Cuidados para reactivar la economía

Cuidados para reactivar la economía
22 agosto, 2019 por Redacción La tinta

Investigadoras de diversas instituciones trabajan en la elaboración de propuestas que resuelvan el problema de las tareas de cuidado y, a su vez, tengan un impacto positivo en la economía del país. Estiman que con lo que el Gobierno gasta actualmente en intereses de Leliq en un mes podría cubrirse el costo de una de estas políticas para todo el año.

Por Nadia Luna para Agencia TSS

Tras las PASO, la agenda económica no da respiro. Recesión, cotización del dólar, devaluación, corridas cambiarias, los “mercados” y una diversidad de términos que a veces parecen dejar en segundo plano el hecho de que quienes reciben el impacto de las medidas económicas son personas de carne y hueso: mujeres, varones, personas LGBT+, jóvenes, jubilados, niños y niñas, en particular aquellos pertenecientes a los estratos más pobres de la sociedad.

Un grupo de investigadoras de diversas instituciones se preguntó: ¿Qué políticas puede ofrecer la agenda feminista frente a la emergencia económica? Como respuesta, tomando una demanda histórica de los movimientos feministas y de mujeres, las especialistas comenzaron a trabajar en la elaboración de un proyecto para la creación de un Sistema Nacional de Cuidados que no solo tenga efectos en la reducción de la brecha de género, sino también un impacto directo en la reactivación económica.

El proyecto es impulsado por la economista Lucía Cirmi Obón, del Centro Interdisciplinario para el Estudio de Políticas Públicas (CIEPP), y las sociólogas Virginia Franganillo y María José Rodríguez, del Observatorio de Género y Pobreza, una red de investigación conformada por diversas universidades e institutos de la Argentina. “Creemos que implementar este tipo de políticas pueden ser un instrumento para salir de la crisis y reactivar la economía. Muchas veces se ve a estas medidas como algo que un país hace cuando la economía está bien, como si fuera un lujo de un país escandinavo, y no como una herramienta que puede tener un impacto positivo en la macroeconomía”, explicó a TSS Cirmi Obón.

La idea surgió a partir de un cruce entre activismo y academia, ya que varias de las integrantes vienen trabajando desde hace años en diversos proyectos vinculados con sistemas integrales de cuidado. Una experiencia similar de referencia es el Sistema de Cuidados de Uruguay, creado en 2015 por la Ley 19.353. En la Argentina, en tanto, hay varios proyectos presentados en el Congreso Nacional, que contemplan algún aspecto relacionado a las tareas de cuidado y han conseguido distintos niveles de tratamiento, aunque ninguno ha logrado convertirse en ley.


“Lo que estamos planteando es una reconfiguración de las responsabilidades que tienen el Estado y la sociedad en relación al cuidado, que es una dimensión de la vida humana que debe ser central. De eso se trata esta propuesta que el feminismo viene promoviendo desde hace muchos años”, le dijo a TSS Franganillo. Una de las políticas que forman parte del sistema propuesto por las investigadoras es la ampliación del sistema público de educación temprana, destinado a niños y niñas de hasta dos años. Estiman que podría generar unos 600.000 puestos de trabajo en educadores y cuidadores, y mejorar la actividad en el sector de la construcción.


Otra propuesta es la creación de un programa de cuidado para adultos mayores. En este caso, el foco está puesto en la reducción del desempleo juvenil, especialmente en las mujeres jóvenes (que tienen una tasa de desempleo del 23%) y crearía unos 200.000 puestos de trabajo. Otras políticas sugeridas son la jerarquización del trabajo doméstico remunerado, la formalización de espacios comunitarios de cuidado que ya existen (por ejemplo, en organizaciones barriales) y licencias por maternidad y paternidad igualitarias y universales.

“Estas medidas tienen impactos directos e indirectos. Los directos son la reducción del desempleo y de la pobreza, especialmente en lo que respecta al sector femenino de la población, ya que los hogares monomarentales están en el núcleo duro de la pobreza. También tiene efectos en la reducción de la pobreza temporal: cuando hay un ajuste como el de estos últimos años, son las mujeres las que más incrementan su trabajo en carga horaria. El impacto indirecto, en tanto, es lo que las personas contratadas por el Estado generan en sus barrios y economías locales, ya que al aumentar su ingreso también lo hace el consumo, fundamentalmente de productos de primera necesidad”, señaló Cirmi Obón.

Un aspecto fundamental para concretar la creación de un sistema nacional de cuidados es la generación de un espacio de coordinación intersectorial. “Estamos hablando de políticas que atraviesan áreas como economía, infraestructura, trabajo, salud y desarrollo social. Eso no lo vamos a definir nosotras pero tiene que haber una instancia de coordinación, que puede ser un organismo interministerial. Actualmente, las personas que trabajan en cuidado están muy desprotegidas, por lo que hay toda una serie de problemáticas que deben tratarse de forma integral”, sostuvo Franganillo.

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(Imagen: Colectivo Manifiesto)

Con respecto al costo que podrían tener estas políticas, la economista considera difícil estimarlo partiendo de los valores de una economía paralizada, pero calcula que cada una de las propuestas representaría menos del 1% del PBI. Por ejemplo, ampliar el sistema de licencias equivale a aproximadamente un 0,14% del PBI. “Otra cuenta que hicimos es que lo que se invertiría en alguna de estas políticas en un año es equivalente a lo que hoy el Gobierno está gastando para pagar intereses de Leliq en un mes. Con esto queremos decir que no hay un problema de falta de recursos sino que el tema está en el destino que se les da”, planteó Cirmi Obón.

Para poder concretar la creación de un sistema federal de cuidados, las investigadoras remarcan que es necesario un pacto social del que participen las empresas, el Estado, las organizaciones sociales y, por supuesto, los varones. “Creo que lo más difícil es ‘romper’ a los varones en dos sentidos. Uno es lograr que se entienda que esto genera dinero y el otro es romper la división hacia dentro de los hogares”, afirmó Cirmi Obón. Y Franganillo agregó: “El Estado nacional tiene que ser el rector y garante de las inversiones pero también tiene que haber una responsabilidad compartida. Esto incluye a los Estados provinciales, porque muchos servicios de los que estamos hablando están descentralizados. Por eso, también hay que hablar de la necesidad de un pacto federal”.

Actualmente, las investigadoras están trabajando en la elaboración de un documento en el que queden plasmadas y detalladas cada una de las propuestas. “Lo venimos trabajando con distintos actores sociales: legisladores, académicos, integrantes de la economía popular y personas que vienen debatiendo una agenda para el año que viene”, dijo Cirmi Obón. “Más que nada, queremos instalar la idea de que estas políticas son un instrumento para reactivar la economía. Si sabemos desde hace rato que la pobreza está feminizada, ¿por qué no vamos a hacer políticas con perspectiva feminista para reactivar la economía?”, se preguntó.

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(Imagen: Colectivo Manifiesto)

*Por Nadia Luna para Agencia TSS.

Palabras claves: Economía Feminista, trabajo doméstico

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