Conexión campesina
En el Valle de Traslasierra, en Córdoba, la organización AlterMundi está desplegando nuevas redes comunitarias para permitir el acceso a Internet a hogares sin conectividad. El proyecto busca crear las condiciones necesarias para garantizar el acceso a derechos fundamentales como la educación y la salud en medio de la pandemia.
Por Matías Alonso para TSS
Sesenta hogares tendrán conexión a Internet en el Valle de Traslasierra a partir del despliegue de nuevas redes comunitarias. Con financiamiento de LACNIC, el Registro de Direcciones de Internet para América Latina y Caribe –a través del Programa FRIDA, por un monto de 10.000 dólares–, la red Traslasierra de la organización AlterMundi tendrá 30 nuevos nodos de conexión, que, a su vez, se ramificarán para darle conectividad a más hogares de la zona.
En esta nueva instancia del proyecto de conectividad comunitaria en esta zona de Córdoba, se realizará la instalación de una estación solar y el despliegue de una red mallada (mesh, en inglés) de más de 30 nodos que utiliza unos 20 LibreRouters y 20 routers domiciliarios.
Esta iniciativa cobró una mayor importancia en el contexto de la pandemia, que obligó a la virtualización de muchas actividades como la educación y la atención sanitaria, que eran imposibles en zonas del país sin conexión a Internet.
En el Valle de Traslasierra, hay empresas de telecomunicaciones que cobran un costo de instalación de nueve mil pesos para colocar una antena para conectarse a Internet y un abono mensual de tres mil pesos para obtener una conexión de baja calidad y con intermitencias, lo cual hace que muchas familias, especialmente los campesinos, no puedan pagarlo.
El proyecto de AlterMundi, una ONG cordobesa que viene trabajando desde hace varios años en proyectos de conectividad en zonas rurales, consiste en hacer una red mesh, una red local que interconecta las computadoras de las diferentes casas e instituciones de la zona para que puedan compartir conectividad a Internet y contenidos.
La red de Traslasierra es administrada por la cooperativa “Comunidad, Trabajo y Organización”. Fabricio Puzio, uno de sus referentes, le dijo a TSS: “Nosotros somos una organización de agricultura familiar y de trabajadores rurales. Nuestra práctica en Traslasierra tiene que ver con la producción de alimentos y la agricultura. Tenemos una fábrica de alimentos balanceados, criamos pollos y tenemos incubadoras. Alrededor de eso, surgen algunas necesidades que el Estado no atiende y surgió el tema de la comunicación como una necesidad muy importante”.
Uno de los problemas que tenían en su comunidad es que los jóvenes no tienen una relación tan cercana como los mayores a las particularidades de la vida en el campo y la falta de conectividad a Internet los impulsaba a migrar y abandonar la vida rural.
El primer nodo se instaló en el departamento de San Alberto, cercano a Nono y, posteriormente, se extendió con nuevos nodos en Paso de las Tropas, La Calle, San Huberto y Las Rabonas. La irrupción de la pandemia generó que la demanda creciera de forma exponencial.
La red funciona con enlaces entre nodos hechos con LibreRouter, un router de software libre diseñado especialmente para hacer redes mesh, al que luego se conectan por cable diferentes routers Wi-Fi comerciales que se instalan en la casa de cada familia. En promedio, hay unos cuatro dispositivos comerciales por cada LibreRouter.
“Un grupo de compañeras jóvenes tuvieron la iniciativa de organizarse a través de las redes y así apareció AlterMundi, que es una organización que se dedica al desarrollo de software y hardware libre, y nos presentó su propuesta de redes comunitarias. En las primeras charlas que tuvimos, vimos que era una tecnología que tenía mucho que ver con nuestra forma de organizarnos. Es libre y con una tecnología relativamente simple que puede ser apropiada por las compañeras de los territorios”, expresó Puzio.
La financiación obtenida permitirá generar muchos nodos nuevos, pero, además, conectarse con otras redes mesh de la zona. La conexión de esta red con la del Valle de Paravachasca, que queda del otro lado de las Sierras, permitirá acceder a la conexión de Internet de la Universidad Nacional de Córdoba. La universidad comparte el ancho de banda con las redes libres de Los Molinos y La Quintana, y se conectará a través de la zona de Ceferino Namuncurá y Pampa de Achala con la red libre Nono, y allí con la de Traslasierra. La UNC entrega un ancho de banda limitado de 3Mb hasta las 19 horas, lo que permite mandar mensajes de Whatsapp, e-mails y algunos datos. Después de esa hora, el ancho de banda se libera y llega hasta unos 20 MB.
“Este proyecto nació de la articulación de dos redes libres comunitarias de Traslasierra: ‘Nono libre’ y la red ‘El Valle Reinicia’, y nos permite potenciar el trabajo que venimos haciendo en los dos últimos años. Fundamentalmente, lo estamos usando con fines educativos, ya que muchas madres y familias están muy necesitadas de conexión para tener el acceso a la educación ligado a la conectividad. Nuestros pueblos están excluidos de la conectividad y, por lo tanto, no podían tener acceso a la educación”, expresó Puzio.
En los últimos años, han tomado más importancia conceptos como el de agricultura de precisión y la digitalización de tareas en el campo, pese a que la incorporación de tecnología en las prácticas agropecuarias suele estar más vinculada con las grandes producciones agropecuarias y no con la agricultura familiar.
“Las compañeras jóvenes se involucraron mucho con la idea de que el campo también es modernidad, que también es conectividad y tecnología. Entonces, desde ahí surgió la idea de que, en esta modernización de la agricultura familiar, hacía falta acceso a Internet. Hoy, tenemos las incubadoras conectadas a través de Wi-Fi y podemos sistematizar la información, nos envía alertas a los teléfonos. Tecnificar la agricultura familiar implica reducir la carga de trabajo o hacerlo más eficiente”, contó Puzio.
*Por Matías Alonso para TSS / Imagen de portada: TSS.