Schiarettismo, acueductos y falsas soluciones ante el colapso hídrico
El plan de Acueductos Troncales ya está en marcha en Córdoba, incluyendo el acueducto biprovincial coordinado con Santa Fe que traerá agua del Río Paraná, altamente contaminado con glifosato. En la presentación del plan, Schiaretti se refirió al agua como un «derecho humano fundamental». Sin embargo, la gestión que realiza evidencia que se trata más de un negociado para los emprendimientos inmobiliarios y el sector sojero que lo sostiene, mientras se destruyen las principales fuentes de agua de la Provincia.
Por Lautaro Palacios para Enfant Terrible
El pasado lunes 22 de febrero, el ministro de Servicios Públicos, Fabián López, junto el gobernador Juan Schiaretti presentaron el plan provincial de Acueductos Troncales, cuyos costos pasan los $323 mil millones de dólares. Las obras tendrán en una extensión de más de 600 kilómetros y se espera que proporcionen agua potable a 470 mil habitantes de distintas localidades de Córdoba.
El plan consiste en la construcción de 10 acueductos provinciales y uno interprovincial que tiene su origen en el Río Paraná, Provincia de Santa Fe. Esta última obra, coordinada con el gobernador Omar Perotti, ya cuenta con el aval del Gobierno Nacional y está confirmada la participación financiera del fondo soberano de Kuwait con 100 millones de dólares para la primera etapa.
Los 10 acueductos provinciales son: Pichanas – El Chacho; Alta Gracia – Valle Alegre – Villa del Prado (todos estos en ejecución); Sierras Chicas Norte; Punilla Sur; Tanti; Altos de Chipión – La Para; Huanchilla – Adelia María; Río Seco (estos últimos en proceso licitatorio); Traslasierra (Primera Etapa); y Laboulaye – Serrano (a licitar).
El modelo cordobés: una víbora que se muerde la cola
Córdoba se caracteriza por estar en un territorio mediterráneo y semiárido, haciéndola más propensa a la problemática de la crisis hídrica. Por ejemplo: Punilla se encuentra en alerta amarilla y, particularmente, Carlos Paz, en alerta roja debido a la escasez de este bien común, mientras que las consecuencias de los incendios y el desmonte hacen que las lluvias ya no sean sinónimo de bendiciones, sino de inundaciones, tal como se ha visto a principio de año en localidades como La Falda.
En Punilla, se avanza con la construcción de la Autovía de Montaña, una obra faraónica financiada con los fondos públicos desde donde el Gobierno se endeuda con gastos que no se necesitan y destruyen patrimonio natural y cultural serrano; a la vez, amenaza las cuencas y ríos que alimentan al putrefacto Lago San roque, contaminado por los desechos cloacales y las algas verdeazuladas venenosas.
En Villa Giardino, se encuentra el Hotel de 5 estrellas Pueblo Nativo Resort & Spa que cuenta con canchas de golf, caballerizas, centro comercial, condominios de lujo y piletas, y cuyo gasto de agua diario, según las fuentes de la propia empresa, ascendía a a 300.000 litros por día en 2014. La obra comenzó en el 2010 y, hasta el día de hoy, no se ha terminado.
En diálogo con Juan Nicastro, periodista oriundo de la Villa, comentó algunos puntos sobre los efectos que tiene este mega emprendimiento:
«El edificio se instala en una zona de naciente de la cuenca del Lago San Roque como es Villa Giardino, de la cual toma agua dos tercios de la Ciudad de Córdoba. Esto está construido con dinero de la soja y del propio Gobierno, porque un tercio de la inversión es dinero de la ciudadanía que se redirecciona hacia gente que ya tiene mucho dinero. Lo que está planteando el Gobierno con los acueductos es el sacrificio de nuestra fábrica de agua de altísima calidad como son nuestras sierras y nuestro monte nativo».
En Carlos Paz, la Cooperativa Integral Regional (Coopi), que brinda los servicios de agua potable y gas a la localidad, se encuentra en peligro de desaparecer debido al intento de ser privatizada con el aval del intendente radical Daniel Gómez Gesteira.
Más allá de que el territorio cordobés se caracterice por la escasez de agua, si contamos todos estos factores, cabría preguntarse: ¿los acueductos son una solución real para la crisis hídrica o son fachadas de gastos multimillonarios entre las empresas constructoras y el Gobierno Provincial?
Por su parte, la Ciudad de Córdoba crece cada vez más demográficamente sin un control urbanístico, concentrando más del 40% del territorio provincial, con negocios inmobiliarios que no se detienen. Los barrios cerrados siguen comiendo monte nativo, como el caso de Bialet Massé, donde la Municipalidad ha declarado la «Emergencia Hídrica» hasta el 31/03. Mientras tanto, según el Informe sobre la situación social, conflictividad y medidas gubernamentales en Córdoba durante la pandemia, en 2020 en la Provincia, el 94,85% de los 194 barrios populares registrados no tiene acceso formal a la red de agua potable ni a la red cloacal.
No hay que olvidar tampoco las las 6.500.000 hectáreas de soja y de maíz que reciben fumigaciones que, en 2020, sumaron 97 millones de litros de agrotóxicos, según la Fundación del Llano en Llamas con el Centro de Estudios Políticos y Sociales de América Lanita (CEPSAL). Hay que tener en cuenta también que el agua del Paraná está altamente contaminada con glifosato, acumulado en el lodo del fondo. Si bien se anunció la creación de plantas potabilizadoras para el tratamiento de las aguas, ¿qué y quién garantiza que podrán eliminarse las partículas de ácido amino metil fosfónico (AMPA) del agua? ¿Qué efectos tendrá consumir esa agua?
Si bien no se puede negar lo fundamental que es el agua para los pueblos, la cuestión en cuanto al modelo de desarrollo cordobés pone en jaque los dichos del gobernador al nombrar al agua como un «derecho humano fundamental». Más vemos que el agua está siendo tratada como un negocio y no se hace nada para solucionar el colapso hídrico inminente.
*Por Lautaro Palacios para Enfant Terrible / Imagen de portada: Enfant Terrible.