Viruela símica: prevención, acción temprana y control
A fines de julio, la OMS declaró como Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional a la viruela del mono. En un encuentro con periodistas científicos, autoridades del Ministerio de Salud se refirieron a la situación sanitaria en la Argentina y sobre cómo controlar esta enfermedad. Por ahora, no está prevista una vacunación y ya son 37 los casos locales confirmados.
En lo que va del año, a nivel mundial, ya se han confirmado más de 25.000 casos y 11 fallecimientos a causa de esta enfermedad. En la región de Américas, se han registrado casi 7.000 casos en 19 países y, si bien la región no es de las más afectadas, se han incrementado casi un 80% en los últimos siete días. Brasil, uno de los países con más casos registrados en la región, junto a Estados Unidos, Canadá y Perú, ha notificado la primera muerte regional a causa de esta enfermedad, así como la detección de tres casos en niños.
“Se declara la emergencia en salud pública cuando hay un evento que constituye un riesgo a nivel mundial que requiere una respuesta internacional coordinada, pero no es sinónimo de pandemia y no implica que automáticamente se van a tomar las mismas medidas que se tomaron con el COVID. Lo que nos va a llevar a tomar acciones es la dinámica y las características del virus, su transmisibilidad y letalidad”, aclaró Analía Rearte, directora nacional de Epidemiología e Información Estratégica del Ministerio de Salud de la Nación, durante un encuentro organizado por el Ministerio de Salud con integrantes de la Red Argentina de Periodismo Científico (RADPC).
En la Argentina, según datos del Ministerio de Salud, al 3 de agosto de 2022, se han confirmado 37 casos de viruela símica en el país, la mayoría en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en la Provincia de Buenos Aires. En todos los casos, se trata de hombres de entre 24 y 48 años de edad. La mayoría (70%) adquirió la infección fuera del país y 23 de los 37 casos han referido contacto sexual con otros hombres.
“El síntoma más frecuente que estamos teniendo son las lesiones en la piel. Originalmente, esta enfermedad empezaba con un síndrome prodrómico, con fiebre y malestar, y, a los cinco o siete días, se sumaban las lesiones en la piel. Pero ahora estamos viendo que eso cambió y muchos de los pacientes se están presentando directamente con los exantemas vesiculares”, detalló Rearte y advirtió que esta enfermedad, su dinámica de transmisión y sus características clínicas se están presentando de manera distinta a las descritas en países endémicos.
Por eso, los y las especialistas enfatizaron sobre la importancia de las medidas de autocontrol, teniendo en cuenta que, en muchos casos, se están reportando pequeñas lesiones que aparecen en zonas genitales y perianales, que son zonas del cuerpo en las que no es habitual automonitorearse. Además, otros síntomas que se han presentado con menor frecuencia son inflamación en ganglios, fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular y decaimiento.
“En general, circulan imágenes de cómo se dan los síntomas en países endémicos, como África, pero no es así como se está presentando la enfermedad en otros lugares, como en la Argentina. La presencia de unas pocas ampollas puede ser una señal suficiente”, advirtió el infectólogo Tomás Orduna, jefe del Servicio de Medicina Tropical y Medicina del Viajero en el Hospital Muñiz de Buenos Aires, y asesor del Gobierno nacional.
La ministra de Salud, Carla Vizzotti, destacó que los casos que se dieron en el país fueron leves. “Los que se internaron fueron para asegurar el aislamiento al principio, cuando todavía no se tenía tanta información o por el dolor que provocan las vesículas o en ganglios”, dijo Vizzotti y agregó que, por el momento, lo más importante es tener en cuenta acciones de prevención, estar atentos a los síntomas y consultar al médico ante la aparición de alguno de ellos, para propiciar la detección temprana.
