Del odio y el pacto masculino

Del odio y el pacto masculino
9 mayo, 2019 por Redacción La tinta

Lucas Gargiulo, une joven trans de 24 años, sufrió un crimen de odio sexual que deja al descubierto el entramado del pacto masculino y el poco lugar que tienen en la sociedad las nuevas masculinidades disidentes.

Por Redacción La tinta

Estos últimos días, una noticia aberrante nos movilizó. Lucas Gargiulo, une joven trans de 24 años, denunció, a través de las redes sociales, que fue asaltado y abusado sexualmente por tres hombres. Al grito de “hacete macho, putito”, culminaron el robo con un abuso aleccionador de su cuerpo masculinizado, pero disidente. Pensaron que era un varón gay. Con vergüenza, su tía le convenció que denunciara no sólo el robo, sino el abuso, pero la policía y el equipo forense desestimaron su denuncia. Los varones se hacen “machos” cuando se la bancan. Lo que le sucedió a Lucas fue claramente un crimen de odio sexual y, como tal, deja al descubierto el entramado del pacto masculino y el poco lugar que tienen en la sociedad las nuevas masculinidades disidentes.

En una sociedad heteronormada, no caben las disidencias. Para las mujeres, salirse del mandato del patriarcado ha sido una lucha difícil, que hoy ha tomado una fuerza inimaginable. Más dura es, cotidianamente, la lucha de aquelles que no caben en los dos casilleros que manda el binarismo. Aunque nosotras estemos cuestionando aquel ser mujer y planteándonos nuevas formas de habitar este mundo, nuestra imagen hacia el afuera todavía entra en la división de varón/mujer. Las identidades disidentes son un cachetazo directo que incomoda y pone en cuestión al sistema con el sólo hecho de estar ahí.

Hoy, hay un debate abierto en el feminismo porque un grupo, minoritario, considera que las trans y travas no son “mujeres” y no pueden formar parte del movimiento feminista porque han sido, primero, varones. Mucho peor es el debate al interior de lo que podríamos denominar “nuevas masculinidades”, en donde lo que los cuerpos masculinizados, pero disidentes están intentando destruir se choca con un acuerpamiento de varones que buscan sostener y afianzar el pacto patriarcal. Elles están rompiendo el mandato del ser varón y eso cuesta caro.

Foto: FM La Tribu

Poniendo en cuestión el pacto patriarcal

Para Raquel Gutiérrez, el pacto patriarcal es la columna que vertebra la dominación. “Es pacto contra nosotras -todes nosotres- y nuestros deseos puestos en juego colectiva y públicamente: desde la despenalización del aborto hasta la salida de las transnacionales de nuestros territorios, desde el respeto y autonomía radical de los cuerpos disidentes hasta la disposición suficiente de riquezas materiales que sostengan las vidas colectivas descentrando la nación”. Ese pacto está sostenido en su mayoría por varones, blancos y heterosexuales. Para Cecilia Amorós, “en principio, el patriarcado sería ese pacto –interclasista- por el cual el poder se constituye como patrimonio del genérico de los varones. En ese pacto, por supuesto, los pactantes no están en igualdad de condiciones, pues hay distintas clases y esas diferencias de clases no son ¡ni mucho menos! irrelevantes”.

Uno de los ejes de esa estructura es la heterosexualidad obligatoria, que obliga a varones y mujeres a una definición cerrada y normada sobre su ser sexoafectivo. Esta es la base de la continuidad del patriarcado a través de la reproducción de la vida, tarea que recae en las mujeres, cuyos cuerpos, a su vez, no son suyos, sino que sirven a una finalidad específica. En eso, los varones encuentran su poder, el cuerpo no masculino está allí para ser poseído.


Un cuerpo como el de Lucas, que no entra en el casillero de varón, por ende, es un cuerpo a ser poseído. Ni siquiera pudieron identificar bien “qué era” Lucas, pero sabían que no formaba parte de su clan. Siendo varón, incluso, estaba en inferioridad.


Foto: FM La Tribu

Corporativismo masculino

Hace un tiempo, una frase polémica de Rita Segato nos puso a discutir, a todes, masculinidades dentro del patriarcado y nuevas formas de “ser varón”. Rita planteó que los varones también son víctimas del mandato del patriarcado “(…) ese mandato los mata primero, los enferma primero, y que también son pobres e incautas víctimas de ese orden corporativo autoritario y cruel que impera al interior de la propia corporación masculina. Porque dentro de esa corporación, como en todas, hay hombres que son más hombres y hombres que son menos hombres, es jerárquica, es maligna, obliga a dar pruebas de narcisismo y de crueldad todo el tiempo”.

El mandato de masculinidad obliga a los varones a obedecer las reglas y jerarquías de la estructura social que sienten que deben sostener. Hacer(se) varón es también un proceso muy doloroso y violento, una violencia que luego explota hacia el afuera, hacia quienes desafiamos al sistema.


Lo que le sucedió a Lucas muestra que ese mandato es cuando compartido, cuando validado por otros que son los que se asignan mutuamente el lugar de “machos”.


Para Rita Segato, “el mandato de masculinidad obliga al hombre a comprobar, a espectacularizar, a mostrar a los otros hombres para que lo titulen como alguien merecedor de esta posición masculina: necesita exhibir potencia”. Lucas no era merecedor de ese título y marcaron su cuerpo para que todes lo sepamos.

Pero el corporativismo masculino no sólo se acabó en el acto aberrante y violento hacia Lucas, sino que fue demostrándose en cada paso que decidió encarar luego. Ir a denunciar y que no registren la violación, buscar un perito médico y que nadie quiera atenderle. Estas actitudes también son evidencias de esa “hermandad” entre varones que ponen en jaque a las disidencias que intentan colarse en su grupo. A los varones no se los viola.

Por suerte, el feminismo está mostrando que en este mundo cabemos todes, ensayando nuevas formas de construir comunidad que no segmenten, jerarquicen e invisibilicen a otres. Es tarea de los varones desandar el pacto patriarcal, cuestionarlo a cada paso y en todos los ámbitos. Las nuevas masculinidades disidentes suponen un desafío a ese mandato y proponen nuevas formas de ser varón en este mundo plural y diverso.

*Por Redacción La tinta.

Fuentes:
– https://www.eldesconcierto.cl/2018/12/17/rita-segato-el-feminismo-no-puede-y-no-debe-construir-a-los-hombres-como-sus-enemigos-naturales/
http://www.larevuelta.com.ar/articulos/ST_2010_01_31_c.html

Palabras claves: mandato masculino, pacto patriarcal, trans

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