Hacks: el intento desesperado de cambiar el mundo mientras lo habitamos

Hacks: el intento desesperado de cambiar el mundo mientras lo habitamos
1 febrero, 2022 por Redacción La tinta

Por Macarena Peric para La tinta

No voy a mentirles, quiero que miren Hacks y podría utilizar muchos anzuelos para hacerles acatar mis deseos: la dirección de Lucía Aniello, una construcción de personajes femeninos imprescindibles (y principales) protagonizados por Jean Smart y Hannah Einbinder, la inclusión de une actore no binarie (Poppy Liu), el retrato de relaciones sexoafectivas y vinculares que escapan a la norma hetero-patriarcal a la vez que visualizan la puja que esta misma ejerce sobre ellas, un sinfín de nominaciones y premios, etc., etc., etc.

Sin embargo, no pienso tomar el camino fácil, ya que ninguna de estas razones por si sola termina de justificar mi fascinación por esta serie y mi brutal militancia. Sí, todavía hay más.

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Hacks es parte esencial de una camada de series donde les millennials llegan al poder de la dirección y el guion, pudiendo empezar a contar sus propias historias desde un lugar más genuino y cercano. Pero, a diferencia de otras producciones con un claro tajo generacional y una voz definida, Hacks plantea desde el comienzo la dolorosa premisa de que este mundo es inhabitable y ajeno a todes, indiferentemente de su generación (no así a los hombres blancos, ricos y poderosos que se salen siempre con la suya, claro está).

Hacks es una oda al intento de construir un mundo a medida que lo habitamos, de revolucionarlo sin morir en el intento y de aceptar, en algún punto, que el sufrimiento no puede ser la entrega completa, que las militancias tienen un límite físico y la clave está en encontrarlo para perder, quizá, una lucha, pero ganar la batalla.

Si bien los personajes están interpretados por una mujer de más de 60 años, ya en el ocaso de su carrera (Jean Smart como Deborah), y una joven de 25 años recién iniciándose (Hannah Einbinder como Ava), la serie pareciera hablarle principalmente a quienes vivimos actualmente los 30. La zona millennial que se encuentra al borde de la nueva oleada de luchas sociales (luchas que existen hace años, pero que cobraron una innegable masividad e interseccionalidad en estos últimos) como lo es el feminismo, el veganismo, la lucha LGBTQIA+, entre otras. Un tsunami de cuestionarlo TODO que nos ha dejado dentro de un vaivén, donde no logramos terminar de romper las estructuras que conocemos perfectamente que están mal ni atravesar el cambio hacia el mundo que queremos crear, sin dolernos.

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A diferencia de otras producciones audiovisuales con esta temática, donde es muy fácil posicionarse del lado de un personaje moral y políticamente correcto, la riqueza de Hacks se nutre de la pura contradicción, de los puntos de vista que separan a las protagonistas, pero también aquellos que las unen, provocando una tensión constante de tire y afloje que deja a le espectadore todo el tiempo en jaque para elegir una postura.

En palabras de Natalia Trzenko: “Sí, puede que Ava se ponga un poco pesada con el excesivo consumo de agua de Deborah, pero también es la voz de la razón cuando se trata de señalar que el trato que reciben las mujeres en la industria del entretenimiento es misógino y degradante”.

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Hacks recorre esa contradicción con ironía, humor y una sensibilidad conmovedora. Con una trama que se desenvuelve a medida que nos cuestiona, que nos obliga a repreguntarnos, sin dejar de remarcar una lucha y un horizonte en común claros, una crítica inequívoca al sistema patriarcal enfocándose para narrarla en la particularidad del espectáculo, remarcando las diferencias en las posibilidades de acceso, los tratos y la dispar credibilidad de las voces masculinas por sobre todas las demás. 

Si bien retrata el dolor de la lucha, primordialmente nos incentiva a no abandonarla. A dar la pelea con todas nuestras armas.

Esto y mucho más es Hacks, pero no quiero contarles todo yo, les invito a descubrirla, a encontrar más críticas y preguntas, a utilizarla como excusa para habitar nuestros propios espacios, para dolernos, para agotarnos, pero también para encontrar en les otres (en les distintes a nosotres) las respuestas que nos faltan.

La ven por HBO Max (tan solo 10 capítulos de media hora).

*Por Macarena Peric para La tinta / Imagen de portada: fotograma Hacks.

Palabras claves: feminismo, Series

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