Cupo Laboral Travesti/Trans: “Estamos preparades para hacer la revolución trans”
El viernes 4 de septiembre, el Poder Ejecutivo aprobó por decreto el Cupo Laboral Travesti/Trans en el Estado Nacional. Tras los festejos, cuatro activistas nos cuentan qué significa esta política para el colectivo travesti/trans y para toda la sociedad.
Por Redacción La tinta
“Estamos haciendo historia. Hoy, un Estado reconoce y repara a un sector social por el daño histórico que hemos sufrido como población trans y travesti”, nos dice con alegría Cecilia Cheku Romero, referente política de Mil Flores e integrante de la Asamblea Trans Travesti de Córdoba.
Cheku, Ivanna Aguilar, Fernando Rodríguez y Luz Achával, activistas trans/travestis cordobeses, reflexionan sobre esta importante medida para el colectivo y para toda la sociedad argentina. Coinciden en que la aprobación del Decreto 721/2020 de Cupo Laboral Trans/Travesti les tomó por sorpresa, pero no tanto. Desde los diversos caminos que cada une recorrió, relatan el arduo trabajo realizado desde hace décadas para esta victoria hoy.
En junio de este año, la Cámara de Diputados comenzó el debate por el cupo laboral. Después de tres jornadas de exposiciones, donde se escuchó la palabra de activistas del colectivo trans/travesti, se esperaba el dictamen de la Comisión de Mujeres y Diversidad de la Cámara de Diputados, pero Alberto Fernández, finalmente, lo sacó por decreto.
El Decreto
“Atento a que el ejercicio de los derechos de las personas travestis, transexuales y transgénero se ve obstaculizado por un patrón sistemático de desigualdad (…) la cadena de exclusiones y discriminación que sufren desde la niñez incide directamente en su capacidad de gozar plenamente de los derechos humanos que poseen, por lo que resulta necesario impulsar medidas que busquen la reducción de la desigualdad que provoca esta situación hasta lograr, en un futuro, su total eliminación”, reza el Decreto 721/2020, aprobado el viernes último por el ejecutivo nacional.
Entre los ejes más destacados de la normativa, se encuentra la reserva del 1% de la totalidad de cargos transitorios y de planta permanente de la Administración Nacional, la no discriminación por el establecimiento de requisitos de empleabilidad que obstruyan el ejercicio del derecho y la flexibilidad sobre la terminalidad educativa.
En este sentido, si les aspirantes a los puestos de trabajo no completaron su educación, se permitirá su ingreso con la condición de cursar los niveles educativos faltantes y finalizarlos, arbitrando el Estado los medios para garantizarlo. Para efectivizar el cupo, se creará el Registro de Anotación Voluntaria de personas travestis, transexuales y/o transgéneros, hayan o no efectuado la rectificación registral de sexo y cambio de nombre.
Ivanna Aguilera es Encargada del Área Trans, Travestis y Género no binarie de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. Explica a La tinta que esta victoria “significa que nuestro trabajo, nuestras luchas, el cansancio y el desgaste que venimos sufriendo tiene estos frutos y que tenemos que seguir adelante”. Para Luz Achával, integrante de Casa Comunidad, “estas leyes tienen que ver con la deuda de la democracia hacia nuestras vidas”.
La Celebración
“Estamos celebrando estar vivas y poder verlo. Le estamos dejando a las infancias y la adolescencia trans un camino para que no pasen ni sufran lo que nosotras hemos sufrido”, dice Cheku y explica que es un respiro: “Las femeneidades trans y travestis veníamos muy golpeadas por el genocidio silencioso de una sociedad cómplice y de un Estado ausente”.
El jueves por la noche, Luz estaba acostada cuando sonó su teléfono. Del otro lado, sus compañeras le gritaban: “¡Gorda, se aprobó el cupo! ¡Se aprobó!”. “Yo no entendía nada, y estuvimos hablando hasta de cómo hacer un Currículum Vitae, cómo va a ser todo ahora, algunas ya nos veíamos en ANSES o en la UNC”, cuenta divertida.
Cheku no durmió hasta las 6 de la mañana: “Me abrí un vino, celebré, lloré y recordé a muchas compañeras”. Nombra a Lohana Berkins, Diana Sacayán, Maite Amaya y les dice: “Hemos logrado lo que ustedes anhelaban y no lo pudieron ver”.
En el mismo sentido, Ivanna recuerda “a las compañeras mayores que no están”: Vanesa Ledesma, Cindy Arias, Marion Gorat, “compañeras militantes de Córdoba de los años 80 y 90 que bregábamos ya en ese momento por el acceso al trabajo”. También nombra a Laura Moyano, Estrella Belén Sánchez, Azul Montoro, “compañeras jovencitas asesinadas en este último tiempo en Córdoba, que, si hubiesen tenido acceso a un trabajo, estoy convencida de que estarían vivas”.
Hacia adelante
“La lucha va a continuar y estamos preparados para hacer la revolución trans”, expresa Fernando Rodríguez, quien tampoco durmió esa madrugada. Es agente en el Equipo de Políticas de Salud de la Secretaría de Políticas de Igualdad y Diversidad del Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad de la Nación. “Esto va a cambiar la realidad, es gente trans trabajando en el Estado, vamos a estar ahí, somos parte de la sociedad y nos van a ver, vamos a poder aportar a la sociedad lo que sabemos hacer”.
Todes coinciden en que se trata de un paso más para avanzar en políticas urgentes. Para Ivanna, esto tiene que transformarse en inclusión: “Para que podamos trabajar en el ámbito privado, en emprendedurismo, en cooperativas, para que ingresen al trabajo de la manera que quieran”. Por otro lado, para quienes no accedan a los puestos en el Estado, son necesarias otro tipo de políticas, “como una reparación o una jubilación”, dice Fernando.
El odio de género
“Desde que salió el decreto presidencial, algunos sectores se manifestaron por redes sociales con un discurso de odio, de transfobia, xenofobia y homofobia hacia nuestras identidades”, narra Cheku.
Esa parte de la sociedad no entiende todavía la importancia de una medida como esta. “A ellos, les diría que somos personas, humanes y que tenemos derechos que nos arrebataron por fugarnos de las normas hetero patriarcales”, dice Luz y agrega: “Murieron muches de nosotres para que esto hoy suceda. Que muchas muertes de nuestro colectivo fueron travesticidios sociales, o sea, muertes evitables, que, si no nos hubieran dado la espalda, seguramente seguirían con vida”.
La normativa generó alegría y esperanza. “Estamos en un momento de cosecha y seguimos sembrando, vamos por todo esta vez”, concluye Luz.
*Por Redacción La tinta.