¡Buen viaje, Marta!
Vuelta alto, Marta Sagadín, compañera militante, histórica luchadora del Movimiento de Mujeres de Córdoba, feminista, bibliotecaria y docente. El pasado 13 de julio, supimos de su partida. A modo de nota, le agradecemos sus semillas, frutos y el tejido de memorias de su paso por las tierras cordobesas.
Por Redacción La tinta
“Con mucha tristeza en el alma hoy despedimos a Marta Sagadín, fundadora y presidenta de nuestra biblioteca (…) Férrea militante y ejemplo incansable de muchas compañeras, compañeres y compañeros de luchas a favor de la ampliación de derechos, principalmente de las mujeres y de las disidencias”.
Biblioteca Popular Juana Manuela Gorriti
Hacía semanas que las compañeras mandaban Abrazos para Marta en la cuenta de Instagram. Son más de treinta mensajes que recorren luchas, recuerdan momentos compartidos, señalan la importancia de Marta en el feminismo, expresan el cariño tejido en años de activismo comprometido y amoroso. Como pasa con cada partida, más que irse, las compañeras se siembran como semillas. Con el corazón estrujado, compartimos retazos de una vida imprescindible en el feminismo cordobés.
Marta es una pieza clave de las Bibliotecas Populares con perspectiva de géneros. Sus andanzas en estos espacios se remontan a sus 8 años, cuando se asoció a la biblioteca de su escuela, ávida de lecturas. “Leer fue una apertura en mi mente, leer sobre lo que fue y significó la inquisición. Empecé a mirar desde otro lado. ¿Cómo puede ser? Empecé a leer sobre la época del feudalismo”, contó en una entrevista de 2017 del ciclo “Mujeres que mueven el Mundo” en Canal U.
Estas lecturas significaron el primer clic para acercarse al feminismo. “El segundo clic fue alrededor de los 20 años, cuando conocí al Partido Comunista, y el tercero fue cuando dejé las filas del partido y me incorporé al Movimiento de Mujeres Córdoba, y empezamos a hacer los cursos sobre feminismo”, narró.
El Partido Comunista fue una parte importante de su vida. Se afilió en 1962 junto a su compañero Oscar Beas, con quien compartió la militancia, la política y la ideología. Participó activamente en el Cordobazo, junto a muchas otras mujeres, como develamos en estos años buscando a las mujeres ocultas.
Si bien el Partido, según las palabras de Marta, incentivó y consideró la militancia de las mujeres, lo hizo siempre desde la mirada de clase. “´Cambiemos el mundo, avancemos hacia el socialismo y entonces también va a cambiar la situación de la mujer´, decían. El Partido siempre bregó para generar frentes, unir las clases obreras, los sectores populares, la pequeña y mediana burguesía. Íbamos a la Fiat, a las ollas populares, a repartir folletos y nosotras éramos muchas. Siempre hubo mucha participación de las mujeres”, contó.
“Las mujeres fuimos dándonos cuenta de que ya no nos representaba sólo ser integrantes de una clase, sino una identidad de mujer muchísimo más rica, más amplia, donde teníamos derecho no solo a ayudar a los hombres a que pudieran militar. Descubrí también que había compañeros que maltrataban y violentaban a las compañeras”, reflexionó en relación a la Unión de Mujeres Argentinas, y agregó riendo: “No por ser comunista tenías resuelta toda la amplitud del hombre nuevo del cual hablábamos. No decíamos las personas nuevas, sino el hombre nuevo, ¿y las mujeres nuevas?”.
Para Marta, el marxismo-leninismo dio respuesta a muchas preguntas: “Lenin decía que las mujeres éramos las esclavas de los esclavos. Pero después, con los años, con la experiencia, descubrimos que no solo eran las esclavas de los esclavos, sino de todos los hombres de todas las clases sociales”. Así, comprendieron que la desigualdad, la violencia, la discriminación y la invisibilización atravesaban a todas las mujeres, y que ellas solo se centraban en la clase trabajadora.
Era una época donde no existía ley de divorcio, no había anticonceptivos ni educacion sexual, “ni hablar del aborto” -refería Marta en la misma entrevista-.“Cuando se decidía no tener hijos por lo que sea, con o sin religión, con o sin mandato, nos las rebuscábamos para abortar, pero siempre en la clandestinidad. Muchas tuvimos que abortar incluso sin el propio partido porque era mal visto. Todo eso te va haciendo reflexionar, desde el marxismo-leninismo al feminismo”, explicó en la entrevista.
