Les poetas recomiendan: escándalo barroco en Silvina Mercadal

Les poetas recomiendan: escándalo barroco en Silvina Mercadal
7 octubre, 2021 por Claudia Huergo

Una poeta recomienda a otra poeta. Hoy, Claudia Huergo nos adentra en la poesía de Silvina Mercadal, quien se presenta mañana viernes, a las 21 horas, en el marco de la Feria del Libro de Córdoba.  

Por Claudia Huergo para La tinta

Por cercanía generacional (con Silvina), podría abrir este comentario Raphael, el divo de la balada romántica española, con su tema “Escándalo”. Las dos sabríamos de qué se trata. Por cercanía generacional también, abro parte de su obra como si fuera un carrete de diapositivas.

En esta, aparece bailando, salida de un cuento de H. C. Andersen:

El libro de delgadas hojas al cuerpo plegado mana la siesta. El cuento de los zapatos rojos signo-acertijo puro arrebato arrastra una criatura al bosque a bailar y luego debe implorarle que tallen nuevamente sus pies. 

Acá, aparece acompañando con cantos alucinados, puñalearía y dócil venganza a La cautiva de Esteban Echeverría:

La cautiva fuga/ hacia el desierto/ retiene el lazo/ en interminables/ noches ciegas/ de olvido quiere/ regresar, pero/ lacerado deseo/ sutura y abre/ con llanto.

El desierto abierto cerca/ visión entera de cautiva/ la cautiva alucina/ una tribu errante avanza/ el horizonte espejea/ su enormidad serpentina/ envuelta en tules ambarinos/ el desierto callado avanza/ rústicas especies contemplan/ del vacío maravillas (…).

Acá se la ve preñada, prolífica y célibe, como una liebre. No van a encontrar feminismo explícito entre sus versos.  Más bien: Como esos árboles/ hundidos en la niebla/ la mente errante/ como esos arbustos/ difusos, notación/ de la niebla.

Estarán pensando conmigo: ¿la más perlongheana, la del parentesco con la otra hermana Ocampo (Silvina), la más marosiana? Yo digo: la que vive en la casa con terraza de vientos donde se vuelan servilletas de papel, conversaciones ebrias de domingo a la tarde. Soplos minimalistas: el detalle feroz y la digestión lujuriosa.

Acá, en esta otra, fíjense lo que les digo:

La imaginera cuenta que/ abrazan, besan a las bichas. / A esta bicha con mentón/ de duquesa ¿o bicho?/ ¿La abrazaron?/ ¿También la besaron?/ Quizá toparon/ con los dientecitos/ y la nariz, el extraño/ rostro pegado al torso/ las delgadas/ quebradizas ramas./ ¿Por qué las abrazan?/ Quizá el persistente/ ensueño de la materia/ vuelve, atraído/ por lo indefinido.

¿No les parece digno de un reality show? ¿Hablar así, del ensueño de la materia que vuelve atraído por lo indefinido? Imaginen figurar (…) la propia novelita de tristezas clavadas al alma del cristal. Imaginen que fuera noticia que (…) En un friso, en la corteza,/ en el dobladillo del alféizar/ la oveja reina colocó/ su remedio y dice:/ una vez quise, tropecé, caí,/ comencé a aquietar el deseo/ la exageración del deseo/ las andanzas.

Pero vamos, que su escritura barroca contiene también preguntas urgentes.

En la mirada/ animal, en su voz inaudita, dejan/ señales primitivas. ¿Se han reído?/ ¿Les relataron hechos incomprensibles?/ ¿Los han vuelto vertedero de deseo/ o espanto?  El lenguaje los cubrió/ como a estampita, una invención/ de las ranas… 

Semillas de mundo, humedales:

El bosque se llena de visitas, las criaturas/ que lo pueblan, escuchan rezos/ palabras pronunciadas casi en silencio. / Unas pequeñas mariposas de papel/ cubren los árboles, los visten de/ inesperada fronda. Ahí el alma/ palpitante, ciega o avara, arroja/ su luz extraviada.

(…) brebajes espesos/ electrizaron el bosque, las ánimas/ y los pájaros se confundían en el aire/ el colibrí llameante, suspendido/ entre las amarilis y los jazmines/ en el aire, quizá el ánima/ furtiva de mamá, con las preguntas/ y los silencios, algo aturdida (…)

 Indicaciones:

Y para salir/ nada mejor que entrar/ en el puro límite/ hasta torcerlo. 

Silvina-Mercadal-poeta-poesia

Hay escritura del escándalo en esas austeras catedrales barrocas que construye Silvina. Basta con seguir el desarrollo de esa construcción sostenida apenas, apenas inclinada, como una muchacha en el vano de una puerta, ante el asalto de un primer b(v)e(r)so.

Casi como si pudiéramos asistir a la división celular, a la boda de las mitocondrias, al bamboleo de las dendritas, al pequeño big bang antes de la oscura noche de los sentidos. El escándalo del barroco resitúa la pregunta: si la poesía salvará al mundo, ¿a cuál? Si ya las visiones racionalistas, algorítmicas, mecanicistas, han traído menudo desencanto. Si han manipulado a los seres hasta convertirlos en objetos o artefactos. ¿Es que la poesía puede reencantar al mundo? Hay, en los versos de Silvina, herbarios, animalarios, boticas de remedios antiguos, colecciones de mínimos gestos, vitalidades proliferantes.

Sugiero leerla como quien visita un hexagrama del I ching: eso y todo lo contrario. Sugiero leerla porque el mundo se está secando y hay humedal allí. Una densa lubricidad que nos permite ensoñar otra sed.

*Por Claudia Huergo* para La tinta / Imagen de portada: A/D.


*Trabajé con citas de: Un bosque oriental (2010), La cautiva, alucina (2016), Orange (2017), Célibes liebres (2019), Vano (2020). Pero hay más, mucho más.

Palabras claves: Claudia Huergo, cordoba, Feria del libro

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