Paloma Laguens, una mirada con amor

Paloma Laguens, una mirada con amor
11 febrero, 2022 por Inés Domínguez Cuaglia

Una mirada amorosa sobre nuestras corporalidades y mucho para desarmar y desandar de las exigencias patriarcales en relación a nuestros cuerpos. Paloma Laguens retrata sin filtros mujeres reales y difunde en sus redes estas imágenes que funcionan como un bálsamo, ante tanto mandato estético hegemónico.

Por Inés Domínguez Cuaglia para La tinta

Estoy escroleando, actividad que suelo elegir en mis tiempos de ocio casi sin elegir, así como en automático, porque cuéntenme por favor: ¿quién no cae en ese goce cotidiano de mirar vidas ajenas, en el goce del chismecito y también en el de mostrarse un poco? Me gusta. Encuentro una imagen familiar, me veo en ella: una mujer con un cuerpo parecido al mío, me siento identificada. Pocas veces te cruzás en redes con este tipo de imágenes, fotografías de corporalidades no hegemónicas, un bálsamo ante ideales tan crueles e imposibles. 

Se trata de las imágenes de Paloma Laguens, fotógrafa cordobesa que se puso en la tarea de primero registrar amigas y, con las repercusiones en redes, muchas otras pibas que se comunicaron con ella para ser fotografiadas. Con una mirada amorosa, retrata mujeres sin filtros, con cuerpos como el mío y el de muchas otras. En sus espacios y “como se sientan más cómodas”, dice.

Las amigas siempre

Paloma Laguens relata que comenzó este proceso rosqueando con amigas sobre las cosas que nos pasan. Trató de convencerlas de hacer fotos. Hubo cierta resistencia hasta que empezaron las sesiones en su casa. Pero notó que se soltaban y todo sucedía más relajado cuando las fotos se tomaban en el lugar de cada fotografiada. “Eso era muy notable, empezó a ser una parte clave la comodidad con el espacio que las rodeaba, con la luz que había en sus lugares. Tenían un conocimiento del espacio y la relación de su cuerpo con ese espacio que era re distinta”, recuerda la fotógrafa. 

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(Imagen: Paloma Laguens)

“El proyecto tardó varios años en salir a la luz, hasta que en un contexto de pandemia en donde me encontré con muchas cosas, pero sobre todo conmigo, pude darle imágenes a esto que venía pensando y sintiendo. Hoy encuentro en estas miradas, en estos gestos, en estas corporalidades, un mensaje que me resulta urgente visibilizar, compartir, difundir”, cuenta Laguens en comunicación con La tinta. 

Una imagen que interroga y transforma

Sabemos que la imagen tiene el poder de entrar en la retina sin pedir permiso y calar profundo. Las imágenes comunican,  modifican y hacen justicia. 

“Estas fotografías tienen la capacidad de transformar, tanto a mí, que saco las fotos, como a lxs que posan, lxs que las ven y también, en gran medida, para lxs que se las encuentran en sus redes sociales. Pretenden, y lo logran, despertar empatía, pero también ruido, incomodidad, preguntas y respuestas. Quiero que mis imágenes generen movimiento”, explica la fotógrafa y cuenta cómo, desde la primera foto que subió a Instagram hasta hoy, recibe mensajes de pibas agradeciendo por visibilizar las corporalidades como son y contando anécdotas como “me fui a comprar un jean y no conseguí ninguno, salí llorando del local, vi tu Instagram y me cambió el día, me vi parecida, la angustia se me fue”, relata Paloma. 


La mirada del sistema capitalista y patriarcal sobre nuestros cuerpos es tan cruel, tan exigente e imposible que no me alcanza con quererme como soy, como proponen los movimientos body positive, esa sería una respuesta individual a un problema colectivo en el que ser delgadx no deja de ser un privilegio. Por esto, visibilizar todas las corporalidades, amorosamente, pero con todo el peso crudo y puro de mostrar lo real, es una respuesta. 


Una foto que me aloje como soy, que no me imponga, que no me insista en que hay algo mal conmigo que no entro en el talle 38, ni mucho menos en la piel blanca uniforme y de porcelana que históricamente muestran los medios de comunicación y las redes, es una manera de empezar a desarmar, desandar ese discurso, ese ideal impuesto. Si las imágenes vienen de otra feminidad o de un colectivo, mejor aún, más potente.


“Es urgente erradicar los estereotipos, vengo a romper con todo eso. Estoy convencida de que los modelos hegemónicos de belleza se tienen que caer, que no existen las formas perfectas en nuestrxs cuerpxs y que esos ideales (inalcanzables) responden a una sociedad desigual y patriarcal”, afirma Laguens. 


Cuando me dice esto, pienso en que no es fácil, no es cómodo, no es lineal. Romper con la norma hegemónica de belleza, y a la vez sentirse bien con lo propio, no puede convertirse en una exigencia más. Encajar en el  “aceptate como sos”, después de ser nacida y criada en un sistema que me estuvo diciendo que no encajo así como soy, no es sencillo. Paloma Laguens responde a esto con una pregunta “¿No te parece que suma mucho más empezar a ver estas imágenes que las que nos intentan instalar como modelo único de belleza? Ver imágenes nuevas que generen pensamientos nuevos”, a la vez que afirma estar en la misma, solo que del otro lado del obturador y agrega: “Estamos tratando de construir, desde diferentes espacios, nuevas maneras de pensarnos en relación a nuestro cuerpo. Empezamos a preguntarnos: ¿cuándo fue que la lista de críticas a nuestros cuerpos se volvió interminable?”. 