Por el contrario, la vacunación masiva o en población general todavía no está recomendada a nivel internacional. “La recomendación de la Comisión evaluadora de expertos en vacunas de la OMS es intensificar la vigilancia epidemiológica para identificar casos sospechosos y confirmados, y poder disminuir la transmisión, ya que es el contacto directo con las lesiones lo que aumenta secuencialmente la posibilidad de infección”, afirmó Juan Manuel Castelli, subsecretario de Estrategias Sanitarias, y agregó que, cuando se disponga de vacunas apropiadas, se podrá evaluar el contexto de profilaxis pre y pos exposición, por ejemplo, en personal de laboratorio o de salud, que están más expuestos.
Para los casos sospechosos o confirmados, la indicación es llevar un seguimiento y control: deben permanecer aislados en sus domicilios hasta que se caigan todas las costras de las lesiones en la piel, que es cuando culmina el período de transmisión, y no deben ser hospitalizados a menos que la persona lo necesite.
En cuanto a los convivientes, deben evitar el contacto con las personas enfermas, especialmente piel con piel, y no compartir ropa, sábanas, toallas, cubiertos, vasos, platos, mate ni otros objetos. También se recomienda el uso de barbijo y distanciamiento, siempre que no sea posible el aislamiento, y que las personas enfermas eviten el contacto directo con animales.
En el caso de los contactos estrechos, no deben hacer cuarentena mientras no presenten síntomas, pero sí deben ser monitoreados y autocontrolarse a diario para detectar cualquier síntoma compatible, por un período de 21 días desde el último contacto con la persona enferma o con materiales contaminados durante el período infeccioso. Otro dato a tener en cuenta es que el período de incubación de la viruela símica (entre el contacto con una persona enferma y el desarrollo de síntomas) suele ser de 5 a 13 días, pero puede oscilar entre 4 y 21 días. “Los convivientes que hemos estado siguiendo, que que no mantuvieron relaciones sexuales con el caso, no se han enfermado hasta el momento”, aclaró Rearte y destacó que, en todos los casos, es importante evitar el contacto con personas inmunodeprimidas, niños y personas gestantes.
Sin estigma ni discriminación
“Hoy por hoy, el grupo de los hombres, y principalmente los hombres que tienen sexo con hombres, es el que está siendo más afectado, pero la verdad es que no importa el sexo, la identidad de género u orientación sexual. Cualquier persona que está en contacto con alguien con viruela símica tiene riesgo de adquirir la enfermedad”, dijo Rearte y advirtió que el uso del preservativo es importante para disminuir el riesgo de contraer otras infecciones de transmisión sexual, pero no previene la transmisión de la viruela símica.
“Para prevenir esta enfermedad, es importante focalizar en las prácticas, no en los grupos poblacionales”, destacó Orduna y sintetizó: “Cualquier persona que esté enferma no puede tener relaciones sexuales. Hay que estar sano, si tengo COVID u otro malestar, no puedo ir a una reunión individual o grupal, sexual o no sexual”.
Por su parte, Daniel Coso, de la organización civil 100% Diversidad y Derechos, destacó que considerar solo a los grupos poblacionales es un error, ya que solo considera la situación actual. Sin embargo, a futuro, eso va a cambiar. De hecho, cuando comenzaron a aparecer los casos de viruela símica a nivel global, eran 100% en hombres y hoy ya están empezando a aparecer casos en mujeres y niños.
Al respecto, Vizzotti enfatizó sobre la necesidad de aprender de la experiencia del VIH, que inicialmente condenó a las personas que adquirían el virus al estigma y la discriminación, algo que todavía hoy no está resuelto a nivel global. De hecho, los determinantes sociales son el principal agregado en la nueva Ley de VIH que ha sido aprobada recientemente, ya que la pobreza, el estigma y la discriminación siguen siendo las principales barreras que impiden el acceso a la salud y la atención médica necesarias.
La historia lo ha demostrado y hay que evitar que vuelva a repetirse. Ayer, en Perú, uno de los países de la región que ha reportado más casos y adonde la viruela símica ya es de transmisión comunitaria, se ha denunciado un caso de despido laboral a causa esta enfermedad, similar a la estigmatización y discriminación que ocurría inicialmente con las personas con VIH.
*Por Vanina Lombardi para Agencia TSS / Imagen de portada: Ministerio de Salud.