nos cuenta que la mayoría de sus clientas son mujeres que llegan a la instancia judicial porque ya no les queda otra y las dificultades económicas para garantizar vivienda y alimentos a sus hijxs apremian. “La mayoría de los casos que me llegan son cuestiones de alimentos. Siempre los casos están atravesados por cuestiones de violencia, la violencia económica es recurrente. La cuota alimentaria es una herramienta extorsiva, todavía se ven casos en los que dicen: ‘Te doy la cuota, pero vos hacé tal cosa’”, dice. Mientras, cargan solas con las responsabilidades alimentarias de sus hijxs y con todo lo que implican las tareas de cuidado que tienen un valor económico según nuestra ley, pero que aún no se reconoce. En general, no se dimensiona que todas esas tareas de cuidado, horas de dedicación y planificación se pueden traducir en dinero, tienen un valor económico.

Márquez nos explica cómo es el proceso para instar el pago de alimentos:

“Los caminos que te dan hoy los tribunales es ir por las asesorías. Cuando tus ingresos son bajos, te patrocinan y te dan una fecha de audiencia de conciliación donde se fija un monto mínimo de cuota. Cuando se pasa esta instancia, se va a la instancia judicial. También está la posibilidad de hacerlo de manera particular, en ese caso, se pide una instancia previa en mediación a ver si se hace un acuerdo de partes. Otra opción es pedir una medida urgente con una presentación en la que se acredita nivel de vida y necesidades de lxs niñxs, y se corre vista al alimentante para que diga si está de acuerdo, si puede o no puede, y dé sus razones. Después se pasa a audiencia y se resuelve, algunos juzgados resuelven directamente. La medida urgente te saca del apuro, pero el monto es bajo porque no hay amplitud probatoria, después hay que ir a la vía judicial para ampliar”.

Juan dice que ella gana más que él, que encima quiere que la mantenga. Que ni lo sueñe, que prefiere renunciar a su trabajo, que se va a llevar a su hijx, pero plata no le van a sacar. Ella trabaja adentro y afuera de su casa, ejerce todas las tareas de cuidado que demanda un niñx y perdió la casa que construyó para poder separarse. 

Queda claro que la violencia económica que se ejerce por parte de los progenitores mientras se atraviesan los procesos de solicitud de cuota alimentaria es tremenda. Las tareas de cuidado están al fondo del debate. “Son las cuestiones de cuidado, más cuando están a cargo de mujeres, que siempre estamos invisibilizadas y que aparte son tareas asignadas culturalmente en las que todavía no podemos revertir esa mirada de asignación directa. Es importante volverlas prioritarias”, afirma la abogada mientras apunta a que este es uno de los motivos por los cuales se demora el tratamiento del proyecto de ley. “Esta transformación que pretendemos respecto a las tareas de cuidado más equitativas y un compromiso de todas las personas viene lento, pero hay que seguir dando los debates, visibilizar e insistir”, concluye.

En la actualidad, una de las mayores dificultades que se presentan, más allá de los tiempos judiciales y lo engorroso de sus procesos, tiene que ver con la ejecución y cumplimiento de las cuotas alimentarias establecidas en los juzgados.

“Veo que hay deudas que no hay manera de ejecutar, no hay forma de ubicar a los progenitores. El problema es cultural. Los padres abandonan económicamente a sus hijos. No hay manera de derribar esa creencia de que, si no tengo trabajo registrado, no tengo que aportar dinero. Ahí hay una grave dificultad”, dice.

El proyecto de ley propone la creación de un Sistema Nacional de Prestación Alimentaria Básica Parental y establece la retención automática de los montos como mecanismo para garantizar la prestación, que deberá realizar el empleador, quien le efectúe el pago o será deducido por el Estado en caso de que sea beneficiario de pensión.

La abogada nos acompaña en el análisis del proyecto y capitaliza que “lo interesante del proyecto de ley es poder contar con información actualizada segmentada que nos ahorraría juntar los tickets del supermercado o de ropa. A estas herramientas no las podrán ignorar ni los alimentantes ni los juzgados. También ponen en escena no solamente al empleado registrado, sino también los que son monotributistas o los que trabajan de manera independiente. Es decir, pone sobre la mesa a los actores que están involucrados con más detalle, eso le da mayor visibilidad”.

Marisa lleva más de 3 años de litigio. Su caso tiene expedientes en violencia, en penal y en familia. A la fecha, no logra una cuota alimentaria definitiva para sus hijxs.

