«La Foto Revelada»: situación social, conflictividad y medidas gubernamentales en la Córdoba de la pandemia
El Colectivo de Investigación El Llano en Llamas presenta el informe “La Foto Revelada” en el que analizan la situación social, la conflictividad y las medidas de gobierno en la provincia de Córdoba durante el periodo de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio.
Redacción La tinta
La emergencia y veloz propagación del COVID-19, junto con la crisis de la deuda y el crecimiento de la economía mundial basada en el consumo, “ha transparentado la desigual arquitectura del capitalismo neoliberal y sus estructuras institucionales y estatales”, explican en el Informe La Foto Revelada.
El documento constituye un análisis del Equipo de Investigación El llano en llamas y la Fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales de América Latina (CEPSAL) a partir de investigaciones radicadas en Universidad Católica de Córdoba, Universidad Nacional de Córdoba y Consejo Nacional de Investigaciones Científicos y Técnicas (CONICET). Comprende cinco ejes de estudio: trabajo, pobreza, tierra y vivienda, violencias y ambiente, en el periodo de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO).
Vivimos las consecuencias de un modelo que “propició el robustecimiento del mercado y el sector privado, con enormes transferencias de riquezas y cesión de actividades y recursos para su exclusiva explotación”. Para el equipo de El llano, el saldo es un sector privado y unos mercados endebles, y una élite enriquecida mientras que las mayorías viven en condiciones de fragilidad.
“Al ensanchamiento de la brecha entre ricos y pobres en Nuestra América, se le agregan las dinámicas de producción altamente expropiatorias y depredadoras de bienes naturales y comunes; y la peligrosa emergencia de discursos políticos y prácticas judiciales rayanas con la democracia”, explican. La pandemia revela “el legado escandaloso y cruel del capitalismo neoliberal en el continente”.
Multi-emergencia
La gravedad de la situación cordobesa actual no es ni coyuntural ni solo sanitaria. Se trata de una multi-emergencia en materia laboral, habitacional, alimentaria, de violencia y ambiental. En el informe, explican que este escenario “no nació en marzo de 2020: se viene mostrando evidente y con alta nitidez desde hace, al menos, cinco años”. La llegada de la pandemia y las medidas tomadas en consecuencia son “los principales ingredientes de un novedoso y brutal principio activo que revela lo que ya existía”.
La situación laboral es preocupante. Según el informe, los niveles de empleo privado en la provincia retrocedieron a los valores del 2015, acumulando más de 21 meses de caída. De marzo a julio de 2020, alrededor de 48.500 trabajadorxs fueron despedidxs, suspendidxs o sufrieron reducción salarial. Además, estiman que, durante el primer trimestre del corriente año, la tasa de desocupación fue de casi el 11 por ciento en el Gran Córdoba, siendo superior en la franja etárea de hasta 29 años. Por su parte, la informalidad representó, hasta marzo, la mitad de la fuerza laboral del Gran Córdoba.
La pobreza es el segundo eje que analizan desde El llano. Según el informe, “4 de cada 10 cordobesxs que viven en Capital y alrededores no pueden costear con sus ingresos mensuales los gastos básicos para sostenerse”. La Canasta Básica Total aumentó en un año un 40,24 por ciento, con una fuerte suba en las frutas y verduras, afectando la calidad de la alimentación. “Lxs niñxs y jóvenes son uno de los sectores más golpeados por el ASPO” y explican que la pobreza en este grupo podría escalar 6 puntos hacia fines del 2020.
La situación habitacional en nuestra provincia resulta alarmante. De acuerdo al informe, cerca de la mitad de la población “sufre déficit habitacional en el marco de un patrón y modelo de ciudad profundamente excluyente y empresarializada”, con escasas políticas públicas y una disminución del presupuesto provincial. Subrayan que los sectores populares y, particularmente, las mujeres y disidencias son las poblaciones más vulnerables. Casi la totalidad de los barrios populares registrados no tienen acceso formal a la red de agua potable ni a la red cloacal, y más de la mitad cuentan con conexión eléctrica irregular o clandestina. Por otro lado, la mayoría de las piezas de inquilinatos, hoteles, pensiones, cuartos construidos como habitaciones, están ocupadas por hogares a cargo de mujeres madres solteras, migrantes, adultas mayores y personas trans.
