Las candidaturas trans en las PASO: una urgencia y una deuda
En ocho provincias, en las próximas elecciones, personas travestis, trans y no binarias integran listas que disputarán diversos cargos legislativos, nacionales, provinciales y municipales. Por primera vez, el Congreso puede tener bancas con candidates trans. Conversamos con Thiago Galván, precandidato a Senador Provincial, sobre el reconocimiento a la capacidad de agencia y discusión para pensar las políticas y el país que desean con su propia voz.
Por Verónika Ferrucci para La tinta
Lohana Berkins, primera candidata travesti a diputada nacional en 2001, abrió un camino que hoy toma mayor amplitud. «Cuando una travesti entra al Estado, cambia la vida de esa travesti; cuando muchas travestis entran al Estado, cambia la vida de toda la sociedad”, dijo la mariposa Lohana, que además fue la primera travesti en ocupar un cargo público en el Estado, como asesora en la legislatura porteña. Un hito, un puntapié y un faro siempre presente.
Los activismos de la disidencia reclaman lugares de representación política hace años. Con la campaña “Queremos trans en las listas”, visibilizaron un entramado de trabajo territorial en todo el país que no tenía su correlato en cargos públicos ni en las listas. Existe hoy un nuevo mapa que, con leyes y políticas públicas, reorganizó concretamente -y no solo de manera simbólica- algunas deudas con el colectivo de la disidencia. Concretamente, en este último tiempo: la sanción de la Ley Nacional N° 27.636 de Promoción del Acceso al empleo formal para personas travestis, transexuales y transgénero “Diana Sacayan-Lohana Berkins” y el Decreto Presidencial N°476/21 que reconoce identidades por fuera del binomio masculino y femenino en el Documento Nacional de Identidad (DNI).
La Ley de Paridad de género, vigente desde el 2017, establece que las listas deben estar compuestas de forma equitativa por mujeres y varones, de manera intercalada en los puestos. Una ley necesaria como piso que ha permitido algunos logros visibles en materia de género dentro del Congreso. Hoy, hay candidaturas trans y candidates con DNI no binarie que sobrepasan y rompen la idea de paridad y las estructuras binarias que dan forma también en las instituciones, que -como consecuencia de la lucha transfeminista- están en disputa.
Desde La tinta, conversamos con Thiago Galván, varón trans precandidato a Senador Provincial por el Frente de Todxs. “Que haya personas trans y no binarias en las listas implica el reconocimiento desde los espacios políticos, el reconocimiento de la capacidad de agencia, de discusión y de transformación que tenemos para aportar desde nuestros recorridos políticos, pero, sobre todo, desde nuestras trayectorias vitales. Hay muchos diferenciales sobre cómo entendemos las formas de hacer política y la realidad, basadas en nuestras experiencias de construcción de redes, de militancia y activismos. Hace mucho tiempo demandamos visibilidad y poder tomar la voz y disputar los lugares de representación, donde se toman decisiones: el Congreso, que es nada menos que el lugar donde se definen y votan las leyes que van marcando el rumbo del país”.
Este domingo, se presentan en las PASO precandidates trans para cargos legislativos en Diputades y Senadores. Daniela Castro, candidata a Diputada Nacional por el Frente de Todxs en la provincia de Buenos Aires. En Santa Fe, Tahizna Marrone, candidata a Senadora, y Reina Ibáñez como Diputada, ambas por el partido Proyecto Joven. Carla Morales va por Salta como Diputada Nacional por el Movimiento al Socialismo (MAS). Daniela Andrade, en Chubut, como Diputada por el Frente de Todxs y Thiago Galván para Senador Provincial en la lista del Frente de Todxs en Córdoba. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Nadia Tolosa va por Alternativa Ciudadana como precandidata a Diputada Nacional como femineidad no binaria y Santo Castiglione, precandidato a Diputado Nacional por el mismo espacio.