Los procesos son largos y atraviesan a las personas que ejercen las tareas de cuidado desde miles de aristas. Impactan profundamente en el seno de las familias compuestas por un adultx a cargo de niñxs y adolescentes.

La tinta conversó con Paola Urquizo, creadora de Familias Monomarentales de Argentina, quien nos cuenta cuáles son las principales problemáticas y dificultades por las que atraviesan, y cómo afectan a las infancias y sus cuidadorxs estos procesos.

La mayor dificultad, dice, es la invisibilización total ante una sociedad patriarcal con un modelo de familia heterosexual (papá-mamá-hijxs) al que protege, pero la realidad es que existen un gran número de familias monomarentales donde las tareas de cuidado principalmente recaen en hombros de mujeres. “Existe la necesidad de que las políticas públicas desde salud, educación, previsión social, seguridad social comprendan este tipo de configuración familiar y empiecen a incluirlas modificando a aquellas políticas que todavía siguen pensando que todas las familias de Argentina y de Latinoamérica están compuestas por dos adultos a cargo de niños”, cuenta. Paola afirma también que atraviesan otras problemáticas como la altísima inquilinización de los hogares monomarentales. “Son muy pocos los que realmente tienen vivienda propia porque, lógicamente, una mujer que tiene que sostener con un único ingreso la crianza de sus hijos es prácticamente imposible que pueda acceder a un crédito hipotecario, con lo cual muchas de ellas padecen la violencia habitacional que supone que muchas veces no les quieran alquilar”.

El panorama es difícil. La invisibilización se suma a la carga mental que implica cubrir las demandas de cuidado y económicas de lxs hijxs, ya que, como las cifras lo indican, 3 de cada 4 mujeres no cobran cuota alimentaria ni en tiempo ni en forma y, en la mayoría de los casos, los montos siempre están desactualizados y no llegan a cubrir ni el 50% de los gastos de lxs hijxs.

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(Imagen: Diana Segado)

“No pagar alimentos a una mujer que está a cargo de los cuidados y de las crianzas implica una sobrecarga de responsabilidades, un desprendimiento de la responsabilidad parental de parte de los progenitores varones, una forma de seguir controlando a esas mujeres a través del vínculo parental que tienen en relación a los cuidados de sus hijxs, lo cual produce obviamente empobrecimiento. Por eso, hablamos de feminización de la pobreza y que las familias monoparentales son la representación más fiel de esta feminización”, dice Paola Urquizo.

El incumplimiento en el pago de las cuotas alimentarias produce un daño en la mujer y en lxs hijxs, dice y explica: “Una madre sobrecargada de trabajo, que intenta por todos los medios suplir la falta de responsabilidad económica parental de parte del progenitor no conviviente, lo que produce es un deterioro de la posibilidad de generar un vínculo, una presencia más plena con la posibilidad de gozar y de disfrutar del ejercicio y recepción de los cuidados por parte de lxs menores en un contexto mucho más sano”.

Los extensos procesos judiciales y la falta de los padres ante las responsabilidades establecidas vulneran los derechos de mujeres e infancias a tener un desarrollo pleno y libre de violencias, “porque la cronificación de los juicios de alimentos, que, en muchos casos, duran todo el desarrollo infantil y adolescente de unx niñx, supone agregar a ese hogar un plus de violencia, que esta vez viene de parte del Poder Judicial con procedimientos que son absolutamente machistas donde las mujeres tienen que justificar una cuota alimentaria. Muchísimas circunstancias muestran que la Justicia no está pudiendo resolver este tipo de violencia”, reflexiona Urquizo.

Es necesario que esta realidad tenga un lugar dentro de la agenda feminista. “Sabemos que acá hace falta una decisión política para lograr leyes como, por ejemplo, la propuesta por María Jiménez López. Para que la decisión política advenga, se necesita un movimiento feminista fuerte y que pongan en agenda estas cuestiones”.

En definitiva, se trata de posicionar como un trabajo las tareas centradas en el cuidado y acompañamiento de infancias y adolescencias. Que las personas que ejercen dichos cuidados puedan hacerlo sin hostigamiento, con tranquilidad y menos carga mental. Condiciones dignas de vida para infancias, adolescencias y sus cuidadorxs. 

*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: A/D.

Palabras claves: Alimentación, cuota alimentaria

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