El fútbol que se la juega
La foto de Lula y Sócrates se viralizó entre futboleros tras conocerse la liberación del ex mandatario. En 1984, el fútbol y la militancia por el regreso a la democracia se unieron y los unieron a ellos. La Democracia Corinthiana fue la muestra de el fútbol puede tener jugadores comprometidos. Esta semana, los jugadores de la Selección chilena decidieron no jugar sus amistosos internacionales. «Hay un partido más importante que es el de la igualdad, el de cambiar muchas cosas para que todos los chilenos vivan en un país más justo».
Por Redacción La tinta
«Ganar o perder, pero siempre en Democracia», se logra leer en portugués. La frase está impresa en una especie de pancarta que es sostenida por algunos jugadores de camisetas blancas.
A principio de los años 80, los jugadores del Corinthians rompieron con el verticalismo del club y comenzaron a tomar decisiones de manera asamblearia. La Democracia Corinthiana fue una propuesta inédita en el fútbol: desde el presidente hasta el utilero del plantel participaban de las decisiones. Desde la compra de un jugador hasta el modo con el que debía jugar y entrenarse el equipo se decidía voto a voto.
El mayor referente de aquel fenómeno fue Sócrates. El fútbolista y médico brasileño brilló en aquella década en la que Brasil pasó de la dictadura a la democracia. Al mismo tiempo ,un sindicalista metalúrgico comenzaba a ascender en medio de las movilizaciones que exigían «Diretas Já». Hincha fanático del Timao, Lula disfrutaba del «Doctor» dentro y fuera de la cancha.
“En aquel momento él (Sócrates) permitió que las personas comprendieran que el fútbol no era alienación como históricamente los movimientos de izquierda en Brasil decían. Es más, creo que fue un momento de oro del Corinthians porque al mismo tiempo que jugaba un futbolista pedía por democracia”, dijo el ex mandatario en el documental «Democracia en blanco y negro».
Las multitudinarias marchas de 1983 y 1984 los encontraron a ambos arriba de los escenarios dando discursos ante la gente. Los jugadores del Corinthians acercaron aún más a la sociedad al reclamo por elecciones y a perder el miedo. “Otros equipos tenían seguidores, pero en el Corinthians teníamos militantes”, dijo Lula 20 años después.
El futbolista militante
La crisis en Chile parece romper con todos los manuales. Desde hace casi un mes las protestas populares se sostienen. Lejos de erosionarse por el tiempo y la brutal represión, las movilizaciones crecen como un incendio forestal en plena sequía.
Parte de esas ramas secas que alimentan la hoguera popular ha sido el pronunciamiento de decenas de futbolistas de primera división en contra de las políticas neoliberales de los últimos 30 años y a favor de las protestas masivas. Por decisión del sindicato de futbolistas, los torneos locales se paralizaron tres semanas.
“El Gobierno y la ANFP quieren retomar el fútbol para calmar a la gente, pero no estamos de acuerdo”, denunció públicamente Esteban Paredes, figura del Colo-Colo, días antes de la reanudación de la competencia. El fútbol es de los jugadores, los jugadores son del pueblo y el pueblo ya despertó. No quieren fútbol, quieren otro país.
En ese despertar, los jugadores de la Selección de Chile tomaron una decisión conjunta, luego de varias semanas en la que se pronunciaron públicamente desde sus redes: La Roja no jugará sus amistosos internacionales.
«Como equipo hemos tomado la decisión de no jugar el partido amistoso pactado con Perú, en atención al momento social que vive nuestro país. Somos jugadores de futbol, pero ante todo personas y ciudadanos (…) Hay un partido más importante que es el de la igualdad, el de cambiar muchas cosas para que todos los chilenos vivan en un país más justo», informó en sus redes el capitán Gary Medel.
El defensor ha sido uno de los referentes más activos a la hora de mostrarle al mundo lo que está pasando en su país. No ha dudado en opinar contra la gestión de Piñera como tampoco lo ha hecho cuando ha tenido que marcar a Lionel Messi. En la actualidad, su temor es otro. Es el mismo que expresa ese cartel que sostiene esa joven en una fotografía que el mismo compartió y dice: «Mi mayor miedo es que esto pare y todo siga igual».
* Por Redacción La tinta
