«Solo los nuestros apagamos el fuego»

«Solo los nuestros apagamos el fuego»
5 octubre, 2020 por Redacción La tinta

La desidia del Gobierno de Córdoba en materia de incendios provocó ya cerca de 100.000 hectáreas quemadas en el territorio provincial. En la zona de Characato y el noroeste cordobés, la situación es desoladora y denuncian total inacción de las autoridades. Conversamos con Carmela, productora mielera de la zona, que perdió todo debido a los incendios.

Por Redacción La tinta

Bomberos, brigadistas y vecines continuaban trabajando este domingo por la tarde para intentar frenar el amplio frente de incendio que se desarrolla en el departamento Cruz del Eje, en los sectores de Oro Grueso, Cantera del Blanco, Cruz de Caña y Camino de los Caracoles.

Hace más de diez días que la zona se encuentra asediada por las llamas, que ya consumieron miles de hectáreas. Según el medio especializado Sala de Prensa Ambiental, se trata de regiones con densos bosques nativos de los mejores conservados en la provincia: horco-quebrachos, garabatos negros, chilcas, espinillos y romerillos.

Allí, hace dos años que Carmela Aliaga y su mamá empezaron con Miela, mieles y mermeladas, un proyecto de apicultura con desarrollo sostenible y sustentable de miel y subproductos que también proveen las abejas, como, por ejemplo, polen y propóleos.


«El objetivo del desarrollo apícola sostenible es definir proyectos viables y reconciliar aspectos económicos social y ambiental de las actividades humanas. La justificación de este desarrollo sostenible proviene tanto del hecho de tener recursos naturales limitados (nutrientes en el suelo, agua potable, minerales), susceptibles de agotarse, como el hecho de una creciente actividad económica. Sin más criterio que el económico, se producen graves problemas medioambientales que pueden ser irreversibles siendo la abeja agente natural reparador de ecosistemas mediante la polinización cruzada», explica Carmela por teléfono.


El primer año de trabajo, decidieron no recoger toda la producción, para dejar una mayor cantidad de miel en las colmenas para la alimentación del invierno. «Abejas bien alimentadas con sus propios productos son abejas felices y van a producir miel de excelente calidad y mayor cantidad», señala. Comenzaron con ocho colmenas y, al año, ya tenían veinte en total. «Somos familia, trabajamos juntas en un campo que nos prestan, campo sin contaminación, no hay cultivo en la zona, sin agrotóxicos, sin antenas, libre de polucion, solo monte nativo», agrega. 

Este año, habían tenido una muy buena producción, que no pudieron recoger en su totalidad debido a las restricciones en la circulación por la cuarentena. «No se nos permitió cruzar de departamento, aun cuando teníamos permiso para circular. Cuando finalmente pudimos ir nuevamente, ya era para recoger, así que decidimos usar esa miel para alimentar nuevamente», cuenta.

También habían empezado a trabajar en canteros con plantas aromáticas y flores que le gustan a las abejas de la zona para que tengan más polen y néctar cerca del apiario; y habían plantado frutales y realizado una huerta para tener productos frescos para hacer las mermeladas.

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(Imagen: Luis Mattana)

Todo se quemó

«Cuando el fuego llegó a Characato, sabíamos que, en poco tiempo, si no se controlaba, llegaría a Las Cañadas, y llegó el domingo 27 se septiembre. La gente de la zona, vecinos, hasta el jefe comunal, dieron pelea al fuego para salvar las viviendas con mochilas, tanques de agua y frazadas mojadas, pero no alcanzó y arrasó con todo en segundos. No hubo bomberos, sí patrullas rurales que ayudaron a los vecinos que son los que conocen la zona como nadie», recuerda Carmela, quien señala que, hace 12 años, ya se había quemado el mismo campo.

El relato de Carmela y el material que nos comparte refleja, una vez más, la desidia del Gobierno Provincial, Defensa Civil y el Plan Provincial de Manejo del Fuego, que aseguran que la situación está controlada y que intentan criminalizar el accionar ciudadano, cuando, finalmente, es la comunidad de a pie la que actúa y se solidariza entre sí.

«Estamos, desde el inicio de los incendios, movilizados, ya que conocemos muchos apicultores de distintas zonas, que también se vieron afectados por el fuego (…) Vamos a seguir con la actividad apícola porque amamos las abejas y la naturaleza. Apostamos a la recuperación del monte y las abejas son fundamentales para que esto suceda», concluye.

* Por Redacción La tinta / Imagen de tapa: Luis Mattana

 

Palabras claves: Apicultura, incendios forestales

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