En relación a la violencia de la política securitaria, si bien existen 625 agentes de la Policía Barrial por cada 10.000 habitantes, durante el primer semestre de 2019, se registraron aumentos en los delitos contra la propiedad y en la tasa de homicidios. “Es histórica la denuncia del accionar represivo, arbitrario y discrecional de los agentes de las fuerzas de seguridad”, y explican que, en el periodo del ASPO, se registraron hostigamientos policiales hacia jóvenes de sectores populares y una alta discrecionalidad en las decisiones de quiénes pueden circular o no. La situación de hacinamiento y la falta de condiciones de higiene en cárceles y centros de detención cobran nuevas dimensiones en el contexto actual.
La violencia de género es otro de los ejes de estudio. El número de femicidios y transfemicidios se mantiene en alza desde 2015, siendo Córdoba la cuarta provincia con mayor cantidad de casos. De acuerdo al informe, el número de denuncias por violencia de género, abuso sexual y violencia familiar aumentó considerablemente desde el inicio del ASPO. Sin embargo, respecto al presupuesto destinado por la Provincia a instituciones y programas exclusivos de género, si bien hubo aumento nominal de los montos, quedaron por debajo de la inflación. Explican, además, que la situación de confinamiento agravó la situación habitacional de mujeres y disidencias, quienes no están siendo atendidxs con medidas específicas y efectivas.
Por último, analizan la situación de vulnerabilidad ambiental. Exponen que “al no estar suspendido, el sistema alimentario agroindustrial adquirió un rol central en la compensación del desplome del ritmo de actividad económica general durante el ASPO”. Las cifras grafican la situación en nuestra provincia: en Córdoba, hay 6.500.000 hectáreas de soja y de maíz que reciben más de 97 millones de litros de agrotóxicos por año. Mientras que, entre 2001 y 2019, la provincia perdió 97.8 mil hectáreas de cobertura arbórea, entre mayo y junio de 2020, se detectaron tres alertas de desmonte en el territorio. “En Córdoba, el avance de la frontera urbana y del desarrollo inmobiliario tiene también un rol fundamental en el desmonte”, explican.
Sujetxs colectivxs
“Reducida, ralentizada, incómoda o escurridiza, la acción política aun tiene pulso y ello resulta central en una sociedad que quiera mantener viva la práctica y la ética democrática”, sostienen.
El escenario actual, para el Equipo de Investigación, es un tiempo de crisis “cuyas características se encuentran altamente disputadas por la irrupción de sujetxs colectivxs, organizaciones sociales, sindicatos, asambleas, entre otrxs”. Las demandas y reclamos de estos grupos ponen de manifiesto que esta multi-emergencia tiene carácter estructural y que “no se da en términos de neutralidad o libre de controversias”. Para El Llano, la salida o continuidad de esta crisis es “un campo de batalla entre intereses frecuentemente antagónicos que transportan distintos proyectos de lo que consideran debe ser la vida en común”.
Respuestas estatales
Las medidas asumidas por los distintos niveles del Estado ante la emergencia, según el informe, aún son insuficientes, fragmentadas o contradictorias. Da cuenta de las decisiones en política pública tomadas desde el inicio del ASPO, advirtiendo “la importante presencia estatal en la regulación de las crisis”, no sólo en la erogación de recursos para asistencia, sino también por su actividad legislativa y a través de medidas represivas o de control poblacional.
Sin embargo, las políticas promovidas en este contexto, en general, “se presentan como un conjunto fragmentado, a veces contradictorio, extremadamente focalizado y, en la mayoría de los casos, insuficiente”, analizan.
“Imaginar el escenario post-pandémico en el mundo y en América Latina es ciertamente complejo y aún algo abierto. Parece poco probable una nueva normalidad muy alejada del capitalismo, pero sí existe un gran acuerdo en que la tragedia de esta pandemia profundiza la incertidumbre respecto de la deriva de un orden civilizatorio que, desde hace décadas, resulta destructivo, desigual e insustentable”, exponen.
* Redacción La tinta