En la década del 70, todavía costaba entender que lo personal es político. “Lo que pasa en las cuatro paredes de tu hogar lo determina la política, pero, antes, ni idea de que eso era así. El varón le pegaba a la mujer y se decía ´seguro algo habrá hecho´, como se decía en la dictadura”, agregó.
“Glorioso viaje, Marta querida. Celebramos tantos sueños, recorridos y luchas compartidas. Nuestra gratitud infinita por tu enorme generosidad guerrera. ¡Que nuestro amor te acompañe! ¡Hasta la victoria siempre! Abrazo para Marta”.
Estuvo presa en los oscuros años de la última dictadura cívico-militar-eclesial y, desde 1983, fue parte del encuentro entre las compañeras que volvían del exilio y quienes habían resistido aquí. Emergió entonces otra mirada sobre el accionar de los partidos y de las mujeres, “empezamos a hacer talleres de capacitación y estudio que me ayudaron a encontrar el feminismo, a abordarlo, a meterme en la teoría y en la práctica al mismo tiempo que me incorporaba al Movimiento de Mujeres Córdoba”, creado en 1987, a un año del primer Encuentro Nacional de Mujeres.
En 1998, fundaron la Biblioteca Popular Juana Manuela Gorriti en el garaje de su casa de barrio Pueyrredón. Fue uno de los primeros espacios feministas de Córdoba. Un año después, participó junto a otras compañeras en el VIII Encuentro de Feminismo Latinoamericano y del Caribe, en Santo Domingo. Para ella, fue “un despertar” ver lo que pasaba a nivel regional.
“Marta en la calle, Marta en las luchas por los derechos de las mujeres, de las disidencias. Marta en las bibliotecas, entre los libros, Marta al micrófono, Marta al viento, Marta alegre.
Marta con hebras que nos entretejió, nos enredó amorosamente a todas, a todes, a su alrededor. Marta hermosa, en el sentido más fuerte y potente de la hermosura, por su lucha, su tozudez, su incansancio… Marta, estarás siempre. ¡¡¡Gracias, querida!!!”.
Biblioteca Popular Julio Cortázar
Fue una de las compiladoras y editoras que, de manera autogestiva y autónoma, impulsó en 2006 el libro “Mujeres desde el Cordobazo hasta nuestros días”. Se trató de una recuperación y un ejercicio colectivo de reconstrucción de la memoria. “Nosotras, las que escribimos este libro, no somos expertas en literatura. Somos mujeres que apelamos a la memoria, que siempre es subjetiva e imperfecta. Tampoco fue fácil el proceso de recordar porque siempre es una experiencia que tiene alegrías y también muchos dolores”, relataba en el 15° Encuentro de las Redes de Educadorxs Populares, en el año 2019.
En 2016, impulsaron la “Red de Bibliotecas con Perspectiva de Géneros”, con el objetivo de que, en todas las bibliotecas barriales, exista una sección con material de género, que incluya literatura de autoras cordobesas, argentinas y latinoamericanas, material de formación sobre feminismo y legislación nacional e internacional que aborden problemáticas de géneros. También se proponían realizar actividades conjuntas sobre la temática.
“Después de la dictadura, constituimos la Multisectorial de la Mujer, hicimos el 8 de marzo en la Plaza San Martín, ahí hacíamos las convocatorias de fechas simbólicas de las luchas feministas. Éramos unas cuantas, unas cientas. Hoy, somos miles”, decía con una sonrisa.
Marta estará presente en nuestra historia, en nuestras andanzas, en quienes la conocimos o nos hicimos eco de sus pasos y su trayectoria. ¡Vuela bien alto, compañera!
“Marta, la que siempre venía con una nueva propuesta. Marta, la que desafiaba la tecnología. Marta, la sembradora de utopías posibles y sueños transformadores. La que, con su calidez y templanza, ponía la palabra justa y nos invitaba a los debates necesarios. Marta, militante feminista, compañera y amiga de las biblios y quienes la integran. Claro que la vamos a extrañar, pero la semilla germinó”.
CISPREN
*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: Marian Gottero.
