¿Por qué vivimos hablando (tanto) de deporte?
Desde agosto de 2016, el deporte significó para La tinta un desafío y una oportunidad para proponer y reproducir contenidos que abordaran discusiones de agenda, de las más variadas, con la conciencia de que el juego es político, que el deporte es cultura y es sociedad, y que nada de lo que pasa en esos universos nos es ajeno. Quizá por eso no solo escribimos, sino que también hablamos tanto de deportes: en la casa, en el laburo, con amigues y con extrañes. Quienes hacemos y leemos La 10, creemos que en el deporte se mezcla todo. Perdón y gracias.
Por Gonzalo Reyes para La tinta
Debo disculparme y anticipar que estas líneas comienzan con una auto-referencia: soy de esas personas que padece la incontinencia de convertir cualquier situación cotidiana en una analogía futbolera. Les amigues a veces lo celebran. Pero casi siempre lo toleran. «No todo es fútbol. No podés explicar todo así», me dijo hace poco una colega, mientras intentaba exponer una idea, con cara muy seria y en un contexto de debate que nada tenía que ver con una pelota. Primero, me ofendí, luego, me avergoncé y, más tarde, me pregunté: ¿Por qué vivís hablando y mezclando todo con el deporte?
«Los recuerdos del fútbol -le dijo Jorge Valdano a Tiempo Argentino hace pocas semanas- son muy potentes, como todo lo que se hace dentro de un territorio emocional». Al delantero de la selección campeona en México 86 le decimos «filósofo». Su pasión por las letras y la palabra se evidencia cuando transmite sus pensamientos sobre el mundo. Le guste o no a Valdano, su mundo y sus respuestas siempre tienen forma de pelota.
«¿Cómo ves al periodismo?», le preguntó Roberto Parrotino: «Hay dos tipos de periodismo y cada vez ocupan más los extremos -respondió-. Aquellos que analizan el fútbol con rigor y de una manera muy atractiva, donde una crónica de un partido es casi un cuento de fútbol. Y otro más ruidoso, más polémico, más entretenido, más masturbatorio. Si existen las dos puntas, es porque existen ambas audiencias. Y cada vez hay más gente del medio contando el fútbol. Pero tenemos el defecto de hablar para jugadores, entrenadores y gente iniciada. Y perdemos de vista que le hablamos a la gente, que somos divulgadores de un juego muy popular».
Desde agosto de 2016, el deporte para La tinta significó un desafío y una oportunidad para proponer y reproducir contenidos que abordaran discusiones de agenda, de las más variadas, con la conciencia de que el juego es político, que el deporte es cultura y es sociedad, y que nada de lo que pasa en esos universos nos es ajeno. Desde Osvaldo Bayer recuperando la historia del fútbol argentino con la llegada de inmigrantes socialistas y anarquistas que construyeron canchas y bibliotecas populares, hasta la recuperación y el revisionismo histórico del fútbol femenino con colegas como Ayelén Pujol o Analía Fernández Fuks, el fútbol y el deporte siempre se explicaron en un contexto, con la demanda y las problemáticas de sus tiempos. Y es por eso que el contexto -el mundo- puede ser abordado desde el deporte. Más aún desde el fútbol: «un territorio emocional», popular, cultural, político e histórico muy potente en nuestra sociedad.
En 2017, La tinta le preguntó al periodista Ezequiel Fernández Moores por qué eligió desarrollar toda una carrera usando al deporte para hociquear entre otros mundos, mezclando política, economía, historia, literatura y ciencia: «Porque eso es periodismo», nos respondió.
Entre los extremos que señala Valdano, desde hace tres años, buscamos habitar un espacio que pueda convertir a un partido en un cuento o a un gol en un posicionamiento político. El deporte femenino, la diversidad de géneros y su acceso al deporte, los vicios y lazos estrechos con la dirigencia política y los grupos de poder, la violencia en todas sus formas, el arte y el goce de los cuerpos, seguirán siendo temas de una tribuna que vemos cada vez más habitada. Cada vez hay más periodistas y no-periodistas que encuentran espacios similares para hablar del mundo con una pelota bajo la suela o bajo el brazo. La tinta es uno de ellos.
La Diez es ese espacio que nació de esa potencia emocional que nos despierta el deporte a aquelles que hemos amado, odiado, llorado y reído con él, y del deseo de hacer periodismo mezclando todo, como dice Fernández Moores. En tres años, nos hemos encontrado, muchas veces, entre autores y lectores, en este lugar lleno de analogías deportivas sobre el mundo. Incluso hasta aquí, han sabido llegar otres a quienes el deporte no les atrae casi nada. Esos son los goles que más celebramos.
En 2020, La Diez, más que nunca, será un potrero a la vuelta de casa que invita a invitar a amigues a jugar, a escribir, a leer, a contar. Si estás sole, vení, algo siempre vas a encontrar. Si somos dos, ya podemos hacer unos penales.
*Por Gonzalo Reyes para La tinta