Imagínense (un Argentina 3 – Escocia 3)
Argentina empató sobre el final ante Escocia y mantiene vivas sus chances de clasificar a octavos de final por primera vez en su historia. También logró otro hecho inédito en una Copa del Mundo: nunca antes un equipo había logrado remontar un 0-3. Hasta aquí el conjunto nacional tampoco había convertido más de dos goles en esta competencia. Imagínense si el fútbol femenino en nuestro país contara con una estructura adecuada, respaldo, divisiones inferiores, salario.
Por Redacción La tinta
«Lo posible ya está hecho. Lo imposible lo estamos haciendo. Para milagros necesitamos tiempo». M. Bielsa
Lo inimaginable.
Es el minuto 89 y Aldana Cometti cae en el área escocesa. Hace 14 minutos la Selección perdía 3-0. El relator de la Televisión Publica lo dijo: «Se terminó el sueño para Argentina», mientras Erin Cuthbert festejaba el tercero y exhibía una fotografía que tenía en una de sus medias.
Inimaginable. Argentina nunca había logrado convertir tres goles en un partido por Copa del Mundo. Es más, aún no había podido convertir su primera conquista en Francia. Inimaginable, hasta el minuto 74, en el que Milagros Menendez -sí, Milagros- rompe la estadística.
A puro empuje, con el fútbol fresco de Dalila Ippólito, de esa piba de 17 años cuyos compañeros de secundaria detienen las clases para mirar los partidos del Mundial, y el orgullo de Florencia Bonsegundo, la veterana cordobesa, se queman las máquinas que calculan probabilidades. Gol de la número 11 a los 79. Inimaginable: 2-3 a 10 minutos del final.
“Imagínense estas pibas, estas agallas, este hambre deportivo con una estructura adecuada, respaldo, divisiones inferiores, salario”, dice la periodista Angela Lerena. “¿Ustedes entienden que estas jugadoras tuvieron que HACERLE PARO a la AFA para que les paguen los viáticos y no las hagan dormir en un bondi en las giras? ¿Ustedes entienden que estas pibas tienen que laburar además de jugar? ¿Entienden todo lo que hicieron para ir al mundial?”, se pregunta la comunicadora Estefanía Pozzo.
Cae Cometti. Todes deseamos lo mismo: que sea penal. ¿Se imaginan si fuera penal? La árbitra norcoreana duda. La tecnología del VAR también. 89 minutos. «Si pasamos de ronda la vuelta al país va a ser infernal», había dicho Belén Potassa a Página/12, 24 horas antes de esos 89 minutos de match. “¿Se imaginan?” habrá preguntado Potassa, la 9 que aún no jugó un solo minuto en este Mundial, a sus compañeras.
Va la cordobesa Bonsegundo. 12 pasos y el tiempo ya vencido. ¿Cuántas historias caben en tres segundos?, le preguntó Analía Fernandez Fuks a Delfina Corti en el último intercambio de cartas que publican en La tinta y La vaca. Anuka calculó tres segundos entre el silbatazo y el penal atajado por Vanina Correa ante Inglaterra. Otra vez tres segundos y 12 pasos pero al revés. La oriunda de Morteros intenta esquinar el disparo al palo derecho de la arquera escocesa y falla.
¿Se imaginan un penal pateado dos veces a los 94 minutos de partido? Mientras la cara de Estefanía Banini se estrujaba en el cuerpo de otra compañera, ya desde el banco, la árbitra duda. El VAR también duda. El penal debe repetirse. Alexander, la guardameta rival, no mantuvo sus pies sobre la línea de meta antes de la ejecución. ¿Se imaginan un empate 3-3 con un penal pateado por segunda vez en el minuto 94? Sí, gol. Argentina se convierte en el primer equipo en levantar un 0-3 en contra y finalizar empatado. Argentina aún tiene posibilidades de clasificar a octavos de final como uno de los mejores terceros.
“Ya está. Con esto no van a poder no-hablar de esta Selección. De nosotras”, nos dice Flor –como Bonsegundo- integrante de Abriendo la Cancha y de Futboleras Organizadas, mientras desata uno de los trapos que decora La Piojera, una de las tribunas mundialistas que hay en Córdoba. “Es que somos TODAS las que estamos atrás de esta Selección”, agrega, para explicar lo que siente y el porqué sucedió lo inimaginable.
Su sonrisa se multiplica en otros rostros que ya no ven la pantalla gigante y saben que más allá de clasificar o no, esta Selección traerá más visibilización para el fútbol femenino y disidente en el país. Al contrario de lo que pueda vaticinar cualquier relator o comentarista, el sueño sigue y seguirá porque no se juega un Mundial, se juega y se seguirá jugando por un fútbol para todes.
“Este Mundial tiene que ser el comienzo de una Argentina femenina a la que nunca más le falte nada. ¡Lucharemos por ellas y con ellas!”, tuitea Lerena. ¿Se imaginan lo inimaginable?
*Por Redacción La tinta