La experiencia de Basta es basta: coordinadora por una vida sin agrotóxicos

La experiencia de Basta es basta: coordinadora por una vida sin agrotóxicos
11 junio, 2020 por Redacción La tinta

#QuéAgroecologíaNecesitamos | Historia, presente y futuro de la Coordinadora provincial Basta es basta: un colectivo de militantes y organizaciones de Entre Ríos que hoy es referencia de la lucha territorial contra el agronegocio. Desde Paraná, Daniela Verzeñassi cuenta las batallas contra fumigaciones en escuelas rurales, la urgencia de un cambio de modelo que incluya la formación de productorxs y las estrategias de una resistencia que se da en varios frentes, con la organización colectiva como bandera.

Por Nicolás Esperante Alonso para la Agencia de Noticias Biodiversidad LA

Desde la militancia contra el proyecto de la represa del Paraná Medio, y con su consolidación durante la resistencia a las plantas de celulosa, puede decirse que la provincia de Entre Ríos tiene su propia historia en lo que refiere a luchas socio ambientales. En paralelo, y a partir de la aprobación de los transgénicos en 1996, organizaciones y asambleas a lo largo de la provincia fueron forjando una creciente militancia territorial contra el uso de agrotóxicos. A medida que los casos de malformaciones, abortos espontáneos y enfermedades empezaron a ser relacionados con los venenos del agronegocio, las organizaciones entendieron la urgencia de vincularse y formar un frente común que nuclee a toda la provincia. Esta idea empieza a materializarse en 2017, cuando se consigue acceder a una jornada de participación ciudadana en la ciudad de Villaguay, convocada por la legislatura provincial para discutir la modificación de la ley de fitosanitarios. A pesar de que el debate no era vinculante, algunas organizaciones vieron en el evento una oportunidad de visibilización y crecimiento colectivo. A partir de aquel 24 de abril, lo que luego sería la coordinadora empieza a tomar forma, construyendo espacios de encuentro entre militantes y pensando estrategias comunes a las diferentes organizaciones. “Lo interesante de todo esto es que hay quienes conformamos el Basta es basta que no nos conocemos aún personalmente y, sin embargo, el estar convencidos de que en esto se juega la vida de todos hace que generemos la confianza suficiente para sabernos compañeros. Confiamos en esta persona que está ahí en el territorio, en algún lugar de la provincia, y que aún no tuvimos la posibilidad de poder abrazar, pero sabemos que estamos”.

Ese mismo año, en noviembre, se convoca a una concentración frente a la Casa de Gobierno, en Paraná. “Vinieron compañeras y compañeros de toda la provincia. Ese día fue muy importante, porque pudimos visibilizar lo que cada uno estaba denunciando en su territorio. Poner sobre la mesa que esto no es cuestión de algún caso aislado que pasa cada tanto, sino que nos están enfermando y estamos muriendo semana a semana, producto de la implantación de un modelo absolutamente lejano a la vida”. Para esa convocatoria elaboraron un documento con 16 acciones clave a realizarse en Entre Ríos, y que comienza pidiendo la declaración de la emergencia sanitaria provincial. A pesar de la resistencia, a fines de diciembre el senado provincial da media sanción a un proyecto de ley que supuestamente recogía las voces escuchadas en las jornadas de Villaguay. “Era un proyecto absolutamente regresivo a la ley que actualmente tenemos; peor incluso que la que nos presentaron como bicameral en abril. Fue sin dar aviso, en una sesión extraordinaria, a pocos días de terminar el año. Esto causó un malestar muy grande en la provincia, y no solamente en quienes ya estábamos en organizaciones, sino en personas independientes que frente a esto comenzaron a convocarse en asambleas con el fin de frenar este proyecto. Ahí empieza un trabajo muy meticuloso, de empezar a sentarnos a dialogar con los legisladores, convencidos de la importancia de encontrarnos cara a cara, de acercarles todo el material que teníamos . Que supieran desde dónde nos estábamos oponiendo al proyecto y también dando nuestra mirada respecto de otros modelos posibles de producción para nuestra provincia”.

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(Imagen: Huerquen comunicación en colectivo)

Las reuniones con legisladorxs se extendieron por todo el territorio provincial gracias a la acción de compañerxs que militaban en diferentes localidades, donde vivían lxs diputadxs que accedieron a juntarse a dialogar. “Creo que todavía no terminamos de darle dimensión a lo que significó esta apertura, de parte nuestra y de parte de ellos también, pero principalmente de parte nuestra porque en otros momentos no lo hubiésemos hecho. Pero entendimos que se estaba jugando el futuro de nuestra provincia como un territorio hacia adelante, posible de ser recuperado, de ser digno de ser vivido. Y fuimos construyendo un espacio de diálogo muy interesante con un grupo de legisladores, hasta que el presidente de la cámara nos convoca a una reunión para decirnos que esa discusión tenía que ir al recinto, y que había que darla con base científica, acompañados de quienes tenían «voz autorizada» para poder enfrentar el proyecto que bajaba del senado”. Así, al comenzar las sesiones de 2018, la presidencia de la cámara de diputadxs armó un espacio expositivo (Ciclo de Socialización de Saberes: Hacia un nuevo modelo de producción de alimentos) de tres encuentros abiertos, repletos de público, donde hablaron Eduardo Cerdá, Damián Marino, Marcos Tomasoni, Damián Verzeñassi (propuestos por la Coordinadora) y Sergio Federovisky (invitado por el presidente de la cámara). “Después de ese ciclo el proyecto fue rechazado por diputados. Otra victoria para el movimiento socio ambiental, otra batalla ganada en defensa de la vida en la provincia de Entre Ríos”.

