Mujeres indígenas y campesinas denuncian impactos de la palma aceitera en Chiapas
En el sudeste mexicano, avanzan las plantaciones de palma con el único fin de sobreexplotar la tierra para exportar la producción, sin tener en cuenta a las poblaciones originarias.
Por Sare Frabes para Avispa Midia
Mujeres indígenas y campesinas organizadas de distintas comunidades del estado de Chiapas se reunieron entre 9 y 11 de marzo, en Palenque, para revisar y analizar los impactos del monocultivo de la palma aceitera sobre los territorios y sobre los cuerpos de las mujeres que viven al sur de México.
“Los monocultivos de palma aceitera destruyen nuestra biodiversidad, contaminan y agotan las fuentes de agua, erosionan nuestro suelo, causan desplazamiento forzado, son implementados como instrumento de acaparamiento de tierras y territorios, transgrediendo nuestros derechos humanos fundamentales”, declararon en un pronunciamiento divulgado al final del encuentro.
El 79 por ciento de la palma aceitera que se produce en México se encuentra en Chiapas. De acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), con datos de 2018, solamente en la zona Costa Soconusco existen 27.500 hectáreas sembradas, en los municipios de Acacoyagua, Acapetahua, Escuintla, Frontera Hidalgo, Huehuetan, Huixtla, Mapastepec, Mazatan, Suchiate, Tapachula, Tuzantan y Villa Comaltitlán.
“Esta región es la que más superficie plantada existe”, sostiene Claudia Ramos, de la organización Agua y Vida: Mujeres, Derechos y Ambiente.
Las empresas que plantan palma actúan en Chiapas desde, por lo menos, 2004. Han establecido estrategias para acaparar los territorios. “Van generando un proceso de compra de tierras de campesinos y pequeños productores. La Oleopalma en Palenque, por ejemplo, adquiere las parcelas de pequeños productores, en un avance lento, pero persistente sobre esos territorios”, cuenta Ramos. Esta práctica avanza con “la propaganda de que los campesinos pueden convertirse en pequeños empresarios, vendiendo la idea de una falsa inclusión en el desarrollo empresarial”, sostiene.
Las mujeres denuncian que estos proyectos llegan en los territorios sin consulta previa y sin dar información de lo que ocasionan. “Todo esto genera violencia, criminalización sobre los territorios y los cuerpos de las mujeres. Así mismo, los monocultivos rompen con ciclos naturales, nuestros círculos cortos de intercambio de productos locales y provoca una fuerte pérdida de identidad que se transforma en migración, alcoholismo y violencia intrafamiliar que trastoca nuestras vidas”, sostienen en su pronunciamiento.
Además, afirman que el monocultivo “acelera la pérdida de soberanía alimentaria y de los conocimientos tradicionales que las mujeres tenemos para la producción de alimentos y la preservación de semillas”.
En su pronunciamiento, exigen “el cese de la expansión de las plantaciones de palma aceitera y de otros monocultivos que afectan nuestros territorios y nuestros cuerpos” y que “dejen de militarizar y paramilitarizar nuestros territorios”.
La movilización de las mujeres se da en un contexto de expansión de las plantaciones de palma aceitera en México. De acuerdo con un informe el gobierno federal Planeación Agrícola Nacional 2017-2030, en el periodo 2003-2016, hubo un incremento de 208,98 por ciento en la superficie sembrada, lo que se tradujo en un incremento de 247,93% en la producción en el mismo periodo.
El gobierno mexicano busca una expansión aun mayor hasta 2030. “La producción nacional de palma de aceite tiene la capacidad de incrementarse de 0,76 a 1,14 MMt (millón de toneladas métricas), lo cual representa un crecimiento acumulado de 50,61 por ciento”, dice el informe. El objetivo es desarrollar aún más los mercados de exportación con países del Tratado de Libre Comercio (TLC), la Unión Europea (UE) y Asia.
El informe de gobierno sostiene que el sur del país es una región estrategia para dicha expansión.
Las mujeres que hicieron parte del encuentro están organizadas en los siguientes colectivos: Mujeres organizadas de la región de Palenque, Mujeres indígenas organizadas de la región de Salto de Agua, Mujeres de la Costa en Rebeldía, CAM-Palenque “Ixim Ansetik”, Mujeres organizadas de San Jerónimo Tulijá, Agua y Vida: Mujeres, Derechos y Ambiente y MOCRI-CNPA-MN.
*Por Sare Frabes para Avispa Midia / Foto de portada: Aldo Santiago – Avispa Midia