No filters, no poses: la verdadera transformación

Siempre con la premisa de usar luz natural, no hacer retoques ni direccionar poses, se sucedieron los encuentros.

Para quienes paseamos mucho por las redes, nos es común ver tips para posar y que no se te note “tan gordo, flaco, flácido, alto, bajo, poroso, marcado” el cuerpo. Poses para caderas anchas, para panzas posparto, para piernas gordas, para la celulitis y mil más. Ese que no se note, que no se sepa, que tan bien nos enseñaron y tan bien aprendimos. Laguens busca todo lo contrario en sus fotos. “Con la cámara siempre estoy tratando de que no estés en pose. Esa fue una de las motivaciones y es una posición política. Si yo te digo ‘levantá el brazo para que no se te vea la panza’, es otro posicionamiento. Mis fotos no son para posar, no son para estar cumpliendo y es increíble cómo se nota la relajación que hay cuando les decís ‘no tenés que estar posando, ponete cómoda’. Dejar de estar en pose es una posición”, dice la fotógrafa y remarca que quiere que la foto se vea real, sin filtros, sin efectos. Reflexiona sobre esto y acentúa que, cuando en redes se usan filtros o se hacen recortes, son justamente con la finalidad de tapar aquello que ella quiere visibilizar. “Con los filtros cortamos, tapamos lo imperfecto para la norma”, dice la creadora de esta serie de imágenes, proceso que lleva casi dos años de trabajo y se caracteriza por la luz natural, una paleta cálida y algún guiño al verde de nuestras luchas.

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(Imagen: Paloma Laguens)

Las sesiones fueron una invitación a compartir conversaciones profundas y movilizadoras como los resultados que se ven en las imágenes: cálidas, amables, luminosas. “La cantidad de transformaciones, movimientos, sensaciones que suceden cuando hacemos estas fotos, en mí que saco las fotos, en lxs que posan y en lxs que las ven después, es algo que todavía estoy intentando acomodar, entender, pensar. Me propongo generar imágenes que lo primero que provoquen sean empatía y alivio, y no comparaciones y angustia”, señala Laguens. 

Una lente feminista, una mirada con amor

Cuando, en comunicación con La tinta, la fotógrafa cuenta sobre el punto de partida de todo este proceso, lo que la mueve a crear estas imágenes, dice que está completamente atravesada por el feminismo. “Fue desde ahí. Una vez que ves el mundo con los ojos feministas, ya no podés volver a verlo de otra manera. Empecé a ver que desde mi lugar de foto podía movilizar cuestiones feministas que me importan un montón y que realmente generan cambios y movimiento. La erradicación de los estereotipos de cuerpxs es algo que está sucediendo y no quiero dejar de gritarlo, sembrar preguntas, de generar empatía, de hacer ruido, de romper estructuras”.

Es necesario, es urgente, que las feminidades nos miremos con amor, abracemos nuestros dolores, acompañemos nuestros procesos. Recuerdo una de mis estudiantes diciendo que algo que modifica su cotidianidad es ser mirada por unx otrx con amor. Encuentro en las redes de Laguens muchos comentarios en relación a su mirada con amor, su mirada cuidadosa, amable con lo que duele, entonces le pregunto por qué cree que es necesaria esa mirada: “Se lo que padecés porque soy mujer hace 32 años. Es remontarse al patriarcado y a lo que nos exigió siempre. Ver imágenes como estas es un respiro, una caricia, un alivio. Mirarnos un poco con amor entre nosotras es necesario ya que consumimos redes todo el día, poder encontrarnos con cosas que nos hagan bien y no nos angustien”, responde Paloma.

Me impacta lo que nunca veo

Me pasé gran parte de enero tarareando esa canción de Adrian Berra; la que dice: “Y te quiero al natural, al carajo con la compostura, las tetas al aire, la mirada segura…”, mientras ajustaba mi alimentación pos celebraciones de fin de año y me depilaba para ir a la pileta, porque sí, porque lo elijo, porque lo aprendí y porque las contradicciones son lo mío. Quizás también por esto me llamen, nos llamen tanto la atención las imágenes de Paloma en redes. Es que muestran algo que pocos muestran y ese es el verdadero impacto de sus fotos. Poner en vidriera lo que siempre se buscó que no se vea, pero que no es ni más ni menos que lo real. 

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(Imagen: Paloma Laguens)

“La primera foto que subí a Instagram llamó mucho la atención y fue un movimiento muy grande en redes. Siento que llama la atención porque no es lo que vemos siempre: poses hegemónicas, mujeres sin panza o lo que hacemos todxs cuando nos sacamos una foto porque queremos salir bien y ese salir bien se acerca a lo hegemónico. Siento que la gente se queda viendo porque le sorprende ver en redes sociales una panza como la que tenés vos o yo”, reflexiona Paloma y confiesa que para ella ese efecto tiene mucho más valor que ganar cualquier concurso.

Sorprende lo natural, me sorprende verme en otra cuando debería ser cotidiano. Definitivamente, las imágenes hacen justicia.

*Por Inés Domínguez Cuaglia para La tinta / Imagen de portada: Paloma Laguens.

Palabras claves: cordoba, Fotografía, Paloma Laguens

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