“Es un hecho histórico formar parte de una lista en Córdoba, más allá de la provincia del Cordobazo y la Reforma Universitaria, es un territorio muy reaccionario y conservador. Profundamente violento con las identidades del colectivo de la diversidad. Tener visibilidad en una lista implica riesgos, pero es una apuesta enorme para construir lo colectivo en los lugares donde se disputa poder. Tomar lugares de visibilidad implica estar un pasito más cerca de generar las transformaciones culturales de fondo que necesitamos para empezar a desarmar esas estructuras profundamente transodiantes y transexcluyentes”, afirma Thiago, quien actualmente es Vicepresidente de la Liga LGBTIQ+ de las Provincias.
También se disputarán otros cargos locales en ocho provincias. En Jujuy, 8 candidatas trans aspiran a cargos en consejos deliberantes de las ciudades de Tilcara, La Mendieta, La Esperanza, San Pedro, San Salvador, Palpalá y La Quiaca. En Santa Fe, hay 9 candidaturas trans, incluido un cargo para Jefa comunal. Neuquén aspira al concejo deliberante; en provincia de Buenos Aires, al menos 4 cargos disputan espacios en concejos deliberantes y, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, dos cargos, entre ellos, Paula Arraigada por el Frente de Todxs, quien lleva una trayectoria persistente.
Para Thiago, si bien hay más candidaturas que otros años, no son “muchas”, porque se necesitan muchas más: “Pero de alguna manera, son posibles, porque ha quedado muy clara nuestra presencia en la agenda política. Hemos irrumpido en el espacio de la política donde se generan las agendas de prioridades de temas a tratar. Tenemos una presencia muy fuerte, la materialización de eso fue la aprobación de la Ley de Inclusión Laboral travesti trans. Particularmente acá en Córdoba, la venimos laburando y poniéndole letra hace muchos años”.
Hay un camino en estos últimos años que, desde lo institucional y los activismos, han marcado hacia afuera y hacia adentro la posibilidad concreta de ocupar activamente los espacios de representación y construcción política. Poner en valor a las personas trans, más allá de los usos que históricamente han hecho algunos espacios políticos como una postura de corrección política. “No alcanza solo con que nos escuchen o nos pongan el foco de luz un ratito”, dice Galván, quien fue el primer consiliario universitario trans.
En relación al acceso a cargos políticos, al empleo, a estudios de personas travestis trans, es una provincia compleja. Córdoba, qué difícil que sos -no importa cuándo leas esto-. “Todavía no adhirió al decreto 721 de cupo laboral, no adhirió a la Ley Nacional de Inclusión laboral travesti trans, no hay una ordenanza municipal, la Universidad Nacional sigue cajoneado el proyecto de cupo e inclusión laboral. Hay una sintomatología de desplazar, de no visibilizar, no priorizar y nosotres venimos presionando hace mucho tiempo. Necesitamos que la provincia tome responsabilidad y haga el ejercicio de reconocimiento de las violencias que históricamente han perpetuado hacia el colectivo travesti trans, en términos de exclusión, de discriminación y hostigamiento. Es necesario que la provincia comience a legislar en favor de los derechos de la diversidad”, detalló Galvan.
“Yo nunca vi una persona travesti trans votando una ley en el Congreso y es hora de que pase. ¿Cuánto más vamos a esperar para que eso pase? Tenemos derecho a que nadie hable por nosotres en esos espacios y poner nuestra voz en la escena central. Es urgente y es una deuda. Creo que si me preguntaban hace 4 años si esto iba a ser posible en Córdoba, quizás habría dicho que no. Pero es un momento para animarse y proyectar más allá para que nuestra provincia sea más como la soñamos; más plural, participativa, más joven en la representación”, expresó el joven candidato.
Las ideas de cupo y paridad pueden leerse como medidas para dejar “conforme” a las feministas o los colectivos LGBTTTIQ+. Y si bien este tipo de políticas de acción positiva nos quedan un poco acotadas, debemos pensar la genealogía en la que se inscriben. Nos queda mucho camino por recorrer, pero, como dice Thiago, aun cuando sean tomadas como medidas superficiales o de corrección política, las necesitamos contra las violencias históricas, estructurales e institucionales. No son un techo, son el piso. “Nuestra gran utopía es una sociedad donde no sean necesarias esas medidas, sino una conciencia desde la empatía, la amorosidad e inclusión”.
*Por Verónika Ferrucci para La tinta / Imagen de portada: Agencia Presentes.