Vuelta a clases, nuevos desafíos
Esta semana, las infancias y adolescencias volvieron a habitar las aulas, apostando a la presencialidad plena en este contexto pandémico. Protocolos mediante, guardapolvos y barbijos, docentes, estudiantes y familias se reencontraron asumiendo nuevos desafíos. ¿Cómo es estar en la escuela hoy?
Por Redacción La tinta
Es 23 de febrero y el verano se siente profundo aún. Una niña dice: “No puedo esperar hasta mañana”. Sobre el sillón de su casa, hay una mochila llena de cosas, deseos, preguntas e incertidumbres desde hace más de un día. Este comienzo es una novedad para todxs. No siempre se empieza primer grado.
En otro rincón de Córdoba, a la misma hora, un niño conduce un carro, cartones y latas. También, claro está, mañana ingresa a primer grado.
Entrar a la escuela es entrar a la institución de las normas, de los horarios y las rutinas, de los ritos de encuentro. Aprender de y con otrxs, ampliar los horizontes. En este sentido, nuestra escuela pública, institución alfabetizadora por excelencia, da esperanza de acceso a todxs por igual. ¿Pero qué pasa con ese todxs por igual?
A fines de febrero, el Instituto de Estadísticas del Defensor del Pueblo de la Provincia de Córdoba publicó un informe con los precios de útiles e indumentaria escolar y dio a conocer que un hogar debe destinar un monto mínimo promedio de $25.312,99 para que unx niñx de entre 9 y 12 años empiece las clases. “El INEDEP releva una Canasta de Útiles Escolares (CUE) compuesta por treinta y seis productos básicos. En febrero de 2022, el costo promedio de la CUE asciende a $11.436,30. Este precio implica un aumento del 67,87% con respecto al año pasado. Solo a modo de ejemplo, el precio promedio de una mochila común no baja de los $ 2.415,34; un block de 480 hojas rayadas oscila entre los $968,66 y los $2.467,75; y una cartuchera tipo libro, $836,46”, explicitan desde la Defensoría del Pueblo.
“Con respecto a los gastos, fue muy complicado, muy caro todo. Para una que recién comienza, es carísimo… Pidieron muchas cosas en el colegio, muchas siendo un colegio público, pero bueno, hacemos el esfuerzo y tratamos de cumplir con lo que te piden porque es la educación de ellos, ahí estamos”, dice A., mamá de ingresante a primer grado en una escuela pública cuyo bono de cooperadora inicial es de unos $2.500 y cuotas mensuales de $800,a la vez que relata la extensa lista de materiales tanto para la mochila como para el aula, aunque aclara que eso no es excluyente para la asistencia a la escuela.
El panorama epidemiológico es alentador, ya que hasta el momento fueron inoculadas 8.533.884 dosis contra el coronavirus en chicos de 3 a 11 años sin condiciones de riesgo y 569.589 a chicos de esa edad con factores de riesgo, y fueron 6.054.169 las aplicaciones a adolescentes de entre 12 y 17 años sin factores de riesgo y 1.290.758 a quienes tienen factores de riesgo en esa población, de acuerdo con los últimos datos del Monitor Público de Vacunación.
Mientras tanto, el mayor desafío será continuar garantizando las medidas de protección sanitaria: correcto uso de barbijo, distanciamiento, ventilación y aislamiento en caso de contagio. Como también alentar a la vacunación del total de la población.
Volver a la escuela como una oportunidad de hacerlo distinto
¿Quién no recuerda aquellos primeros días de escuela después de las vacaciones? Encontrarse con lxs amigxs, conocer a “la seño”, estrenar colores. Después de un año de escuela a distancia y a merced de las posibilidades de cada quien para sostenerse en la virtualidad, para luego transitar un año de presencialidad intermitente, habitar la escuela en plan de presencialidad plena tiene todo el significado de reencuentro, de comienzo con nuevos objetivos, sabiendo que una escuela repleta de infancias y adolescencias es irrenunciable.
“Hoy, el encuentro fue multitudinario, creo que el deseo de volver se vio reflejado en la alegría de las familias, vinieron casi todos los chicos, eso no nos pasó nunca. Con guardapolvo, sin guardapolvo, pero vinieron y estuvimos todos juntos ahí después de dos años. Ese momento simbólico fue súper importante. Es levantarse después de dos años de poca conectividad, de desencuentros. Nos encontramos con aquellos que abandonaron la escuela hace dos años y recibimos a un montón de familias con muchísimas dificultades, fragmentadas, frágiles, vulneradas. Por un lado, la emoción de una escuela que emerge de las cenizas, en su valoración social y cultural en relación a la función que cumple en la sociedad y, por otro lado, este dolor de estas familias y niños que, así como en nuestra comunidad en muchas comunidades, han quedado por fuera del sistema en estos dos años de pandemia”, afirma la directora de la Escuela Mutualismo Argentino, Mgtr. Paula Domínguez, en comunicación con La tinta. Es que, sin dudas, la emoción del reencuentro se cruza con la tarea de re-vincular a las familias con las escuelas, unir los hilos deshilachados y achicar la brecha que profundizó la pandemia generando una nueva trama que contenga a las comunidades, pensando en trayectorias diferenciadas.
Por su parte, la licenciada Marcela Martín, directora de la Escuela Raúl Ángel Ferreyra, explica:
“Pudimos comprobar, tanto en 2020 como en 2021, que algunas escuelas tuvieron algunas oportunidades como para sostener la educación desde la virtualidad, pero cuando llegamos a las aulas, vimos que los aprendizajes no habían sido reales, aumentó muchísimo la brecha y la diferencia entre niños con posibilidades y niños que no las tuvieron. Entonces el volver al aula es una nueva posibilidad de construir, de reescribir la historia desde una escuela que vincula y se mira de otra manera”. También hace hincapié en que es sabido que en las escuelas las condiciones edilicias, de infraestructura y de recursos no están dadas al 100%, pero que, así y todo, considera que la presencialidad plena es lo mejor.
Casi trece millones de estudiantes volvieron al aula esta semana y la escuela pública renueva el compromiso y la responsabilidad de construir con otrxs. «Un país que se quiere reconstruir y que quiere tener futuro tiene que ser con las pibas y los pibes dentro del sistema educativo, cada día más tiempo, cada día más horas, estudiando, con libros y con computadoras», dijo a Télam el Ministro de Educación, Jaime Perczyk.
*Por Redacción La tinta. Fotografías: La tinta.