Verano: ¿cómo cuidarnos del sol?
En un sistema que fragmenta nuestro ser, el autoconocimiento es rebeldía. Descolonizar y despatriarcalizar nuestra mirada implica ubicarnos desde los propios cuerpos y memorias, haciendo un camino de autoconciencia que abre márgenes de libertad para decidir. Hoy profundizaremos sobre los cuidados de la piel y su relación con el sol del verano cada vez más hot.
Por Redacción La tinta
No paramos de decir: “¡Qué calor que hace!”. El calentamiento global no solo es un discurso mediático repetido y una preocupación de la humanidad (al menos de una parte). Hoy sobrevivimos a altas temperaturas que nos hablan de una situación que año tras año se vuelve más radical. Esto tiene un efecto directo sobre la piel. Es el órgano principal por sus cuidados y magnitud: una persona adulta promedio posee una superficie aproximada de 2 metros cuadrados y pesa alrededor de 5 kg.
La piel es muy vulnerable a la exposición al sol y el calor. Por eso, en verano se requiere un cuidado más intenso para que la piel esté saludable. Las altas temperaturas pueden deshidratar el organismo y, por tanto, también la piel. Por otra parte, respondemos al calor con la transpiración y la humedad puede favorecer las infecciones, especialmente en las zonas donde hay pliegues. Además, el efecto de la radiación ultravioleta por las largas exposiciones al sol produce arrugas prematuras y un riesgo aumentado de cáncer cutáneo.
Por todo esto, la hidratación extra y la protección será fundamental. Compartimos aquí algunos tips para sobrellevar esta estación y que pueden servir para el resto del año.
Hidratación diaria
Beber agua, por lo menos 2 litros a lo largo del día, puede prevenir la deshidratación de la piel. Se recomienda tomar líquido sin tener sed. Esto ayudará también a la luminosidad en la cara, a evitar la piel grasa, la piel de naranja, el acné y los puntos negros.
Las duchas son de gran utilidad. Una vez que te seques, es recomendable el uso de cremas comunes o ricas en vitamina A, que aportarán un gran componente hidratante. Es importante que no olvides las zonas más secas: talones, codos y rodillas.
Usá protección solar cada día
El protector solar es imprescindible durante todo el verano. Se sugiere aplicar uno con alto factor de protección cada mañana, antes de salir de tu casa, preferiblemente mayor a 30. Incluso podés llevarlo para reforzar su acción durante el día.
Tal es la importancia de esto que, en la ciudad de Buenos Aires, la legisladora Ofelia Fernández presentó, a fines de diciembre de 2021, un proyecto de ordenanza para crear un programa de prevención. La propuesta incluye la promoción con campañas de concientización y el acceso gratuito a la protección solar como una forma de evitar el cáncer de piel y otras afecciones relacionadas a la exposición a los rayos UV.
Evitá la exposición solar
Entre las 10 y las 16 horas, es recomendable evitar la exposición al sol, ya que los rayos son nocivos. Se sugiere el uso de gorras, sombreros o pañuelos, también de sombrillas o paraguas en caso de exponerse en esas horas, y mantener mojada la cabeza.
Una alimentación saludable y rica en antioxidantes
Si la economía lo permite, se recomienda ingerir verduras y frutas frescas, ya que son un componente fundamental de la dieta del verano. Si comés de forma regular estos alimentos, favorecen la hidratación de tu organismo y, por tanto, también de la piel.
Evitar el uso y consumo de alcohol
Cuando hablamos de alcohol, no solamente nos referimos a los brindis y celebraciones. Los perfumes y las aguas de colonia contienen alcohol que no es bueno para la salud de la piel. Este tipo de productos pueden causar diferentes manchas, por lo que se deben sustituir por aguas de ducha con olor, pero sin alcohol, y dejar los perfumes exclusivamente para la noche.
Además, se sugiere evitar el tabaco y las bebidas alcohólicas para el cuidado de la piel. El alcohol acelera la degradación natural del colágeno de la dermis que acontece con la edad, adelantando la aparición de arrugas.
Remedios caseritos y naturales para algunos males de la piel
La santa planta de Aloe vera es buenísima para esto. Pidiendo permiso a la plantita, sacás una hoja (siempre de la parte más baja de la planta), le sacás las espinas y le hacés un corte horizontal. Podés pasarte el interior de la hoja directamente sobre la piel después de la exposición al sol para calmar el ardor, el aumento de temperatura y para regenerarla.
El agua fría es muy recomendable para aliviar las molestias de las quemaduras de sol. Se puede colocar con una toalla sobre la piel durante varios minutos. Es importante evitar el hielo sobre la piel dañada, ya que disminuye el flujo de sangre y puede causar daños a los tejidos. Se puede adoptar una práctica muy difundida en otras culturas: mojás una pequeña tela de toalla, la enrollás y ponés en la heladera. Cuando llegás a tu casa en un día de alta temperatura, la colocás sobre el cuerpo y te ayuda a disminuir el calor de la piel.
El Llantén es una medicina recomendada para las quemaduras del sol. Sus hojas tienen grandes propiedades antiinflamatorias, antimicrobianas y antihemorrágicas. Podés utilizar las hojas frescas bien lavadas y aplicarlas sobre las quemaduras de sol, o bien triturarlas y obtener el jugo para aplicarlo localmente.
A cuidarse y mimarse para disfrutar del sol, una fuente inigualable de energía. ¡Feliz verano!
*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: A/D.