Solo el 17 % de los filmes nacionales que llegan a las salas son dirigidos por mujeres
Las cineastas han demostrado la calidad de sus proyectos audiovisuales en más de una oportunidad. Sin embargo, todavía carecen del mismo respaldo y difusión que las instituciones y las empresas brindan a las películas dirigidas por varones.
Históricamente, en la industria del cine la presencia de directoras siempre ha sido escasa y poco valorada por el mercado del rubro.
Sin embargo, pese a los múltiples obstáculos que todavía hay en este sector, en los últimos años han aparecido filmes fundamentales que destacan el talento audiovisual de las mujeres. Es el caso reciente de La Mujer Maravilla (2017), que bajo la dirección de Patty Jenkins cambió el paradigma hípersexualizado de las superheroínas. Por otra parte, Sufragistas (2015) de Sarah Gavron expuso la pugna femenina por conseguir el voto en Inglaterra.
Aunque en Europa y Estados Unidos cada vez existen más filmes que reivindican el trabajo de las cineastas, en Sudamérica la realidad es muy distinta. Y Argentina no es la excepción.
Según estudios concretados desde 2018 por la Gerencia de Fiscalización del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, los largometrajes dirigidos por mujeres tienen un ínfimo protagonismo en las salas de cine. Los informes documentan que, de todas las películas argentinas que se estrenan, solo el 17 % son dirigidas por mujeres. Y puede aumentar a 20% si se contabiliza los filmes codirigidos por hombres y mujeres.
Frente a esta problemática han surgido algunos programas que buscan impulsar el cine hecho por mujeres, así como las obras audiovisuales disidentes. Por ejemplo, el proyecto Gafas Violetas colabora con las varias áreas del INCAA en la implementación de políticas públicas en diferentes ámbitos. Su principal objetivo es promover la equidad de género en las áreas de fomento, exhibición y distribución, investigación y capacitación en conjunto con la industria audiovisual. Asimismo, se busca entablar vínculos de apoyo con el Estado, la academia y la sociedad civil.
La internacionalización como gran plataforma
Las directoras argentinas saben que, si no hallan los suficientes espacios para mostrar la calidad de sus trabajos en territorio nacional, deben apostar por los eventos cinematográficos del extranjero. A través de la internacionalización, las directoras dejan en evidencia el nivel de su valía.
Uno de los ejemplos más significativos es el de la cineasta Mara Ávila, quien ha aprovechado el Festival Internacional de Cine de Cuenca (Ecuador) para exponer su documental Feminicidio. Un caso, múltiples luchas (2019). A través de este filme, Ávila narra una historia real y trágica que marcó su vida: el femicidio de su propia madre.
En este mismo sentido, también se subraya la participación de una directora argentina en el Festival Internacional de Cine de Mujeres de Dortmund-Colonia. En la edición de este año, Clarisa Navas exhibió su trabajo Las mil y una, manifestando que: “Mi película nace de experiencias muy personales, de haber vivido en el mismo barrio donde transcurre toda la trama”.
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