A mediados de 2018, los medios de comunicación se hacen eco de varios casos de escuelas que tenían que ser evacuadas por fumigaciones en campos aledaños. A partir de eso, y junto al movimiento Paren de fumigar las escuelas (del gremio docente Agmer), la coordinadora presenta un amparo ambiental de protección a las escuelas rurales en todo el territorio provincial. “Obtuvimos fallo favorable en primera instancia, después de un proceso muy largo y muy doloroso, donde sufrimos amenazas. El fallo molestó mucho a las instituciones vinculadas al agronegocio… a la Federación Agraria, a la Sociedad Rural, y empezaron a presionar al ejecutivo, al legislativo y al poder judicial para que esto quedara sin efecto”. Las presiones funcionan sobre el gobierno provincial, que decide apelar el amparo. Pero el Tribunal Superior de Justicia vuelve a fallar a favor de la coordinadora, confirmando la prohibición de fumigaciones terrestres a menos de 1.000 metros de las escuelas, y 3.000 metros para fumigaciones aéreas. “Ahí empieza circular una mentira atrás de la otra, con los medios de comunicación a favor de los sectores vinculados al agronegocio y al poder político y económico, y el gobierno provincial saca un decreto dejando sin efecto el amparo. Nos presentamos nuevamente en la justicia para pedir la inconstitucionalidad del decreto, y tenemos fallo favorable. El gobierno vuelve a apelar, y volvemos a tener fallo favorable.

Entonces el gobierno saca un segundo decreto, peor que el primero, que vuelve a pasar por la misma situación: apelamos el decreto y ganamos en primera instancia, de forma contundente, con todo el sustento jurídico y científico, contra la presentación vergonzosa que hace la provincia”. Finalmente, por una modificación de la ley de procedimiento, es el Superior Tribunal de Justicia (no una cámara, sino el propio tribunal) el que tiene que dar el fallo final. “Esto termina con el presidente del tribunal, en una actitud grotesca, reuniéndose con productores y hablando de ellos en primera persona -porque él tiene campos, es productor vinculado a la agroindustria-, tomando posición, y fallando a favor del gobierno, dejando firme el segundo decreto”. El caso espera ahora poder pasar a Nación, pero con el decreto firme, y con las fumigaciones a la orden del día: “así estamos hoy, con una cuarentena que hace que no tengamos niños en las escuelas, pero una cuarentena que no alcanza a quienes siguen tirando venenos a los territorios pegados a las escuelas rurales”.

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(Imagen: La tinta)

Las gestiones de la coordinadora con el gobierno también permitieron la organización del Foro Provincial de Agroecología, que constó de tres encuentros en las ciudades de Paraná, Villaguay y Gualeguaychú durante 2019. También presionaron para conseguir la realización de cursos de capacitación para productorxs y técnicxs que quisieran formarse en agroecología. El gobierno provincial los anunció, la Universidad Autónoma de Entre Ríos los diseñó, pero nunca apareció el presupuesto y quedaron en la nada. “A pesar de eso seguimos exigiendo que cumplan con esas palabras, porque estamos convencidos de que no hay transición posible, no hay cambio de modelo productivo posible si no hay una formación de nuestros productores y de nuestros técnicos”. Otra de las acciones fuertes de la coordinadora es la organización de las Rondas frente a la gobernación provincial, que hace poco cumplieron 100 martes consecutivos reclamando por la defensa de la vida y de los territorios. Ese 10 de diciembre (que casualmente coincidió con el día internacional de los Derechos Humanos) volvieron a leerse -en el mismo lugar, dos años después- los 16 puntos del documento fundacional de la coordinadora.

Basta es basta contribuyó a dar un marco organizativo, a nuclear luchas que antes estaban desperdigadas, y que hoy toman la fuerza de lo colectivo a nivel provincial. Daniela reflexiona acerca de cómo, a lo largo del crecimiento de la coordinadora, fue fortaleciéndose el movimiento ambiental de lucha y resistencia por un cambio de modelo. “Fueron empezando a aparecer productores, técnicos y también gente que no vive en el campo pero que sí tiene campos -y que antes los arrendaban- que deciden volver y recuperar la agricultura. Porque de eso se trata: acá hablamos de volver a darle razón de ser a lo que alguna vez fue la agricultura. Este vínculo amoroso con nuestra tierra, para poder de ella nutrirnos y sostener nuestra vida. Y hoy hay productores en proceso de transición algunos, y cien por ciento agroecológicos otros, y cada tanto nos vamos enterando de algún nuevo productor o productora que decide sumarse a esta aventura de volver a darle vida a nuestros suelos, y con eso también darnos vida a quienes necesitamos de esos suelos vivos para poder vivir”.

*Por Nicolás Esperante Alonso para la Agencia de Noticias Biodiversidad LA / Imagen de portada: La tinta

*Este artículo es parte del proyecto «Profundizando debates sobre experiencias agroecológicas para la soberanía alimentaria» realizado con el apoyo de la Fundación Rosa Luxemburgo.

Palabras claves: agroecología, agronegocios, agrotóxicos

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